El origen de la palabra samurái 侍 cuyo significado es ‘aquel que sirve’, data del siglo VIII, si bien el inicio como clase social surge en el siglo X y se consolida en 1185 tras la victoria del clan Minamoto frente al clan Taira. Sin embargo, tendrían que pasar tres siglos, hasta el período Sengoku (1467-1568), para que estos leales caballeros al servicio de sus daimyo, vivieran su momento de máximo esplendor. En la época más violenta y caótica de la historia de Japón, su pericia y habilidad con las armas era tan necesaria como imprescindible para conquistar nuevos territorios, defender los propios y vencer en batallas y guerras. Pero los samuráis o bushi no solo eran expertos jinetes con extraordinario dominio del arco y la espada, también poseían una refinada educación y se regían por un estricto código ético y de honor cuya aplicación se convirtió en los pilares centrales de su modo de vida, que forma parte en la actualidad, del carácter y filosofía del pueblo japonés. Este libro reúne los tres códigos esenciales de la clase samurái: Go-rin no sho
Si bien es cierto que la mayor parte de los textos que forman la Biblia contienen sólo referencias indirectas a la riqueza mitológica perdida, el Génesis incluye todavía relatos de dioses y diosas antiguos revestidos de la apariencia de hombres, mujeres, ángeles, monstruos o demonios. Escrito por Robert Graves en colaboración con Raphael Patai -destacado antropólogo, folclorista y especialista en temas bíblicos- y complementario del magno trabajo dedicado por Graves al otro gran ámbito mitológico occidental integrado por Los mitos griegos, cuya estructura conserva, Los mitos hebreos analiza los relatos de la Creación, la caída de Lucifer, el nacimiento de Adán y Eva, la caída, el Diluvio o la Torre de Babel, que adquieren pleno sentido a la luz de la comparación con las diversas tradiciones de Grecia, Mesopotamia, Egipto o Persia.
¿Puede una paloma marcar el destino del próximo líder espiritual de mil millones de personas? ¿Qué reunión arranca con el golpe de un martillo de plata sobre la cabeza de un cadáver ilustre? ¿En qué elección mundial reina el silencio absoluto... mientras muchos sospechan que el Espíritu Santo ya ha elegido? Eso no estaba en mi libro de historia de los cónclaves se adentra en el engranaje más cerrado, simbólico y desconcertante de la Iglesia católica: la elección del papa de Roma. El sacerdote y vaticanista Mateo González Alonso combina historia, crónica y singularidades para mostrar lo que rara vez se revela durante un proceso de sucesión pontificia: cardenales que entran con maletas registradas, chistes sobre perritos antes de comer, votos susurrados bajo los frescos de Miguel Ángel y ujieres que apremian a los rezagados antes de cerrar las puertas con llave. A medio camino entre el poder terrenal y una fe que sobrepasa lo visible, el cónclave es una ceremonia sagrada que apenas ha cambiado desde el siglo XIII, aunque hoy las sotanas pasen por escáneres antiespías y las normas se actualicen. Y, pese a todo, continúa siendo un acto de fe. Aunque haya intrigas, acuerdos tácitos y candidaturas disfrazadas de humildad, siempre queda espacio para lo inesperado. Como aquel día en que un cardenal olvidó preparar discurso y acabó saludando al mundo como sucesor de san Pedro. Entre anillos, votos secretos, rezos y pasillos, se decide algo más que un liderazgo espiritual. Se mide el pulso de una institución que resiste, se transforma y aún sorprende. Allí no solo se elige a una person se escenifica un misterio.