No existe hasta la fecha una edición de los veintisiete libros del Nuevo Testamento meramente histórica, efectuada con criterios estrictamente académicos, no confesionales, sin ninguna tendencia religiosa previa. La correcta comprensión de textos escritos hace casi dos milenios exige una labor explicativa basada en conocimientos literarios e históricos, no solo teológicos. Contemplar los libros del Nuevo Testamento con nuevos ojos tras el mismo tratamiento crítico deparado a cualquier otro texto de la Antigüedad grecolatina presenta a menudo un sentido diferente y más interesante si cabe. Esta mirada sobre los libros del Nuevo Testamento se sustenta en una cuidada traducción acompañada de amplias introducciones y notas, que tienen como objeto cubrir todas las dimensiones filológicas, literarias, históricas y religiosas relevantes para comprender los textos en el marco de su transmisión, con las variantes textuales más importantes, aclaración de vocablos y conceptos y exposición de problemas interpretativos o discusiones sobre la historicidad de dichos y hechos. La búsqueda de la máxima objetividad va unida al deseo de que el lector, tras hacerse una idea de las opiniones diferentes expresadas en el comentario, se forme la suya propia independiente de la de los autores.
«Antonio Piñero hoy en día es reconocido como uno de los principales expertos del Nuevo Testamento a nivel mundial». (ABC)
«El filólogo Antonio Piñero es uno de los grandes referentes mundiales en cristianismo primitivo». (Faro de Vigo)
«La publicación de una nueva traducción al español comentada de los Evangelios que ha culminado el erudito Antonio Piñero junto a un equipo de colaboradores marca un punto y aparte, un cambio de paradigma que no debiera pasar desapercibido».
Los años transcurridos desde la publicación por vez primera de esta obra no le han restado actualidad, «pues el papel de la religión en los Estados laicos es objeto de vehementes discusiones en los tiempos que corren, tanto en España como en Europa, y tras esos debates se esconde la cuestión más profunda de si un hombre moderno e ilustrado puede defender ante la razón, y en qué forma, la fe en Dios».
Hans Küng elude tanto la ingenuidad fideísta (con Descartes) como el racionalismo ideológico (con Pascal), afrontando los retos del ateísmo moderno (Feuerbach, Marx y Freud) y del nihilismo posmoderno (Nietzsche). El resultado de ambos ha sido la puesta en cuestión de las certezas fundamentales: las relativas a la fe religiosa y las que conciernen a la consistencia y sentido de la realidad en general. Para Küng este resultado es irrefutable, pero, a la vez, no concluyente. «Sí a la realidad», como alternativa al nihilismo, desde una postura de confianza radical; «sí a Dios», como alternativa al ateísmo, desde una fe que trasciende la razón sin negarla; y «sí al Dios de la Biblia», al Dios de Jesucristo en particular, como fundamento de esa confianza radical: tales son las tres etapas básicas por las que Küng responde a la pregunta que da título a su obra.