El libro que explica por qué la Iglesia católica es la mejor marca de la historia.
¿Te has parado a pensar por qué las tiendas de marcas de ropa y los supermercados están distribuidas geográficamente como si fueran parroquias? ¿O por qué en las de móviles hay altares donde se muestran los productos como si fueran ofrendas? ¿Sabías que la palabra «propaganda» la acuñó el papa Gregorio XV en 1622 con la famosa De Propaganda Fide? ¿Que el primer CEO de la historia fue san Pedro y los primeros comerciales, los apóstoles? ¿Y que el Barroco se debería estudiar en las universidades como la mejor campaña de publicidad de todos los tiempos?
Todo lo que sabemos de comunicación lo inventó la Iglesia. Fue ella quien, probablemente sin darse cuenta, inspiró las campañas de marketing más famosas del planeta. Son sus métodos, su estrategia a largo plazo, sus rituales y sus promesas perfectas las que han señalado el camino para que nos convirtamos en seguidores incondicionales de estas empresas.
Desde las polvorientas calles de Jerusalén hasta los pasillos oscuros del Kremlin en Moscú, La Marca lleva a los lectores por un emocionante viaje a través de la historia, la religión y la política, con una combinación perfecta entre acción, suspenso y misterio que mantienen la tensión hasta el final del libro.
La Marca es una novela intrigante donde las páginas pasan volando, ya que entrelaza los sucesos de la Segunda Guerra Mundial con el presente en una carrera por descubrir un secreto que ha permanecido oculto por mucho tiempo y que podría cambiar el curso de la historia: se trata de un pergamino original de Juan el Apóstol que contiene información adicional sobre el Anticristo que estuvo ausente en nuestras biblias por siglos.
Alexander, monje y bibliotecario, está a punto de ser trasladado a la cámara de gas en Auschwitz, pero es secuestrado y obligado a ayudar a los alemanes a encontrar el pergamino perdido, ya que solo él sabe dónde podría estar escondido.
En la actualidad, Damaris McFarland, viuda y teóloga especializada en las escrituras de Juan, recibe una críptica carta de un viejo amigo suplicándole que viaje a Ucrania para examinar un manuscrito antiguo que podría tener las claves para descubrir los secretos del Libro de la Revelación. Sin embargo, durante su viaje a Kiev estalla la guerra y Damaris queda atrapada en el centro de un complot siniestro para desatar al Anticristo y tomar el control del mundo.
Así, Damaris y su amigo Jack lucharán por sobrevivir en un mundo caótico donde se cruzarán con soldados rusos, rebeldes chechenos, militantes iraníes y activistas cristianos clandestinos, cada uno con sus propios planes y motivaciones. Con el destino del mundo pendiendo de un hilo, ambos iniciarán una carrera contra el tiempo para evitar que el Anticristo se levante y cumpla su destino apocalíptico.
Desde los antiguos himnos védicos hasta el sivaísmo de Cachemira, el pensamiento indio ha abierto numerosos caminos en la búsqueda de una mente diáfana, que facilite el libre tránsito de la conciencia. En el corazón de esta exploración nació una cultura mental tejida de hábitos como la meditación o el yoga, que permiten el acercamiento a las distintas dimensiones de un universo concebido como un organismo cuyo desarrollo corre en paralelo a la evolución espiritual de los seres que lo habitan. A través de su análisis, Juan Arnau nos ofrece las respuestas que las distintas escuelas filosóficas indias han dado sobre la esencia del ser y el camino hacia la liberación espiritual.
Nacida en San Juan de la Maguana República Dominicana, es educadora, abogada, también estudio Orientación, Filosofía y Letras.
Ha publicado mas de 30tratados de diversos temas, ha escrito artículos, es comunitaria y motiva a las personas para emprender de manera personal y colectiva.
Doy gracias a Dios porque en su misericordia me permite
comunicarte mi experiencia de oración.
La oración es la armadura de Dios en la guerra que
enfrentamos cada día. Como nos enseña el apóstol Pablo
en Efesio 6: 11, la armadura de Dios es la oración y está
disponible para todo creyente, para cada miembro del
cuerpo de Cristo.
La oración es la comunicación fundamental del cristiano
de una manera acertada y eficaz con el Padre, orando en el
espíritu a través de su palabra.
En un sueño, el Señor me tomó de la mano; iba subiendo
como cuando un avión se eleva, solo veía nube; esto era
como un ascensor. El Señor me decía “Mira”, y yo miraba
diferentes niveles de oración. El Señor me instruía que
debemos dedicar tiempo a la oración en intimidad. La
oración traerá la respuesta de Dios.