Deseada, buscada, provocada, inadvertida, la soledad puede adoptar muchas formas, pero en la mayoría de casos es una situación que nos da miedo, nos genera rechazo y tratamos de evitar a toda costa. En el mundo actual y especialmente a partir de una cierta edad, parece que la soledad se entiende como un fracaso: estar soltero, divorciado o separado es algo que debe superarse a toda costa. Sin embargo, saber estar solo es en realidad un signo de madurez, de autonomía, de riqueza personal.
A solas es una oda a la vulnerabilidad, al atrevimiento, a no dejarse vencer. Silvia Congost, una de las psicólogas más conocidas de nuestro país, rompe en este libro, lleno de reflexiones y consejos, con las ideas preconcebidas sobre no tener pareja y nos invita a perderle miedo al monstruo de la soledad desde su propia experiencia. A quedarnos en silencio escuchando nuestro cuerpo, conectando con los latidos de nuestro corazón, con el ruido de nuestra respiración u observando la forma y el contenido de nuestros pensamientos.
Más de 10 millones de personas en el mundo te recomiendan Come, reza, ama.
La historia de una mujer en busca del deseado equilibrio entre cuerpo y espíritu.
Después de un divorcio traumático seguido de un desengaño amoroso y en plena crisis emocional y espiritual, Elizabeth Gilbert decide empezar de nuevo y emprende un largo viaje que la llevará sucesivamente a Italia, la India e Indonesia, tres escalas geográficas que se corresponden con otras tantas etapas de búsqueda interior.
Lúcida y valiente novela autobiográfica que ha sido un gran éxito de ventas desde su publicación en Estados Unidos, Come, reza, ama trata de lo que ocurre cuando decidimos ser artífices de nuestra felicidad y dejamos de intentar vivir según los modelos que nos imponen.
Para comprender el fenómeno de la violencia contra la mujer en la relación de pareja es necesario conocer distintas teorías o enfoques que explican los mecanismos psicológicos, familiares, sociales y culturales que hacen posible la perpetuación y las dificultades que impiden romper con el agresor. Es importante observar la ecología del maltrato. ¿En qué ambiente se desarrolla? ¿A cuál cultura pertenecen, tanto la víctima como el agresor? Además, se deben conocer las características sociodemográficas, los antecedentes de violencia y los factores de vulnerabilidad. Hay que poner atención a los procesos de socialización aceptados y validados de acuerdo con las estructuras sociales, políticas y religiosas, que interactúan de manera directa e indirecta con la víctima.