¿Por qué López Obrador se ha obsesionado con los medios (sobre todo con los “conservadores”), a quienes considera sus más fieros contrincantes? ¿Por qué miente y desinforma con tanta confianza incluso cuando se le presentan evidencias que anulan sus afirmaciones? ¿Qué consecuencias políticas tiene su actitud retadora y desdeñosa hacia la verdad y los hechos?
Sea como un recurso para polarizar al país en su beneficio o como una genuina estrategia de cambio, el presidente de México ha logrado convertir la relación entre el poder y los medios de comunicación en uno de los aspectos centrales de su gestión. Esto ha generado confrontación, pero también dependencia, y ha marcado el ritmo de la discusión público en México desde que el presidente estableció las conferencias “mañaneras” como la principal vía de comunicación de su gobierno.
Acelerada por la pandemia y los sucesivos confinamientos (ese gran experimento a escala global de un mundo sin contacto), la digitalización de nuestras sociedades avanza cada vez más rápido. ¿Realmente es posible que las nuevas tecnologías digitales ayuden a reducir nuestra huella de carbono y el colapso de los ecosistemas? Nada es menos probable. No podemos olvidar que el capitalismo funciona sobre la conocida y contradictoria base del crecimiento infinito en un planeta con recursos finitos. Por ello, los reyes de Silicon Valley intentan presentarnos la ficción de una desmaterialización tecnológica que, según ellos, permitiría limitar el saqueo apocalíptico de la naturaleza al tiempo que sería capaz de satisfacer el apetito insaciable de los ciudadanos consumidores por el último modelo de smartphone y las nuevas actividades de ocio. Con una obra a medio camino entre el ensayo gráfico, la investigación periodística de urgencia y el relato autobiográfico, Squarzoni demuestra que esta ficción «ecologista» a favor de las innovaciones digitales (tal como nos la proponen a modo de solución milagrosa para el problema del calentamiento global las llamadas GAFAM: Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft) es en realidad un discurso ideológico orientado a aumentar los beneficios económicos de las grandes empresas, así como su cuota global de poder y su dominio sobre nuestros datos personales. ¿Y por qué se trata de una ficción? Ante todo ―nos expone el autor combinando a la perfección ritmo narrativo, lucidez argumental y datos implacables― porque el consumo energético de las nuevas tecnologías digitales crece exponencialmente, al igual que la adquisición por parte de los usuarios de nuevos dispositivos, que además se ven incitados a reemplazar con frecuencia por modelos más recientes a causa de la obsolescencia programada y la omnipresente publicidad. Por otro lado, estos aparatos miniaturizados requieren enormes cantidades de materiales esencialmente no reciclables, y dependen de servidores informáticos, centros de datos y cables submarinos que también son muy contaminantes y consumen mucha energía. Una investigación demoledora que desvela la cara más oscura de esa supuesta desmaterialización de nuestras sociedades, alertándonos sobre sus consecuencias y lanzando una llamada final e inaplazable hacia la sobriedad feliz y elegida que nos permita formular nuevos modelos de existencia y nuevas formas de lucha para defender un futuro posible y para todos.
Por qué están los hombres cabreados? Michael Kimmel, uno de los más prestigiosos sociólogos a nivel mundial en estudios sobre la masculinidad, se hizo esta pregunta en el año 2013. Para responder a ella, decidió pasar cientos de horas en compañía de estos Angry White Men: desde activistas por los derechos de los hombres, pasando por supremacistas blancos, estudiantes o, sencillamente, trabajadores de a pie. Lo que detectó fue toda una serie de cambios sísmicos de raíz económica, social, política y cultural, que ha dejado a muchos hombres, todavía anclados en una idea obsoleta de masculinidad, con una sensación de confusión, traición y finalmente ira. Fruto de sus análisis, el autor acuña la expresión «derechos agraviados» para referirse a la privación de unos beneficios que estos hombres —blancos— cabreados creen poseer por el mero hecho de ser.
En Cómo fabricar a una feminista, Sara Huff proporciona valiosos antecedentes históricos e investigación sobre el feminismo, así como proporciona experiencia de primera mano sobre la formación de una verdadera feminista y la destrucción total que le espera si continúa por el camino del verdadero feminismo.
La autora responde a preguntas sobre el feminismo verdadero como:
¿Qué es el verdadero feminismo?
¿Qué es una verdadera feminista?
¿Cuáles son las consecuencias?
Si uno se propusiera crear una feminista, ¿cómo lo haría?
Si una se convirtiera en feminista y viera lo que es el verdadero feminismo, ¿seguiría siendo una?
¿Cuál es el objetivo final del feminismo?
¿Existe una verdadera libertad dentro del feminismo o el fin es un ejercicio en vano?
¿Cómo se garantiza que la generación del mañana no sea víctima de la cosmovisión del feminismo?
¿Cómo rescatar a los que ya han sido víctimas de él?
Las acusaciones que decenas de mujeres vertieron contra el productor Harvey Weinstein en 2017 propiciaron el movimiento feminista del #MeToo, que creó un altavoz en la red para que las mujeres denunciaran casos de acoso y agresión sexual. Sin embargo, el actual escenario en el que la «posverdad» impera, donde las fake news están a la orden del día, la credibilidad de las mujeres está más cuestionada que nunca.
Credibilidad explora la paradoja que surge de la convergencia entre el #MeToo y la crisis de la «posverdad». Banet-Weiser y Higgins proponen una reevaluación feminista de lo que acuñan como economía de la credibilidad; procesos que, más allá de los hechos, definen qué, cómo y a quién debemos creer. ¿Por qué son las mujeres las que son puestas en duda? A través del análisis de textos, series de televisión y casos tan mediáticos como el de Johnny Depp y Amber Heard, Larry Nassar o Brett Kavanaugh, las autoras tratan de responder a esta pregunta y muestran cómo el poder imperante de género —hombres—, raza —blancos— y clase social —ricos— continúa ejerciendo una gran influencia a la hora de delimitar qué es la verdad y quiénes son las personas que merecen ser creídas.
En un momento en el que el statu quo parece reaccionar de manera más furibunda que nunca ante las amenazas igualitarias que se ciernen sobre él, este lúcido ensayo cobra un valor fundamental a la hora de analizar los retos que el movimiento feminista, y otros afines, tienen por delante.
Una voz combativa y franca, sin barreras, que habla de «la tierra que duele, el viento que llora cuando se muere de frío, la mera existencia cuando te deja de pertenecer».
De furia y miel, es el resultado de varios años de trabajo, con un ambicioso abanico temático que subyugará a los lectores, especialmente a las jóvenes que se reconocerán en su subjetividad más combativa, más fresca y desenfadada: sin cortapisas despliega un enfoque femenino de la realidad de los cuerpos, las rutinas del amor y del trabajo, la vida que nos enaltece o nos hunde según el tiempo que nos toca vivir. Aquí aborda desde su particular y intuitiva voz poética: «el dolor que me reconoció en mis peores noches, los intentos en los que fracasé y todas y cada una de las veces en las que se me cerraron las puertas y me dijeron que no».