En esta edición revisada de Alquimia y religión, Raimon Arola amplía el volumen original con sus investigaciones acerca de «lo oculto», situando este concepto como lo que está detrás de un velo, alejándose así de lo que se conoce como ocultismo, el movimiento del siglo XIX, que, en general, fue una degeneración de las ciencias tradicionales. En la primera parte del libro se incide en el estudio de la alquimia tal y como se conformó en la Edad Moderna, en especial a partir de Paracelso, cuando se convirtió en el lugar donde algunos sabios concentraron un tesoro de conocimiento y desarrollo espiritual que, según ellos, debía llegar a convertirse en el núcleo interior y secreto de la tradición cristiana, así como el impulso necesario para una reforma religiosa. Con el racionalismo que se impuso en Europa a finales del siglo XVII, a esta ciencia o arte se la encerró en un cajón de sastre ;ocultismo, espiritismo, esoterismo, etc.; y se la consideró como algo ajeno a la religión. Sin embargo, tras la aparente locura de los antiguos alquimistas se esconde una enseñanza que merece ser tenida en cuenta por los filósofos e historiadores de las religiones, de las artes y de las ciencias actuales. Sus postulados esclarecen registros y modos del ser humano que han permanecido olvidados o enmarcados en campos disciplinares ajenos a la vida del espíritu. Con este olvido, se ha marginado del pensamiento occidental su universo simbólico más íntimo, expresado básicamente por medio de imágenes.
El primer siglo de la historia del cristianismo, que con frecuencia se ha presentado como el simple comienzo de la Iglesia, estuvo marcado en realidad por diferentes momentos cruciales tan inesperados como decisivos: la prematura muerte de Jesús, las apariciones del Resucitado, el establecimiento de los discípulos en Jerusalén, la sacudida causada por los helenistas, la ruptura de Pablo con la Gran Iglesia, la terrible tempestad de los años sesenta, la revitalización del judaísmo por Yohanan ben Zakai y sus discípulos, la exclusión de los minim de las sinagogas hacia 90-100 y la apertura, a comienzos del siglo II, del gran debate sobre la integración del cristianismo en el seno de la sociedad grecorromana.
La conciencia colectiva de los cristianos se fue poco a poco constituyendo y enriqueciendo en el curso de estos choques sucesivos. Judíos mesiánicos en sus inicios, los cristianos tomaron progresivamente conciencia de su originalidad en relación con el judaísmo. De lengua aramea, descubrieron la cultura griega y optaron en su mayoría por este nuevo medio. Hacia 125-150, salido del entorno protector del judaísmo, el cristianismo echa a volar con sus propias alas. Ha adquirido el pleno conocimiento de sí del adulto. Del joven tiene todavía la presunción de la que dan prueba los Apologetas y la intrepidez de los confesores que se niegan a toda concesión. Su infancia ha tocado a su fin. Helo aquí dispuesto a afrontar las tempestades de la madurez, que se anuncian rudas.
Divisiones raciales, luchas políticas, futuros inciertos, tiempos difíciles: ¿es esta la historia de Ester o la historia de hoy? Afortunadamente, la promesa del pasado y del presente es esta: nuestro Dios triunfa en los tiempos difíciles y estamos invitados a participar en la victoria.
En Fuiste creado para un momento como este, el pastor y autor de best sellers Max Lucado echa un vistazo fresco y profundo a la historia de Ester y descubre esperanza para mañana y valor para hoy.
En este libro, Max te ayudará a atreverte a vivir con fidelidad al:
Recuperar tu identidad eterna
Descubrir tu papel en la historia de Dios
Poner tu esperanza en Aquel que ya es victorioso
No tienes que ser deshecho por los tiempos turbulentos; puedes ser liberado. Fuiste creado para este momento.