Los ensayos publicados por Herbert Marcuse en Nueva York en la revista del Instituto de Investigación Social entre 1934 y 1941 poseen una indiscutible relevancia teórica y política. En ellos se ocupa de temas decisivos de la época (el liberalismo político y económico, la tradición filosófica, la cultura burguesa, la exigencia individual de felicidad o la tecnología contemporánea) a la luz de la catástrofe representada por el triunfo del nacionalsocialismo.
Pero, más allá de su valor histórico-filosófico, estos textos resultan relevantes también para analizar críticamente nuestra situación actual: el nuevo ascenso de la extrema derecha sobre las ruinas del neoliberalismo, la devaluación de la filosofía a mera distracción y medio de autoayuda, la reducción de la cultura a un juego irrelevante de apariencias, la colonización de las necesidades más íntimas por la búsqueda del beneficio económico o el cierre opresivo del universo tecnológico en aras de la eficiencia.
Una pesadilla estremecida, una zozobra planetaria y alucinada. Un despertar medioambiental que es asimismo un andar sonámbulo, un vacilante y tentativo deambular a caballo entre la historia y las ciencias de la Tierra, entre el psicoanálisis y la biología, entre el arte y la política. Este ensayo registra por escrito el despertar de la conciencia ecológica en un ignorante confeso. Rastrea el encantamiento inicial del autor, sus esfuerzos por asimilar la catástrofe que se avecina y por concebir una nueva sensibilidad global en la que de nuevo valoremos lo que importa de veras.
Brasil es un país de intensas pulsiones donde conviven la pobreza y la riqueza más extremas, la injusticia más terrible y la solidaridad, la derecha populista y la izquierda idealista, la naturaleza más exhuberante y los lobbies depredadores. Un país que es un espejo de las complejidades y las grandes contradicciones mundiales, donde nunca nada es lo que parece ni tiene una explicación sencilla. Ha generado figuras magnéticas como Lula o Casaldàliga, líderes que intentan cambiar el mundo para progresar, y a la vez fuerzas populistas como el bolsonarismo que luchan en su contra.
El reconocido periodista Francesc Escribano viajó por primera vez a Brasil la primavera de 1985, cuando conoció a Pedro Casaldàliga. Ahora ha vuelto para captar el pulso en la sociedad brasileña actual y hacer balance del poso que han dejado las causas que defendía «el sacerdote del pueblo» (la distribución de la riqueza, la justicia, el derecho a la tierra). El resultado es un libro fascinante que desvela las corrientes de fondo que mueven la sociedad hacia polos opuestos y que muestra la doble pasión de un periodista por un país y por un referente en la vida.
La famosa máxima la información es poder ha adquirido en las últimas décadas un carácter entre perverso y visionario, que amenaza con aniquilar el pensamiento crítico de las sociedades e imponer lo que en este libro se denomina la era del caos.
La libertad de expresión no solo es la base de la democracia, sino del desarrollo de la Humanidad. Pero también es una amenaza para el poder, para los plutócratas y mil millonarios que quieren forjar la sociedad a su gusto. Por eso, el derecho a la información parece haberse replegado hasta perder todo su sentido, y su resultado es un más que preocupante estado de desinformación, inquietud y duda.
¿Cómo saber qué es verdad y qué es mentira? ¿Cómo se explica que una misma noticia tenga varias interpretaciones completamente opuestas? ¿Por qué ya no confiamos en el periodismo? ¿Qué está pasando en las redes sociales?
Las plataformas que dominan internet acumulan más poder que muchos de nuestros Estados. Hoy, Meta, Alphabet, Amazon, Apple o Microsoft han logrado hacerse con el favor de millones de ciudadanos gracias al uso masivo de sistemas de persuasión que nos vuelven adictos a sus servicios. Han conseguido que nuestras vidas se desarrollen alrededor de las cinco, seis o siete pulgadas de nuestros teléfonos móviles y han generado un control sobre nosotros que las erige como auténticas naciones pantalla. Estas tecnológicas, con sus aplicaciones, nos han mejorado la vida y nos ofrecen entretenimiento infinito, pero también –nos alerta Juan Carlos Blanco– contienen un reverso tenebroso que todos reconocemos: su modelo de negocio causa una pandemia de desatención, alienta la desinformación, destruye el tejido comercial de nuestras comunidades, merma nuestras democracias, precariza sectores como el de la comunicación y se sustenta en la extracción de millones de datos para su uso con fines publicitarios violando nuestra privacidad. Ese mundo de ensueño que anunciaban unos jóvenes emprendedores de California con indumentaria surfera no era tal; por ello, sacar a la luz sus efectos más tóxicos y apelar a nuestra responsabilidad para encarar e incluso revertir la situación se ha convertido en la urgente tarea que aquí abordamos.
El auge del fundamentalismo islámico, la creación de Al-Qaeda y los fallos de los servicios de inteligencia que culminaron en el atentado de las Torres Gemelas. Obra ganadora del Premio Pulitzer. «Literatura como verdad.»Antonio Muñoz ...