Un manifiesto contra las narcotizantes rutinas que llevamos a cabo en la red como sinónimos de vida.
En las próximas décadas nos enfrentaremos a un mundo poscapitalista: una sociedad inmersa en el ininterrumpido consumo tecnológico; una tierra chamuscada, llena de plástico y pesticidas; una naturaleza devastada por el expolio de los recursos naturales.
En este ensayo tan pertinaz como demoledor, Jonathan Crary denuncia la manipulación a la que nos somete lo que él denomina el «complejo de internet», cuya presencia en todas las esferas de la vida hace que cualquier idea que contemple su marginación o ausencia resulte impensable. Pero, tal como argumenta Crary, la cultura y la economía tecnoconsumistas son intrínsecamente incompatibles con una tierra habitable y con la interdependencia necesaria para vivir de un modo más humano y menos alienante. Se trata de una obra que se alza en contra de la atomización social, característica de las redes y plataformas digitales, y reivindica la importancia de organizarnos colectivamente.
Este libro analiza la clase media como el núcleo de nuestra particular forma de vida histórica y social. A pesar del carácter ilusorio de la igualdad de oportunidades y de la ficción meritocrática, la clase media ?o más bien el ideal de la clase media como norma social, aspiración y forma de integración? sigue siendo seguramente el elemento de mayor consenso en nuestras sociedades. Sobre la clase media ha descansado la estabilidad política de la democracia y la capacidad de que las crisis económicas no resultaran en catástrofes políticas. Así se explica aquí en los dos cortes que también constituyen las principales crisis políticas en la historia reciente del país: la Transición y el 15M.
En su trayectoria histórica reciente, la clase media es diseccionada en distintas figuras: el propietario, el garantizado, el padre/madre de familia, el educado y el modernizado. El resultado es un paisaje complejo y dinámico, que se despliega en el curso de varias décadas en paralelo a la transformación de su «constitución material», asociada a distintas formas de regulación política: keynesiana durante el desarrollismo franquista y neoliberal con el despliegue del capitalismo financiero. El arreglo social que conocemos como sociedad de clases medias no se entiende así como una categoría sociológica. Antes bien, aparece como una producción política en gran parte mediada por el Estado («la clase media es el pueblo del Estado», afirmaba el autor en su anterior libro).
¿Qué ha de entenderse por totalitarismo? En esta obra rigurosa y amena, el autor hace una síntesis de los principales argumentos de esta cuestión, para deslindar y acotar a continuación el concepto centrando su análisis principalmente en la Alemania nazi y la Unión Soviética estalinista como paradigmas.
El camino hacia el uso ético y efectivo del poder personal
El poder. Una guía de uso es un libro que te permite entender la naturaleza del poder, cómo se adquiere y conserva la autoridad, el manejo de los roles y juegos de poder presentes en la pareja, el trabajo, la amistad, la vida pública y la vida doméstica, así como cuáles son las responsabilidades del poderoso y qué es una búsqueda sana del poder personal.
El libro combina teoría psicológica de vanguardia y ensayos clínicos con recomendaciones prácticas y ejemplos de las experiencias laborales de la autora como psiquiatra y consultora empresarial.
Centrado en empoderar a las mujeres y descubrir el rol de opresión en sus relaciones del que muchas veces son víctimas sin saberlo, este es un libro anfibio: brinda información científica contrastada y da la oportunidad de ponerla en práctica en tu propia vida.
Un sentimiento recorre nuestras vidas. No es ansiedad, no es depresión, no es euforia ni inquietud. Es, simplemente, que estamos mal. Vivimos en sociedades que hablan de salud mental pero que, en realidad, están hablando de un conjunto de conceptos entremezclados: desesperanza, cansancio, falta de expectativas, estrés, preocupación y dificultad para saber cuándo se acabará ese sentimiento. El malestar del que hablamos tiene mucho que ver con la incapacidad de imaginar un futuro que sea realizable, con la falta de certezas sobre lo que ocurrirá mañana o sobre el reflejo que nos sale al pensar que lo que venga será siempre peor que lo que ya pasó. Ante esto, la primera pulsión de la sociedad parece ser la patologización de ese malestar, ya sea por la vía de la terapia o del psicofármaco. Una opción alternativa, pero igualmente frecuente en ciertos ámbitos, es la negación de la singularidad del sufrimiento y la llamada a la politización como respuesta única posible. En este libro tratamos de abordar los falsos dilemas ante los que nos enfrentamos al hablar de «lo que nos pasa», mirando a las raíces del sufrimiento psíquico y planteando soluciones que no eludan la complejidad del problema. La salida de esta situación generalizada de desesperanza no puede recaer sobre la atención individualizada, sino que alude de forma directa a intervenciones en el ámbito del trabajo, de los derechos de subsistencia y la ampliación a derechos vinculados a los valores posmateriales —autonomía, libertad de expresión, desarrollo de la democracia, etc.— y que son los que hacen que nos podamos permitir pensar en la conquista del futuro.
Sitopía es la continuación de Ciudades hambrientas. Durante milenios, la comida ha dado forma a nuestros cuerpos y hogares, nuestra política y nuestro comercio, nuestros paisajes y nuestro clima. Se podría decir que la comida es la herramienta más poderosa para transformar nuestras vidas y el mundo. Mientras que Ciudades hambrientas explora cómo el viaje de la comida a través de la ciudad ha dado forma a las civilizaciones a lo largo del tiempo, Sitopía comienza con un plato de comida y viaja hasta el universo. La comida anima nuestros cuerpos, hogares y sociedades, la ciudad y el campo, la naturaleza y el tiempo: siete escalas que forman los capítulos del libro. Steel explora los efectos que interactúan de múltiples maneras interconectadas. Desde las normas culturales en las que nacemos hasta los gustos y preferencias personales que afectan a nuestra salud y placer individuales, pero también a la vitalidad de las economías locales, la geopolítica global y la ecología. La forma en que buscamos, hacemos y consumimos los alimentos ha definido la historia de la humanidad. Pero, al olvidar nuestra herencia culinaria y depender de alimentos baratos y producidos de forma intensiva, hemos derivado hacia un modo de vida que amenaza a nuestro planeta y a nosotros mismos. ¿Y si hubiera una forma sostenible de comer y vivir?