La generación de hoy está rodeada de elementos que absorben sus pasiones y apagan la llama del entusiasmo en sus corazones. ¿Pero sabías que Dios quiere que vivamos vidas apasionadas? Nos creó a cada uno de nosotros con un propósito único y desea que vivamos con sentido e intención. Es más, ¡quiere que nos sintamos entusiasmados con nuestras vidas!
La vida no es una película en la que los superhéroes vienen a rescatarnos de todos los males y, muchas veces, de nosotros mismos. La buena noticia es que tú puedes convertirte en tu propio superhéroe: solo tienes que creértelo y encender tu superpoder interior para empezar a cambiar tu vida y el mundo a tu alrededor.
No va a ser fácil. Seguramente te vas a perder por el camino, tendrás que enfrentarte a muchísimos miedos y revivir muchas heridas para que la conviertas en fortalezas. En este libro Regina Carrot, tu coach de vida, va a darte las herramientas para que centres tus propósitos, para que entiendas que los obstáculos te transforman y para que te des cuenta de que tu fuego interior (tu superpoder) siempre ha estado allí, escondido detrás de miedos y excusas.
Todos los superhéroes han tenido que perderse para encontrar a esa persona que están destinados a ser. Y tú también vas a tener que perderte en el bosque de tus emociones y decisiones, para seguir adelante.
La autora de Brújula para navegantes emocionales nos alienta a sacar provecho de nuestra capacidad innata para amar y para transformar, a encontrar los cauces donde nuestra creatividad y nuestra energía fluyan a través de las trampas y los dones que nos acechan a diario.
Nacemos inocentes. Sin emociones mezcladas, sin dudas, sin miedos, sin mentiras. Llegamos para descubrir, luminosos y coherentes. Vulnerables pero abiertos al mundo, animados por una curiosidad rotunda y radical, dotados de la pasión por vivir. Es entonces cuando comienza la búsqueda del sentido en una realidad diaria de luces y de sombras donde nos asaltan el amor, el miedo, la tristeza o la tentación. Cómo nos enfrentemos a estas etapas cruciales, desde la inocencia o desde la rigidez, determinará el tejido de nuestra existencia, de cada emoción, de cada gesto, de cada pensamiento.