La admiración que siente mi queridísimo Padre Manuel García por SS Pablo VI la siento en muchas de las expresiones utilizadas por él. Incluso, diría que P. Manuel lo siente como un padre, es decir, es como un mentor que le enseña y le guía. Sus libros, los devora y tritura. Para mí, SS Pablo VI lo cuida en todo momento. Han establecido una relación bien profunda. " - Ing. Randolph Vargas B.
Robert Graves, célebre autor de Yo, Claudio o La hija de Homero, pone al alcance de todos, jóvenes y mayores, los mitos griegos, imprescindibles para comprender no sólo la civilización griega, sino también para disfrutar en toda su riqueza del arte y la cultura occidentales. Las entretenidas historias protagonizadas por dioses como Zeus, Hera, Hermes o Poseidón, o por héroes como Heracles y Perseo, se transforman, gracias a la maestría de Graves, en ágiles relatos llenos de sabiduría, en ocasiones hilarantes, en una obra destinada a acercar a los lectores a seres tan fascinantes como el caballo alado Pegaso, la hermosa Andrómeda, el cazador Orión o el centauro Quirón, y deleitarte con narraciones como las de Siete contra Tebas, Leda y el cisne, Orfeo y Eurídice, o las orejas del rey Midas.
«Lo que tú haces, no lo puedo hacer yo; lo que yo hago, no lo puedes hacer tú, pero juntos estamos haciendo algo hermoso para Dios y ésa es la grandeza de Su amor por nosotros. Nos da la oportunidad de convertirnos ens antos a través de nuestras obras, porque la santidad no es el lujo de unos pocos. Es un simple deber para vosotros, en vuestra posición, en vuestro trabajo, y para los demás y para mí, cada uno en su tarea, en la vida, pues hemos dado nuestra palabra de honor a Dios. [...] Debéis poner vuestro amor a Dios en acción viva, no sólo porque debáis, sino porque amáis hacerlo.»
Durante siglos, las artes marciales se han asociado en Asia con las tradiciones de sabiduría y las corrientes esotéricas. Los clásicos militares y estratégicos de la antigua China denotan una evidente influencia taoísta, mientras que el código guerrero japonés, el Bushi-do o camino del samurai, le debe mucho al Zen. El alma del samurai es una exquisita compilación de tres clásicos del Bushido Zen: "Artes marciales: El libro de las tradiciones familiares" de Yagyu Munenori, "La inescrutable sutileza de la sabiduría inmutable" de Takuan Soho y "La espada sin rival", del mismo autor. Thomas Cleary, uno de los principales intérpretes de la cultura japonesa, presenta una traducción moderna y asequible al gran público, al mismo tiempo que ofrece explicaciones amenas y muy instructivas acerca de los simbolismos de la enseñanza Zen, del arte de la esgrima o de sus aplicaciones prácticas en nuestra sociedad contemporánea.
La práctica de la sabiduría en la vida cotidiana.
Llamamos compasión a la capacidad de sentirnos próximos al dolor de los demás y la voluntad de aliviar sus penas. Su Santidad el Dalai Lama, buen conocedor de los dones pero también de las limitaciones del espíritu humano, nos propone un nuevo camino hacia el amor al prójimo a través del estudio de tres textos sagrados de la antigüedad, y nos enseña a templar nuestras emociones y sentimientos gracias a la meditación.
Cuando Collón Burpo sobrevivió una apendicetomía de emergencia, su familia estaba rebosante de alegría por el milagro. Sin embargo, lo que les sorprendió fue la historia que emergió en los meses siguientes: una historia tan hermosa como extraordinaria, que detallaba el viaje de ida y vuelta al cielo de su hijo. Collón, que aún no tenia cuatro años, les contó a sus padres que había dejado su cuerpo durante la operación —y aulenlicó esa afirmación describiendo con exactitud lo que estaban haciendo sus padres en otro lugar del hospital mientras a él lo operaban. Habló de visilar el cielo y narró historias que le conlaron personas que encontró allí que nunca había conocido en vida, y reíalo eventos que habían ocurrido anles de que él naciera. También sorprendió a sus padres con descripciones y detalles poco claros sobre el cielo que correspondían exactamente con la Biblia, a pesar de que todavía no había aprendido a leer. Con encantadora inocencia y la audacia franca de un niño, Collón habla de encuentros con familiares ya ausentes por mucho tiempo. Describe a Jesús, los ángeles, y lo «muy, muy grande» que es Dios, y lo mucho que Dios nos ama. Narrado por su padre, pero usando las excepcionalmenle sencillas palabras de Collón, El cielo es real ofrece un vislazo al mundo que nos espera, donde Collón dice que: «Nadie es viejo ni nadie usa anteojos». El cielo es real cambiará para siempre la manera en que piensas sobre la eternidad, ofreciéndote la oportunidad de ver, y creer, como un niño.