Luhmann enfatiza en el carácter relacional y comunicacional del poder, dirigido por un código que moviliza las relaciones entre las personas.
La teoría clásica considera el poder como un bien apropiable, que uno puede tener como un bien material y, en consecuencia, también perder. La posesión puede, entonces, acumularse y hacerse durar. Sin embargo, este uso metafórico no basta para analizar más profundamente este tema. La tan fácilmente asible categoría de posesión esconde lo que hay que saber justo en el punto donde la pregunta tendría que empezar, pues ¿qué condiciones sistémicas tendrían que cumplirse para que el poder pueda llegar a ser una posesión, para que sea administrado como tal, transferido como una cantidad constante, aumenta-do y disminuido, y defendido contra peligros específicos?
El poder es una manifestación del fenómeno más general de la influencia, es decir, una comunicación que se entiende como selección de las alternativas de A que implica una selección de las alternativas de B. Es una selección selectivamente condicionada.
La función del poder puede ser así reescrita como la generalización de la relevancia de rendimientos decisionales individuales. Para esto se requiere reflexividad, un proceso incremental por medio del cual el poder se aplica a sí mismo y crece en el sistema más allá del poder individual de cada uno. Entonces, ya no es poder que unos ganan y otros pierden, sino que es Poder en el sistema.
Este libro no trata de una institución llamada «el ejército» y de su relación con una institución llamada «la policía». Dicha distinción es irrelevante desde un punto de vista crítico, porque responde a las simplificaciones de la ideología liberal: ley frente a administración, lo constitucional frente a lo excepcional, lo normal frente a lo urgente, juzgados frente a tribunales, el poder legislativo frente al ejecutivo, Estado frente a sociedad civil, o ejército frente a policía. Por el contrario, la guerra y la policía son procesos que operan conjuntamente como un poder estatal. Las nuevas jergas sustituyen las categorías clave de la teoría crítica por los tropos del pensamiento burgués contemporáneo, establecidos por el Estado, por el capital, por el poder de la guerra, por el poder policial. El trauma sustituye a la alienación y el poder de la guerra continúa, sin cesar. La ansiedad sustituye a la explotación y el poder de la policía avanza, sobre la clase obrera y sus sindicatos, sobre sus derechos y puestos de trabajo, siempre en aumento, consumiendo, devorando. La perspectiva de la resiliencia sustituye a la posibilidad de la revolución y la guerra-policía sigue avanzando, cada vez más. Mientras tanto, el capital se transforma, el capital crece, el capital gana.
Junto con las figuras de todos conocidas, como Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa o Juan Carlos Monedero, que despliegan su versión más personal de los acontecimientos vividos, en Podemos. Una historia colectiva Manuel Guedán nos descubre también las voces de otros miembros del equipo, que nos revelan los secretos de su trabajo, sus errores, sus emociones y desencantos, y las anécdotas de unos meses donde todo fue posible. A todo ello se suma la visión de algunos escritores, músicos o periodistas que siguieron de cerca el fenómeno y ofrecen un cierto contrapunto a la vorágine interior. Podemos, Una historia colectiva combina un análisis de fondo de la hipótesis Podemos, sus fundamentos políticos y las distintas interpretaciones teóricas, con la crónica de unos meses vertiginosos: ¿qué estaban haciendo los que serían miembros del partido durante el 15M?, ¿cómo consiguieron traducir la tensión social al lenguaje de las redes sociales?, ¿cómo negociaban con los medios de comunicación para conseguir que Pablo Iglesias apareciera en ellos?, ¿qué encontraron durante las semanas de campaña en los pueblos de todo el país? Y todo ello con la agilidad, la cercanía y la intimidad de una conversación. He aquí la historia oral de Podemos, las luces y sombras, vistas por primera vez desde dentro, para entender por qúe fue posible y cómo se gestó el fenómeno que cambió la política española para siempre.
A lo largo de últimas décadas, la producción y el consumo de plástico han aumentado de una manera imparable, y esta situación se ha visto agravada a causa de la pandemia mundial de covid-19. En la actualidad, las toneladas de envases y bolsas realizados con plásticos de un solo uso acumuladas en los vertederos es tan elevada que supone un problema medioambiental inmanejable. Hay plásticos que no se pueden reutilizar y solo disolviendo su estructura, a través de calor y abrasión, es posible reciclar sus componentes; pero este proceso tiene grandes riesgos para la salud debido a la emisión de micropartículas que terminan en el aire que respiramos. Esto lo saben las empresas que producen plástico y las distribuidoras que lo utilizan, pero no parece importarles. Mediante campañas de desinformación tejidas de manera irresponsable por dichas empresas y sus lobbies pertinaces, el plástico se ha introducido progresivamente en la economía productiva.
¿Qué pasaría si un día, de repente, el planeta en el que vivimos nos pareciera tan siniestro como extraño, como si nos hubieran teletransportado a un planeta lejano? Ese aterrador futuro ya es nuestro presente. La hidrosfera, que sustenta toda la vida del planeta, se está revelando ante el calentamiento global: nos enfrentamos a diluvios primaverales casi bíblicos, sequías devastadoras, olas de calor, incendios forestales y mortíferos huracanes y tifones otoñales que causan estragos en los ecosistemas y en la sociedad.
Durante demasiado tiempo hemos juzgado erróneamente la naturaleza misma de nuestra existencia y sobre lo que se sustenta. Hemos creído que vivíamos en un planeta de tierra, cuando la realidad es que vivimos en un planeta de agua, y ahora la hidrosfera del planeta se está resilvestrando en medio de un clima que no deja de cambiar, y está llevando a nuestra especie, así como a todas las demás, a una extinción masiva en su búsqueda de un nuevo equilibrio.
"De los libros y herejes incinerados en las piras de la Inquisición a las autoinmolaciones en las concentraciones de protesta, de la quema masiva del calentamiento global al crisol de razas, de la imagen de las chispas revolucionarias prestas a encender los espíritus de los oprimidos hasta los atentados con coches de Oriente Medio, el fuego resulta ser la condición sine qua non de la política. Piropolítica en un mundo en llamas pretende crear un campo semántico-discursivo que atraiga hacia sí, como un imán, los casos en que incendios, llamas, chispas, inmolaciones, incineraciones y quemas han hecho su aparición en las teorías y prácticas políticas. Basándose en la teoría política clásica, la teología, la filosofía, la literatura y el cine, así como en un análisis de la actualidad, Michael Marder sostiene que la geopolítica, o política de la Tierra, siempre ha tenido un reverso inestable, a la vez sombrío y cegador: la piropolítica, o política del fuego.
En los últimos años la extrema derecha ha hecho todo lo posible por acelerar el calentamiento global, incluso un presidente estadounidense que lo considera un engaño ha eliminado los límites a la producción de combustibles fósiles. El presidente brasileño ha abierto el Amazonas y lo ha visto arder. En Europa, los partidos que niegan la crisis medioambiental e insisten en la máxima combustión han irrumpido en varios Gobiernos, de Suecia a España. Al borde del colapso, han surgido las fuerzas que más agresivamente promueven el business as usual, siempre en defensa del privilegio blanco, contra supuestas amenazas de otros no blancos. Pero ¿de dónde vienen estas fuerzas? El primer estudio sobre la extrema derecha ante la crisis climática, Piel blanca, combustible negro, presenta un elocuente rastreo de una nueva constelación política, y revela sus profundas raíces históricas. Las tecnologías que utilizan combustibles fósiles nacieron impregnadas de racismo. Nadie las amó con más pasión que los fascistas clásicos. Ahora han surgido fuerzas de derechas, algunas de las cuales afirman tener la solución: cerrar las fronteras para salvar a la nación mientras el clima se desmorona. Épico y fascinante, Piel blanca, combustible negro traza un futuro de frentes políticos que no podrá dejar de caldearse.
Hoy, más que nunca, vivimos confinados en espacios interiores. Según las estadísticas, pasamos hasta un 90 por ciento de nuestra vida entre cuatro paredes, totalmente desconectados de la naturaleza. No obstante, esta sigue estando profundamente enraizada en nuestro lenguaje, nuestras tradiciones y nuestra conciencia. Durante siglos, las sociedades se han guiado por la intuición de que vivir en armonía con el entorno es fundamental para el ser humano. En pleno siglo XXI, coincidiendo con nuestro alejamiento de la naturaleza, ha empezado a emerger un fascinante campo de investigación científica que confirma esta intuición ancestral y demuestra la importancia del contacto con la naturaleza para nuestro bienestar psicológico o el desarrollo de nuestras facultades cognitivas y afectivas.
Lucy Jones nos abre las puertas de la vanguardia de la biología humana, la neurociencia y la psicología, y descubre nuevas formas de entender (y reparar) nuestra relación disfuncional con la naturaleza. A caballo entre la investigación periodística y la confesión autobiográfica, la autora emprende un viaje apasionante desde las escuelas forestales del este de Londres hasta el Svalbard Global Seed Vault, pasando por bosques primitivos, los laboratorios más punteros de California y el sofá de algún que otro ecoterapeuta.
Un manual conciso y directo para que los más jóvenes aprendan a desentrañar una ciencia y una profesión tan apasionantes e importantes como denostadas.
Cada vez es más necesario encontrar a jóvenes interesados en «hacer política», pues son ellos los que deben mejorar y preservar el futuro de un mundo que ahora contemplan como una herencia envenenada. Porque «hacer política» es oponerse a la resignación y al desinterés, y no el deseo de acaparar cargos importantes. Es, más bien, participar, intervenir en la realidad para proteger lo que es indispensable para la vida en común y el derecho a elegir. Por eso, este libro es una herramienta útil para quienes desean acompañar a los jóvenes en este camino.