Al desarme estratégico de Occidente le ha precedido un desarme cultural. El ataque de Rusia a Ucrania nos ha cogido desprevenidos, ocupados en nuestra propia destrucción. Este libro puede ayudarte a entender el regreso de Trump a la Casa Blanca y el ascenso de la ultraderecha en Occidente, en lo que parece una oscilación del péndulo brutal que confirma los augurios más pesimistas del autor.
Por primera vez, es el propio imperio el que contribuye a su colapso. La reescritura de la historia, la corrección política y un antirracismo radical y revanchista, defendidos por el establishment cultural y económico, niegan los valores occidentales y defienden que sólo tenemos pecados que expiar. El ecologismo extremo, religión neopagana de nuestro tiempo, demoniza el progreso económico. Aquellos que no cumplen los nuevos preceptos son cancelados. Los jóvenes, esclavizados por las redes sociales, son manipulados. La alianza entre el capitalismo financiero y las grandes compañías tecnológicas propugna una globalización contra los trabajadores y la clase media. Ya no existen injusticias económicas. Sólo «un planeta que salvar» y un mosaico de identidades que exigen reparaciones.
«Hace tiempo, en su clásico trabajo sobre la representación, Hanna Pitkin reconoció que no podemos entender plenamente la representación sin adoptar una perspectiva sistémica. Sin embargo, ni Pitkin ni yo, al abogar por un enfoque sistémico, profundizamos en el tema. Felipe Rey Salamanca ha elaborado ahora el trabajo definitivo hasta la fecha». Así introduce la profesora emérita de Harvard Jane Mansbridge esta obra.
Su autor nos sugiere que la democracia representativa como la conocíamos, localizada en las estructuras parlamentarias, ha dejado de existir. Rey introduce y desarrolla un concepto nuevo, el de los sistemas representativos, en los cuales la representación política es una práctica mucho más extensa que es ejercitada tanto en los órganos oficiales como en la esfera civil. El parlamento ha perdido el monopolio de la representación. La democracia parlamentaria está en su ocaso. Con rigor analítico y destreza argumentativa, Rey ha dibujado una nueva y refrescante teoría de la representación para entender mejor nuestros mundos políticos contemporáneos.
Desde su independencia de la Corona británica el interés por la organización política estadounidense ha sido objeto de atención por parte de todo tipo de estudiosos. El fin de la Segunda Guerra Mundial vio cumplido el conocido vaticinio de Alexis de Tocqueville de que Estados Unidos y Rusia tendrían «un día en sus manos los destinos de la mitad del mundo, el primero dominado por la libertad como medio de acción, y la segunda, por la servidumbre». La liquidación de la Unión Soviética convirtió a la república norteamericana en la principal potencia hegemónica mundial, cuya vulnerabilidad sin embargo quedó al descubierto tras los atentados del 11-S. Este libro constituye un manual universitario de primer orden, y además una útil herramienta para todo aquel que desee adentrarse en temas básicos del sistema político de Estados Unidos: la vigencia del excepcionalismo como visión propia de su desarrollo histórico; la importancia del liderazgo presidencial en sus diferentes roles, sus aciertos y errores; el funcionamiento y organización del Congreso, extremadamente polarizado especialmente bajo las últimas presidencias de Clinton, Bush y Obama, dificultando la toma de decisiones sobre la deuda y el déficit públicos, la extensión de los derechos civiles, el desempleo estructural o la política de inmigración; la importancia de los tribunales y el derecho en la judicialización de la vida política y en el desarrollo de las libertades públicas, destacando las sentencias cruciales del Tribunal Supremo de EEUU; el declive de la participación electoral; la singularidad de los partidos políticos con respecto a la tradición europea, el sistema de partidos y su evolución; las formas y vías de actuación de individuos y corporaciones que presionan y tratan de influir en la rama ejecutiva y en el Congreso; o la cultura como soft power del american way of life, reflejada en la relación de películas, documentales y series de televisión que acompañan cada capítulo.
Una sólida e impactante investigación sobre la consecuencia del cambio climático de la que menos hablamos: cómo nos obligará a cambiar dónde y cómo vivimos.
Con cada grado de aumento de la temperatura, millones de personas serán desplazadas de la zona en la que han vivido durante miles de años. Grandes extensiones del mundo se están volviendo inhabitables: desde Bangladesh hasta Sudán y el oeste de Estados Unidos. Y en ciudades como Cardiff, Nueva Orleans o Shanghái, la cuádruple amenaza de sequía, calor, incendios forestales e inundaciones remodelará por completo la geografía humana en las próximas décadas.
Si bien la catástrofe climática finalmente está recibiendo la atención que merece, la inevitabilidad de la migración masiva ha sido en gran medida ignorada. En El siglo nómada, Gaia Vince, ganadora del premio Royal Society Science Book, ofrece, por primera vez, un examen de la cuestión más apremiante a la que se enfrenta la humanidad.
El fenómeno del populismo aún no se ha pensado a fondo. La mayoría de los libros sobre el tema se han centrado sobre todo en caracterizar sociológicamente a los votantes populistas; o en discutir de qué es síntoma (el desencanto democrático, las desigualdades galopantes, la constitución de un mundo de invisibles, etc.); o en hacer sonar la alarma sobre la amenaza que representa. Pierre Rosanvallon propone entender este fenómeno en sí mismo, como una ideología coherente que ofrece una visión atractiva y potente de la democracia, la sociedad y la economía. Si expresa enfado y resentimiento, su fuerza radica en el hecho de que se presenta como la solución a los conflictos contemporáneos. De ahí que sea la ideología ascendente del siglo xxi, en un momento en que las palabras heredadas de la izquierda parecen resonar en el vacío. El autor presenta una teoría documentada sobre el populismo, traza su historia en la de la modernidad democrática y desarrolla una crítica profunda y razonada.
Creado en 1944 por el jurista Raphael Lemkin, el término «genocidio» designa un tipo de crimen masivo por el que un grupo es destruido intencionadamente, de forma total o parcial, en nombre de criterios nacionales, étnicos, raciales o religiosos. El siglo XX, que empezó con la aniquilación de la población armenia y terminó con el exterminio de los tutsis en Ruanda y la "limpieza étnica" en la antigua Yugoslavia, dejando entre medias las grandes masacres de la era estaliniana, la tragedia de la Shoa y el exterminio de una parte importante de la población camboyana, bien puede llamarse "el siglo de los genocidios". En el presente libro Bernard Bruneteau analiza en detalle los casos del siglo pasado en que se puede aplicar el término, subrayando lo que considera su principal agente de incubación: el potencial de violencia acumulativa presente en algunas experiencias políticas, militares e ideológicas del siglo, como las matanzas derivadas de las conquistas coloniales, las teorías de la lucha por la vida que las sustentaron o la "guerra total" de 1914, que inauguró el encuentro de los europeos con la muerte en masa.