El mundo contuvo la respiración por unos instantes cuando Yevgueni Prigozhin hizo marchar las tropas de Wagner hacia Moscú en junio de 2023. ¿Qué estaba planeando? ¿Quería tomar el mando militar en el Kremlin, deshacerse de Vladímir Putin? Desde que en 2014 el propio Prigozhin fundara el grupo Wagner, esta empresa militar privada ha sido utilizada por Rusia como su brazo armado en la invasión de Crimea, en Siria para mantener en el poder a Bashar al-Assad, en Libia, la República Centroafricana, Malí, Sudán y, a partir de 2022, en la guerra ruso-ucraniana. Tras una década de brutales intervenciones en el campo de batalla a las órdenes de Putin, su repentina sublevación sorprendió a propios y extraños. ¿Cuál es la verdadera historia del grupo Wagner, y por qué se ha convertido en una de las más temibles y decisivas organizaciones armadas del planeta? En este libro, los investigadores Lou Osborn y Dimitri Zufferey, miembros del colectivo All Eyes on Wagner, desvelan todos los entresijos del funcionamiento de este ejército mercenario y de su relación con el presidente ruso, así como la fascinante y a la vez aterradora historia de su controvertido jefe.
Qué objetivos persigue la contrainteligencia y qué misiones realiza. Por qué es importante para nuestro país y cuáles son nuestros enemigos. Por qué debemos contar con unos servicios de inteligencia a la altura de nuestras necesidades de defensa y seguridad nacional.
Del CESID al CNI; de la inteligencia de fuentes humanas (HUMINT) a la lucha por la supremacía tecnológica; desde la importancia crucial de la seguridad en las empresas privadas hasta la rivalidad entre España y Marruecos, las injerencias rusas o los fallos israelíes ante la estrategia de Hamás. Bienvenidos a la guía más completa sobre inteligencia y contrainteligencia en España, repleta de casos célebres como CRYPTO AG, la red ECHELON o Pegasus, así como una sólida contextualización de las campañas de desinformación y las operaciones de influencia que siembran la confusión y debilitan a las democracias occidentales.
Aunque en nuestros días el gobierno representativo parece inseparable de la democracia, el primero se estableció por primera vez en Europa y América como alternativa conscientemente elegida al principio de autogobierno popular. Bernard Manin traza la historia de esta paradójica dualidad, desde la Atenas clásica y la Italia renacentista hasta la época actual, definiendo en cada caso los rasgos clave de las instituciones democráticas para resaltar las alternativas que fueron abandonadas. Traducción de Fernando Vallespín
Los antiguos dictadores como Hitler, Stalin o Mao gobernaron mediante la violencia, el terror y la dominación ideológica. Pero en las últimas décadas se ha consolidado una nueva generación de hombres fuertes que, sirviéndose de los medios de comunicación y las redes sociales, ha rediseñado el gobierno autoritario para un mundo más sofisticado y globalmente conectado.
En lugar de una represión abierta y masiva, gobernantes como Vladimir Putin, Recep Tayyip Erdogan y Viktor Orbán controlan a sus ciudadanos distorsionando la información y simulando procedimientos democráticos. Al igual que los propagandistas y voceros en las democracias, estos nuevos dictadores retuercen las noticias para granjearse el apoyo social, cultivar una imagen de competencia y ocultar la censura. Y utilizan las instituciones democráticas para socavar la democracia misma, al mismo tiempo que aumentan el compromiso internacional para obtener beneficios financieros y reputacionales.
Nos gusta pensar que el futuro depende de nosotros mismos, pero la realidad es distinta: la Inteligencia artificial es la mano invisible que mueve los hilos de nuestra vida. Su potencial es ilimitado y, puesto al servicio de un bien común, nos permitiría encontrar la solución a los mayores desafíos de nuestro siglo. Pero ¿qué ocurre cuando ese poder recae en un pequeño grupo de personas?
Nuestro destino está hoy en manos de nueve grandes empresas de Estados Unidos y China. Por un lado, Amazon, Google, Apple, IBM, Microsoft y Facebook, que tienen grandes ideas sobre cómo resolver los mayores desafíos de la humanidad, pero que obedecen órdenes de sus accionistas. Por el otro, las empresas Baidu, Alibaba y Tencent cuyas acciones van ligadas al partido comunista chino. Y, en medio, nosotros. Las fuerzas externas que ejercen presión sobre esos nueve gigantes de tecnológicos conspiran en favor de sus propios intereses económicos y políticos.