A pesar de permanecer olvidado durante más de tres mil años, con un reinado que duró solo una década, Tutankamón es seguramente el más famoso de todos los faraones egipcios, gracias al fabuloso tesoro descubierto debido a la intuición y perseverancia del arqueólogo Howard Carter y al generoso apoyo de su patrón Lord Carnarvon. En la tumba se encontraron más de cuatro mil artefactos, esplendidas joyas, amuletos mágicos y la famosa máscara mortuoria de oro macizo.
Como sucede con su obra clásica sobre los dioses griegos, Karl Kerényi escribió este libro convencido de que había llegado el momento de hacer una mitología para adultos, pues hasta entonces sólo existían grandes manuales para especialistas en estudios clásicos, historia de las religiones, etnología, o bien libros de mitos clásicos para niños, remodelados y falseados de acuerdo con determinados puntos de vista educativos. Kerényi destinó este libro a todos aquellos adultos cuyo interés fundamental fuera el estudio del ser humano desde cualquier rama del conocimiento, ya que para él la mitología puede ser también un testimonio del pensamiento humanista moderno. Por esta razón dedicó esta obra a los poetas del futuro.