¿Cómo surgieron los trabajos y por qué acabaron sometiéndonos? ¿Quién decide el valor de cada profesión y el grado de implicación afectiva que debe asumirse? ¿Existe la vocación o es un invento del capitalismo salvaje?
Profundamente reflexivo y mordaz, este ensayo aborda una cuestión clave de nuestro presente y contribuye sustancialmente a la crítica del «culto al trabajo» como centro de nuestras vidas y de fenómenos relacionados,
tales como el esfuerzo sin límites a costa de nuestra salud y la vocación profesional pervertida por el sistema capitalista.
A partir de su propia experiencia personal, Eduardo Vara hace un repaso transhistórico del trabajo y de sus narrativas atendiendo a la sociología, la neurociencia, la psicología, pasando por la filosofía y la literatura. Una
lectura imprescindible -no exenta de ironía- que arroja una nueva luz en torno a la pasión laboral y los mitos del pasado, en un momento de precariedad generalizada, robotización y digitalización de los empleos, explotación acuciante, trastornos crecientes como el burnout y corrupción del tiempo de ocio, que ya organizamos como si fuera un trabajo más, lleno de metas y objetivos.
¿Cuándo y por qué se fundó el Estado de Israel? ¿Y por qué allí? ¿Qué ideas le subyacen?, ¿qué causas y aspiraciones respaldan tan magno acontecimiento de la historia universal?
Las páginas de este volumen ofrecen respuestas a las interrogantes planteadas, revelando, además, los fundamentos de algunos de los motivos que influyen en las consecuencias ligadas al éxito en la empresa de establecer un Estado judío.
Leo Pinsker y Theodor Herzl, los visionarios tras las palabras recopiladas en este volumen, protagonizaron una notable revolución intelectual y práctica al transformar lo que hasta el siglo XIX había sido un anhelo religioso, cristalizado en una fórmula de esperanza, en una destacada impronta política.: el año próximo en Jerusalén. Huella que les llevó a trascender el judaísmo confiriéndole una significación universal. La instauración de un Estado propio significaba, en efecto, no sólo emancipar al pueblo judío de los gentiles que los dominaban, sino, y esto es mucho más decisivo, del propio Dios que lo humillaba por medio de esos mismos gentiles y de la esperanza mesiánica de la segunda venida del Mesías, que lo encadenaba mediante la esperanza a esperar. Una vez creado, ese Estado lo liberaría de todo yugo y lo elevaría a pueblo finalmente «elegido».
Escribí Las venas para difundir ideas ajenas y experiencias propias que quizás ayuden un poquito, en su realista medida, a despejar los interrogantes que nos persiguen desde siempre: ¿es América Latina una región del mundo condenada a la humillación y a la pobreza? ¿Condenada por quién? ¿Culpa de Dios, culpa de la naturaleza? ¿No será la desgracia un producto de la historia, hecha por los hombres y que por los hombres puede, por lo tanto, ser deshecha?
Codicia, frustración sexual, el deseo de sembrar el terror, la envidia, el anhelo de combatir la soledad, el amor o incluso el puro placer de matar, son algunos de los móviles que se van desgranando en estas apasionantes historias. A modo de decálogo, la autora construye unos modelos nada accidentales de asesinar, diez relatos en los que, haciendo gala una vez más de su rigor, su capacidad de análisis y conocimientos sobre la mente criminal, disecciona de forma magistral el lado más oscuro del ser humano.
Ampliamente ilustrado con fotografías, mapas y fichas con perfiles criminológicos de los diferentes asesinos, para ahondar desde una visión profesional en las perturbadoras raíces del Mal.
Este libro es un diario público, libre de los tormentos internos con los que las almas atribuladas engañan al tiempo, escrito por quienes miran con cierta voracidad lo que sucede a su alrededor y, mirando, muchas veces no dan crédito a sus ojos. Un monólogo en voz alta, durante el cual el hablante incontinente también habla solo porque habla principalmente a una multitud de transeúntes. El diario público registra y comenta, día tras día, la drástica transformación del modo de producción dominante, el calendario en el que se inscriben acciones y pasiones, formas de vida, estilos de pensamiento, tras la derrota de los movimientos revolucionarios que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo pasado.
Compartimos nuestros pensamientos más íntimos con empresas tecnológicas que mueven billones de dólares. Sus algoritmos nos clasifican y sacan conclusiones preocupantes sobre quiénes somos. También dan forma a nuestros pensamientos, elecciones y acciones cotidianas, desde con quién salimos hasta si votamos (y a quién lo hacemos). Sin embargo, esto no es sino el último frente de batalla de una lucha milenaria.
Este libro, en parte historia y en parte manifiesto, explica cómo los poderosos siempre han intentado influir en nuestra forma de pensar, en lo que hacemos, compramos y consumimos. Trazando el hilo que va desde Galileo hasta Alexa, Susie Alegre narra la historia y la fragilidad de nuestro derecho humano más importante: la libertad de pensamiento. Esta obra pionera muestra hasta qué punto nuestra libertad está amenazada como nunca antes. Solo reformulando nuestros derechos humanos para la era digital podremos salvaguardar nuestro futuro.