Cumbre del genio de Tréveris, El Capital es, sin duda, el texto más influente de la época contemporánea. Publicado a lo largo de casi treinta años, desde 1867 hasta 1894, el autor sólo pudo ver en vida el primer volumen esta obra arrolladora, fascinante e imposible que construye un entramado teórico que sigue siendo imprescindible y clave para comprender el mundo capitalista pasado y presente, así como, desde luego, su futuro. Lectura ineludible y atemporal, la presente edición conmemorativa, traducida directamente del original alemán y cotejada con las más prestigiosas traducciones internacionales, incluye tres textos que, de la mano de César Rendueles, Slavoj Žižek y Elizabeth Duval, ofrecen nuevas perspectivas de lectura.
Cuando la mayoría de la gente piensa en las direcciones de las calles, si es que lo hace alguna vez, piensa en su capacidad para garantizar que el cartero pueda entregar el correo o que un viajero no se pierda. Pero las direcciones no se inventaron para ayudar a encontrar el camino, sino para encontrarte a ti. En muchas partes del mundo, tu dirección puede revelar tu raza y tu clase. En este extraordinario estudio, Deirdre Mask examina las calles que llevan el nombre de Martin Luther King, los medios de orientación de los antiguos romanos o cómo los nazis aún rondan por las calles de la Alemania moderna. La otra cara de la moneda de tener una dirección es no tener ninguna; así, también conoceremos lo que eso significa para millones de personas hoy en día, como aquellas que viven en los barrios bajos de Calcuta o en las calles de Londres. Repleto de personas e historias fascinantes, El callejero ilumina las complejas historias que se esconden detrás de los nombres de las calles, así como su poder para revelar u ocultar, decidir quién cuenta, quién no y por qué.
Frente a la creencia generalizada de que la violencia organizada experimenta un declive continuo a lo largo de la historia, este libro ofrece un análisis sociológico en profundidad que revela que, en realidad, va en aumento. Malesevic demuestra que la violencia está determinada por la capacidad organizativa, la penetración ideológica y la microsolidaridad, más que por las tendencias biológicas, lo que significa que, a pesar de que las sociedades premodernas están expuestas a espectáculos de crueldad y tortura, no cuentan con los medios organizativos necesarios para matar sistemáticamente a millones de personas.
El espíritu de epoca contemporáneo definido como Posmodernidad ha instaurado la quiebra de la racionalidad, herencia del pensamiento ilustrado. Es consecuencia de la deconstrucción, ariete del poshumanismo que caracteriza una sociedad líquida regida por la inteligencia emocional y por un pensamiento debil que rechaza los grandes relatos legitimadores y que asume con la posverdad el imperio de la mentira.