Frente a lo planetario es un libro fundamental sobre uno de los más acuciantes del presente: el cambio climático. El autor pone el foco en el “proceso de lo planetario” –incluyendo el estado de los océanos, el derretimiento de los glaciares, las placas tectónicas y la evolución de las especies– y plantea una mirada crítica de las formas de vida contemporáneas y una recuperación del lugar de los no-humanos que habitan en la Tierra de la mano de autores como Lynn Margulis, Alfred North Whitehead, Mahatma Gandhi, Naomi Klein, el papa Francisco y Bruno Latour. Pero además de realizar una fuerte crítica al estado del tiempo contemporáneo, Frente a lo planetario, apuesta por una “política del enjambre” con la que personas de distinta cultura, clase social, credo y de diversas regiones del mundo puedan aliarse para reponer las verdaderas prioridades de un planeta en alerta máxima. Una crisis que demanda cooperación y acción, una asamblea militante espiritual pedirá Connolly, para evitar el colapso y el fin de la vida humana.
Vivimos en una época de incertidumbre. En sociedades anteriores a la nuestra, los seres humanos han vivido con un futuro tal vez más sombrío, pero la estabilidad de sus condiciones vitales –por muy negativas que fueran– les permitía pensar que el porvenir no les iba a deparar demasiadas sorpresas. Podían pasar hambre y sufrir la opresión, pero no estaban perplejos. La perplejidad es una situación propia de sociedades en las que el horizonte de lo posible se ha abierto tanto que nuestros cálculos acerca del futuro son especialmente inciertos.
El siglo XXI se estrenó con la convulsión de la crisis económica, que produjo oleadas de indignación pero no ocasionó una especial perplejidad; contribuyó incluso a reafirmar nuestras principales orientaciones: quiénes eran los malvados y quiénes éramos los buenos, por ejemplo. El mundo se volvió a categorizar con nitidez entre perdedores y ganadores, entre la gente y la casta, entre quién manda y quién padece a los que mandan, al tiempo que las responsabilidades eran asignadas con relativa seguridad. Pero el actual paisaje político se ha llenado de una decepción generalizada que ya no se refiere a algo concreto sino a una situación en general. Y ya sabemos que cuando el malestar se vuelve difuso provoca perplejidad. Nos irrita un estado de cosas que no puede contar con nuestra aprobación, pero todavía más no saber cómo identificar ese malestar, a quién hacerle culpable de ello y a quién confiar el cambio de dicha situación.
Tras estudiar un máster en Psicología Clínica, Dasha Kiper trabajó como cuidadora de un superviviente del Holocausto enfermo de alzhéimer. A partir de esa experiencia y de su posterior trabajo con cuidadores de enfermos con demencia, Kiper nos propone una nueva manera de ver y de entender la relación que se establece entre este tipo de pacientes y quienes velan por ellos.
En las conmovedoras historias que recoge en el libro, Kiper explora los dilemas que muchas veces plantean estos enfermos a sus cuidadores: la tardía y repentina devoción católica de un hombre irrita a su esposa; las amistades imaginarias de una mujer abren una brecha entre ella y su marido; un hombre cree que su pareja es una impostora; o el trauma infantil de una madre aflora para atormentar a su hijo...
Combinando neurociencia y literatura, psicología y filosofía, con las enseñanzas de una serie de casos, Kiper ilumina los particulares mecanismos mentales de estos pacientes y las dificultades a las que se enfrentan las personas que los atienden, ofreciéndoles consuelo y comprensión y derribando el mito del cuidador perfecto.
Todos hemos oído o leído en nuestro día a día afirmaciones categóricas relacionadas con el mundo de la energía. Por ejemplo, que la nuclear es la más barata que existe, que no hay litio suficiente para que todos los coches sean eléctricos o que las renovables perjudican al turismo. Asistimos a un momento histórico en el que, por motivos evidentes, estas cuestiones se hallan en el centro del debate público y de la agenda política. Así, los intereses que lo atraviesan son gigantescos… tanto como las falsedades que generan, y que buscan desinformar con fines tendenciosos. Esta proliferación indiscriminada de mentiras ha ido socavando la conciencia que tenemos sobre asuntos cruciales como el cambio climático, la viabilidad de la transición ecológica o la urgencia a la hora de tomar ciertas medidas. Pedro Fresco, uno de los mayores expertos en energía en la actualidad, desentraña uno por uno estos bulos ―muchos de ellos verdaderamente arraigados en la creencia popular―, en un tono ameno y divulgativo, siempre desde la solidez de los datos y del rigor más puntiagudo. Un remedio contra la desinformación y las fake news, en un retrato global del actual panorama energético. Más que un ensayo al uso, Energy fakes es un llamado a la conciencia, y una guía esencial para lograr separar la verdad del embuste en un tema vital para nuestro futuro, con el que Fresco se consolida, tras el éxito de El nuevo orden verde, como uno de los grandes referentes en divulgación energética de nuestro país. Una valiosa herramienta para enfrentar los desafíos que moldearán no solo nuestro modelo energético por venir, sino, en última instancia, la supervivencia de nuestra misma civilización.
Yo no estoy polarizado. Polarizados están los políticos, las redes sociales y los medios de comunicación. Nadie se considera partícipe de un fenómeno sobre el que, sin embargo, existe un enorme acuerdo social: la polarización es un riesgo para la salud de la esfera pública democrática. Un cierto propósito de enmienda puede parecer aconsejable. Pero al mismo tiempo, ¿no resultan sospechosos esos discursos equidistantes que reparten la culpa en todos por igual? Apelar a que actuemos con más responsabilidad cuando participamos en el debate público, ¿no es como pedir al náufrago que se salve nadando, o al desahuciado que conserve su casa ahorrando más dinero?
El propósito de este libro es delimitar la responsabilidad y el margen de acción de la ciudadanía ante el problema de la polarización. Con este fin, trata de aclarar qué tipos de polarización existen, cuáles son los factores que la explican, qué consecuencias tiene para nuestro ideal de espacio público, y qué procesos psicológicos, éticos, epistemológicos e ideológicos condicionan su propagación.
'Ya no entendemos qué es la democracia'. Esta afirmación es el núcleo central del nuevo ensayo de Marcelo López Cambronero. En él se defiende que los esquemas de comprensión que habitualmente utilizamos para entender la política, y en especial la democracia, han caducado, han dejado de ser útiles para explicar la realidad en la que vivimos, sacudida por la revolución cultural posmoderna, el cambio tecnológico acelerado y el incremento desmedido de las capacidades de control social.
Si queremos salvar la democracia hemos de liberarnos de estos esquemas y buscar otros a partir de un cambio de paradigma: la democracia contemporánea no consiste en el gobierno del pueblo, sino en un modelo de gestión y reparto del poder en la sociedad.
Salvemos la democracia es un breve y muy efectivo texto filosófico-político, donde encontramos reflexiones ordenadas eficaz e ingeniosamente sobre el poder, el tiempo, la revolución, la transformación de las sociedades, el papel de las ideologías y la nueva forma de hacer la guerra, entre otros problemas cruciales de nuestro mundo actual. Con todo ello se intenta responder, entre otras cuestiones, a si vivimos en democracia o, en todo caso, a si podemos recorrer un camino que nos permita reconstruirla y consolidarla.