Parentesco animal, nos invita a celebrar la incomodidad como forma de acercarnos al feminismo, es una inmersión en la vida y la literatura.
La autora analiza las condiciones en las que escriben dos grandes autoras durante la segunda ola feminista. Una conversación entre Doris Lessing y Kate Millett que hace emerger tanto preocupaciones comunes como formas contrapuestas de aproximarse a ellas, aportando así ideas muy atractivas sobre la escritura memorialística de las dos.
Noelia plantea en este ensayo qué significa vivir una vida feminista, y abre ventanas y sugiere interpretaciones. Habla también de otras autoras que escriben al mismo tiempo que ellas y sobre las mismas preocupaciones como Penelope Mortimer, Verity Bargate o Mary Jane Ward.
Tratan los temas de su época, a veces de manera contraria al feminismo, otras remando a favor: la maternidad, la psiquitarización y patologización de la rebeldía femenina, el sexo y el amor. Los corsés que imponen las estructuras patriarcales.
Con este libro, leemos a Maquiavelo como todos los demás antes que nosotros, en el futuro. Desde su muerte en 1527, nunca hemos dejado de leerlo y siempre nos separa del letargo. Pero ¿qué sabemos de este hombre, excepto ese nombre inventado por sus críticos para designar esa angustia colectiva, ese mal político, el maquiavelismo? Aquí se traza un itinerario claro de cómo, poco a poco, el autor florentino agudiza su estilo. Para él, todo es bueno, siempre que uno pueda ejercer el arte de la palabra correcta, la verdad real de la cosa: "El amor es preferible, pero la fuerza, a veces, inevitable". La suerte de Maquiavelo siempre ha sido decepcionada por los estadistas que encontró en su camino. Por eso tuvo que escribir El príncipe. Si el libro intenta disociar la acción política de la moral común, aún queda la cuestión de saber no por qué, sino para quién escribe Maquiavelo. ¿Para los príncipes, o para aquellos que quieren resistirse a ellos? ¿Y qué es el arte de gobernar? ¿Es tomar el poder, o conservarlo? ¿Qué es la gente? ¿Puede gobernarse a sí misma? Las buenas leyes ¿nacen de legisladores virtuosos? .
¿De verdad el vídeo mató a la estrella de la radio, como sentenciaba la canción de los Buggles? No, simplemente la desplazó a otro lugar. Este libro reivindica la radio como compañía, como inspiración, como ventana al mundo que combina lo íntimo y lo universal.
La radio que ponemos cada mañana para aterrizar en la realidad mientras preparamos el café; la radio que fue el único contacto con el exterior de Ana Frank y su familia mientras permanecían ocultos; la radio que Walter Benjamin vislumbró como patria común imaginaria, hecha de multitud de voces y silencios…
Si en "Breve historia de las migraciones", publicada en esta misma colección, Massimo Livi Bacci hace un recorrido por el desarrollo de este fenómeno consustancial a la especie humana a lo largo de la historia, en "Por tierras y mares: Quince migraciones de la antigüedad a nuestros días" desciende a la narración pormenorizada de los hechos. Clasificadas según el grado de libertad individual que ha presidido la elección del desplazamiento (desde la ausencia absoluta que caracterizó, por ejemplo, los movimientos en la URSS durante la Segunda Guerra Mundial, a la más o menos libertad plena con que se pudo realizar el desplazamiento a través del Atlántico hacia el continente americano durante los siglos XIX y XX), el autor describe en estas páginas quince casos concretos que afectaron al mundo "occidental" -Europa y América- desde la antigüedad a nuestros días. Susceptibles de acabar en desastre o de culminar con éxito, refractarias a generalizaciones, paradigmas o modelos, las migraciones son fenómenos físicos y sociales, así como hechos políticos, que dejan de forma invariable su impronta en la historia.
Las personas necesitamos escuchar a los demás para relacionarnos con normalidad. Lo mismo pasa con las organizaciones. Algunas tienen fama de que los empleados están especialmente a gusto en ellas, porque se sienten escuchados, participan en las decisiones y se les consulta con frecuencia. Es más, si no contamos nada para los organismos que gobiernan esas estructuras, si no podemos participar en ellos, muy probablemente nos iremos desconectando, hasta llegar incluso a desligarnos completamente.En la sociedad globalizada en la que vivimos, nuestra opinión es cada vez más insignificante y tiene menor influencia en el devenir de los acontecimientos. Por otro lado, se nos regalan los oídos con expresiones como "tu opinión nos interesa", "hay que pulsar la calle", cuando en realidad importa poco el pensamiento verdadero de cada persona singular, sobre todo, si es contrario a los objetivos que determinados grupos de poder se han fijado. Todo se queda en un mero eslogan y esto sucede, entre otras razones, porque no existe una verdadera cultura de la escucha.La escucha solo conlleva beneficios. Tratar con las personas enriquece nuestro conocimiento de la realidad y mejora nuestros propios puntos de vista con lo que aprendemos de los demás. Deseo que después de leer estas páginas aprendas más de lo que escuches, escuches más y preguntes la opinión a los demás.¿Te parece bien? ¡Te escucho!
En mayo de 1871, cuando Mijaíl Bakunin se dirigió por primera vez a los obreros del valle de Saint-Imier, en Suiza, Europa hervía: sobre los rescoldos de la guerra franco-prusiana, el Imperio alemán se había proclamado en Versalles y la Comuna de París estaba a punto de ser brutalmente aplastada. En las tres conferencias recogidas en el presente volumen, Bakunin no solo desgranó con certera maestría las claves históricas, políticas y económicas que explicaban su tiempo, sino que proporcionó a sus camaradas, y a las generaciones futuras, un alimento para despertar las conciencias y una guía para la acción organizada en pos del gran objetivo: la revolución social y la emancipación del ser humano.