A comienzos del siglo XXI cobran fuerza la neuroétlca y la neuropolítica, empeñadas en descubrir las bases cerebrales de la conducta humana en lo moral y en lo político. Contando con la ventaja de conocer mejor el cerebro, se plantean de nuevo las grandes preguntas de la filosofía: ¿existen unos códigos morales inscritos en nuestro cerebro que nos permiten eliminar los códigos filosóficos y religiosos admitidos hasta ahora?, ¿apoyan los resultados de las neurociencias la construcción de sociedades democráticas abiertas, o más bien la formación de sociedades cerradas, que sólo internamente viven de la ayuda mutua?, ¿es posible descubrir los perfiles neurobio-lógicos de demócratas, republicanos, PSOE, PP, izquierdas, derechas, como promete el neuromarketing electoral?, ¿somos libres o estamos determinados a actuar por nuestro cerebro, un cerebro que según un buen número de autores funcionaría de forma tan mecánica como un reloj?, ¿es posible hablar con sentido de cosas tan importantes para la vida humana como responsabilidad y autonomía, bien y mal, o todo eso no es más que una ilusión? Y, por último, ¿qué se seguiría para la educación de las respuestas que pudiéramos dar a estas preguntas?
El presente libro trata de responder a estas cuestiones críticamente, es decir, intentando discernir hasta dónde llegan las aportaciones positivas y dónde empiezan los límites.
La victoria de Sharon en las elecciones israelíes de febrero de 2001 y los atentados del 11 de septiembre del mismo año han supuesto el fin del proceso de paz que se había iniciado en Oslo. Se cierra una etapa en el conflicto de Oriente Próximo y se abre una nueva, caracterizada por la incertidumbre, la dificultad de encontrar bases mínimas de acuerdo y la agudización de los antagonismos. Desde el corazón de las tinieblas del conflicto palestino se alza de nuevo la voz de Edward Said, tan lúcida en la denuncia -de la inconsecuencia, de la injusticia, de la brutalidad- como en la reclamación de una paz que no puede ser duradera si se sigue abordando desde la desigualdad y la imposición.
En estas Nuevas crónicas palestinas se ha conservado una tercera parte de los artículos del primer libro para ayudar al lector a entender la evolución posterior de los acontecimientos, y se presentan veintitrés nuevos artículos de Edward Said escritos desde marzo de 2001 hasta la actualidad. El resultado es una edición nueva con voluntad de continuidad de una de las mayores tragedias de nuestro tiempo.
En el segundo volumen, Fukuyama retoma la cuestión fundamental de cómo las sociedades desarrollan unas instituciones políticas fuertes, impersonales y de confianza, tomando como periodo de análisis la historia comprendida entre la Revolución Francesa y la llamada Primavera Árabe e incluyendo una seria reflexión sobre las disfunciones de la política estadounidense contemporánea. Entre los aspectos que aborda se encuentran las consecuencias de la corrupción en la gobernabilidad y por qué algunas sociedades han tenido éxito en erradicarla, los diferentes legados del colonialismo en América Latina, África y Asia o por qué algunas regiones han prosperado y se desarrollado más rápidamente que otras. Además, Fukuyama se atreve a esbozar a grandes rasgos qué futuro le espera a la democracia en el contexto de una creciente clase media global y la parálisis política arraigada en Occidente. Orden Político y la decadencia política está destinado a convertirse en un clásico.
En Orientalismo, Edward W. Said nos ofrece una descripción esclarecedora de la formación y desarrollos de los tópicos sobre el islam y sobre los musulmanes, que muchas veces impiden o sesgan nuestra visión. Se nos muestra cómo estos «clichés ideológicos» obedecen a los intereses y estrategias del poder dominante y señala la dificultad para el mundo occidental de pensar sobre Oriente si antes no se logra romper esos prejuicios que distorcionan nuestra lectura. Asimismo, nos muestra cómo la relación entre Oriente y Occidente es una relación de poder, construida sobre la subordinación de la idea de Oriente al fuerte imaginario occidental asentado en la superioridad centralista de un «nosotros» enfrentado a un «ellos», lo no europeo, vivido como «lo extraño».
Junto con las figuras de todos conocidas, como Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa o Juan Carlos Monedero, que despliegan su versión más personal de los acontecimientos vividos, en Podemos. Una historia colectiva Manuel Guedán nos descubre también las voces de otros miembros del equipo, que nos revelan los secretos de su trabajo, sus errores, sus emociones y desencantos, y las anécdotas de unos meses donde todo fue posible. A todo ello se suma la visión de algunos escritores, músicos o periodistas que siguieron de cerca el fenómeno y ofrecen un cierto contrapunto a la vorágine interior. Podemos, Una historia colectiva combina un análisis de fondo de la hipótesis Podemos, sus fundamentos políticos y las distintas interpretaciones teóricas, con la crónica de unos meses vertiginosos: ¿qué estaban haciendo los que serían miembros del partido durante el 15M?, ¿cómo consiguieron traducir la tensión social al lenguaje de las redes sociales?, ¿cómo negociaban con los medios de comunicación para conseguir que Pablo Iglesias apareciera en ellos?, ¿qué encontraron durante las semanas de campaña en los pueblos de todo el país? Y todo ello con la agilidad, la cercanía y la intimidad de una conversación. He aquí la historia oral de Podemos, las luces y sombras, vistas por primera vez desde dentro, para entender por qúe fue posible y cómo se gestó el fenómeno que cambió la política española para siempre.
¿Estamos ante la aparición de un nuevo derecho penal de autor, en el que la clase social o la raza dejan paso al género? ¿Es el populismo una amenaza para nuestro Estado democrático y de derecho? ¿Cómo amenaza el populismo a nuestro Estado democrático y de derecho?
La crisis del bipartidismo ha supuesto la irrupción en nuestro país de nuevos partidos políticos, algunos de marcado carácter populista, cuyos líderes no dudan en atribuirse la representación del «la gente», de la voluntad popular, como excusa para instrumentalizar en su beneficio las instituciones y cuestionar la legitimidad del Estado democrático y liberal de Derecho.