Las imágenes generadas por el poder utilizan determinados motivos visuales bajo los cuales se oculta una suma de protocolos interesados que les proporciona su auténtico sentido. Ante esta constatación, los cuarenta capítulos y las dos adendas que conforman El poder en escena responden a la necesidad de ejercer de rastreadores de estos iconos de la esfera pública para descifrar así la naturaleza de estas imágenes que parecen rutinarias y espontáneas, y ante las cuales no solemos interrogarnos. Solo con hacerlo y detenernos en cada motivo para nombrarlo, ya se da un paso decisivo para reconocer su sesgo ideológico. Esos motivos visuales se generan desde el campo de la política, quizá los más notorios por su voluntad propagandística; desde la economía, siempre basados en la ocultación de su poder real; del poder judicial, otro ámbito donde la opacidad es norma; de los cuerpos policiales, que construyen motivos de aparente objetividad; o de algunos rituales sociales que se repiten de manera insistente y enigmática. El hecho de ahondar en los orígenes iconográficos de cada motivo –en el cine, la pintura, la fotografía o la arquitectura y sus posteriores ramificaciones– nos permite cuestionar las formas visuales que los distintos ámbitos de poder utilizan para autorrepresentarse. Y al mismo tiempo sirve para preguntarnos por la génesis y evolución de estas formas, dar testimonio de su falsa transparencia y devolver así una mirada crítica e irónica ante el poder que las genera.
Claves para entender la geopolítica de las grandes potencias.
UCRANIA O TAIWÁN. KABUL O TRÍPOLI. NO IMPORTA ADÓNDE SE MIRE, LA CONCLUSIÓN ES LA MISMA: EL ORDEN INTERNACIONAL ESTÁ CAMBIANDO, Y ESO NOS AFECTA. LA PREGUNTA ES: ¿CÓMO HA SURGIDO UN MUNDO TAN CONVULSO?
El salto al siglo xxi marcó la llegada de un nuevo periodo en el que la Guerra Fría tocaba a su fin y el mundo bipolar daba paso a otro unipolar dirigido desde Estados Unidos, la gran potencia hegemónica. Intervenciones políticas, guerras y nuevas formas de acoplar a los países a este orden pasaban a protagonizar la geopolítica global.
Sin embargo, con el avance del nuevo milenio, la supremacía occidental se ha ido erosionando, al mismo tiempo que han surgido otros focos de poder en el globo que apuntan a un nuevo orden todavía por consolidar: el resurgimiento de grandes poderes, Rusia y China, nuevas potencias regionales, la expansión de las pugnas por esa estructura de poder hacia escenarios en auge... Europa, Oriente Medio, África, Asia central o el Indo-Pacífico.
Con la calidad y el rigor que caracteriza a Descifrando la Guerra, esta obra ofrece las claves para entender cómo el mundo ha entrado en una competición entre grandes poderes, donde todos los actores pasan a ser fichas en los diferentes tableros y donde todos los tableros merecen un análisis por la importancia de los actores locales y las estrategias de las potencias.
CON MULTITUD DE MAPAS, INFOGRAFÍAS Y GRÁFICOS, ESTA OBRA ES UNA VENTANA IMPRESCINDIBLE PARA COMPRENDER LA PUGNA PARA CONSOLIDAR ESE NUEVO ORDEN INTERNACIONAL.
Estados Unidos entra en la segunda guerra mundial en diciembre de 1941, más de dos años después de su inicio. Hasta entonces había asumido la vigilancia del área del Pacífico y suministrado armamento en Europa a los aliados. Roosevelt defendió la neutralidad, con ese significativo matiz, mientras que sus mandatos fomentaron el rearme de Estados Unidos en el marco de una industrialización acelerada que siguió a la recuperación económica del New Deal entre 1933 y 1934. De 1942 a 1945 despliega su potencial carismático para el que sería su último reto: conducir al país durante la guerra hasta traer la paz. Esa perspectiva épica ayuda a entender que el Congreso aceptara los términos inciertos de una economía de guerra cuando Roosevelt los presenta en abril de 1942: subida generalizada de impuestos, topes a los precios y a los alquileres, congelación de salarios y de precios agrícolas, racionamiento de bienes esenciales y emisión masiva de bonos de guerra mediante los que la propia ciudadanía financiaría al estado.
Vivimos en una era de crisis múltiples, que avanzan a diferentes ritmos e intensidades y definen nuestro presente. La crisis climática se acelera, mientras que la crisis social crece con el rechazo a la gentrificación y el auge de movimientos populistas. La crisis energética alterna momentos críticos con periodos de calma, y la de materias primas afecta las cadenas de suministro; a todas ellas ahora sumamos la crisis del agua potable.
Esta situación nos conduce a un choque inevitable con los límites de un planeta finito y la incapacidad de los poderes políticos y económicos para entender que seguir creciendo de forma perpetua es inviable. Pero, paradójicamente, cuando las empresas manufactureras priorizan la supervivencia al crecimiento, está claro que algo tampoco va bien.
Europa, particularmente vulnerable por su envejecimiento, la escasez de recursos y una industria superada por potencias como China y Rusia, enfrenta una rápida desindustrialización.
Es urgente encontrar soluciones sostenibles que aprovechen el verdadero potencial del continente. El futuro de Europa plantea el necesario debate sobre el modelo industrial y el futuro que nos espera en este contexto de crisis global.
El libro que ha revolucionado nuestra visión de las mujeres en la prehistoria.
¿Qué papel tuvieron las primeras mujeres en la prehistoria? ¿De verdad eran ellas las que se quedaban cuidando a la prole? ¿Cómo eran realmente la maternidad y la educación de los hijos? ¿En qué momento empezaron las mujeres a perder poder?
En el relato que se ha construido de las sociedades prehistóricas, las mujeres han ocupado un lugar secundario que la ciencia no se ha preocupado por entender y explicar en profundidad hasta ahora, cuando el feminismo reivindica el papel fundamental de las mujeres en la historia. Este apasionante ensayo nos descubre también cómo el inicio de la arqueología en el siglo XIX como disciplina científica marcó la visión que se tenía de las mujeres y cómo esta sirvió para justificar las desigualdades. Un libro que trata de romper mitos, nos hace reflexionar sobre el origen de la desigualdad y destapa la contribución esencial de nuestras antepasadas más lejanas.
El asesino en serie más brutal de la historia de Argentina se hacía la ilusión de que realizarían una película basada en su vida, dirigida por Quentin Tarantino y protagonizada por Leonardo DiCaprio. Su caso, como tantos otros tratados en Los impostores, muestra una descomunal necesidad de reconocimiento. Estas extrañas y aberrantes formas de hacerse visible ante los demás surgen en un momento en que las palabras parecen insuficientes para proporcionar la conciencia de tener un lugar en el mundo. La principal carencia de estas vidas tiene que ver con una merma en su facultad de hablantes. Su propio lenguaje se muestra limitado a la hora de dar un sentido a sus vidas.