Una perfecta introducción a la filosofía.
Las cuestiones relativas a la ética y la filosofía —cómo vivir, nuestras responsabilidades respecto a nuestros conciudadanos, la diferencia entre el bien y el mal— han sido debatidas a lo largo de siglos por filósofos y pensadores, y sus conclusiones han servido como pilar para la construcción de nuestros sistemas políticos y legales.
Esta obra constituye un ameno recorrido por todos estos conceptos que han merecido la atención de los pensadores, desde la Antigua Grecia hasta el presente. Una introducción perfecta a la filosofía escrita por un autor con un auténtico talento para popularizar sus conceptos, a menudo complejos y exigentes.
Tolstói se pasó la vida llorando: por su perro, por un poema o por su infancia perdida. Este es un libro juguetón, emocionante, puro deleite literario, puro fenómeno fan.
De pequeño, el célebre escritor ruso Lev Tolstói tenía «una facilidad indecente para el llanto». Pero, mientras que sus contemporáneos aprendieron a contener las lágrimas al hacerse mayores, Tolstói nunca dejó de llorar. Lloraba de dolor, de emoción, de alegría, de impotencia… Este libro es un homenaje al Tolstói que siempre optó por vivir lo mejor y lo peor de este mundo con esa intensidad que induce al llanto. Las lágrimas de Tolstói nos abren una ventana por la que comprender a uno de los mayores artistas del siglo XIX, y hacen que nos preguntemos: ¿a qué viene este empeño nuestro por dejar de llorar? En este collage de momentos reales y ficticios, perfilado con deliciosas ilustraciones, Katia Gushina nos invita a asomarnos al alma más o menos secreta de un gigante de la literatura.
Una obra práctica que, desde la evidencia científica, aporta soluciones al daño que producen las pantallas en la infancia y en la juventud
«Lee este libro y pon en práctica las doce soluciones que te voy a explicar, sin saltarte ninguna de ellas. Si sigues al pie de la letra estos consejos, sin perdonarte ni uno, te aseguro que habrás salvado a tus hijos de la peor pesadilla que les espera.»
Si en su anterior obra Salmones, hormonas y pantallas, el prestigioso y premiado catedrático en salud pública, el doctor Miguel Ángel Martínez-González, ya abordaba el tema de la adicción al móvil de los jóvenes, aquí va un paso más allá y plantea doce soluciones concretas para los padres y educadores, proporcionando un completo repertorio de recursos para hacer frente a estos riesgos desde la cotidianidad doméstica. En su experiencia como conferenciante por medio mundo, cuenta que no hay padre o madre de menores que hoy no esté preocupado por las amenazas y daños que las pantallas conectadas a internet pueden provocar en la salud mental de sus hijos. Suena alarmante, y lo es, pero el autor también nos brinda en este libro muchos motivos para tener esperanza.
Nunca dejaremos de conocer a Dios, solo somos todos principiantes y cada uno aprende a conocerlo a su manera. Yo, con estas líneas, te cuento la mía para que puedas entenderlo desde mis ojos.
El prestigioso periodista y escritor británico Alex Renton nos habla de trece alimentos fundamentales como las especias, el aceite, el cacao, el pan y los tomates, mientras explora su rica historia y su evolución, y nos cuenta cómo nuestra hambre insaciable por cada uno de ellos sigue alterando el mundo. Gracias a este libro, verás la comida con otros ojos: como un arma, una forma de arte, una herramienta para la revolución, pero también como fuente de pura felicidad.
Descubre un caleidoscopio de hechos y curiosidades fascinantes, incluidos los placeres olvidados de la manteca, el secreto de la patata frita perfecta y cómo el amor por la pimienta condujo a la piratería.
Toda madre necesita ayuda: Ayuda de su pareja, de sus padres, de su círculo de amigos. Pero en el arte de criar a un ser humano, se requiere ayuda sobrenatural. Necesitamos a Dios. Acudir a Dios en oración es lo más sabio que toda madre puede hacer. Por eso, te invitamos a orar junto con nosotros durante ciento ochenta días, en un ejercicio de humildad y dependencia, de alabanza y adoración, de búsqueda y encuentro. Doblemos las rodillas, inclinemos la cabeza, alcemos las manos, dejemos que las lágrimas corran o la risa refresque: Dios oye la oración de una mamá que quiere hacer su voluntad. Con esa promesa en mente, pidamos a Él la ayuda que tanto necesitamos.