«Un maestro de la sátira anarquista. Una leyenda viviente» (New York Review of Books); «Los más honestos, directos, iluminadores e importantes relatos publicados en este país en los últimos 20 años» (San Francisco Chronicle).
A mediados del siglo XXI, un concurso televisivo, cuyo principal atractivo es la muerte de los participantes, bate el récords de audiencia. Ben Richards, padre de una niña enferma y sumido en la más profunda miseria, decide concursar atraído por los extraordinarios premios, aun a sabiendas de que no sobrevivirá.
Muy pocas veces alguien se atrevió a recomendar tan fervientemente una novela. «Merece vender más ejemplares que la Biblia», afirmó Rebel Inc., una insolente revista literaria escocesa. De inmediato celebrada por los críticos más estrictos pero leída también por aquellos que raramente se acercan a los libros, "Trainspotting" se convirtió en uno de los acontecimientos literarios y también extraliterarios de la última década.
Fue rápidamente adaptada al teatro y luego llevada a la pantalla por Danny Boyle, uno de los jóvenes prodigio del cine inglés. Sus protagonistas son un grupo de jóvenes desesperadamente realistas, ni se les ocurre pensar en el futuro: saben que nada o casi nada va a cambiar, habitantes del otro Edimburgo, el que no aparece en los famosos festivales, capital europea del sida y paraíso de la desocupación, la miseria y la prostitución, embarcados en una peripecia vital cuyo combustible es la droga, «el elixir que les da la vida, y se la quita».
Octubre de 1932, penitenciaría de Cold Mountain. Los condenados a muerte aguardan el momento de ser conducidos a la silla eléctrica. Los crímenes abominables que han cometido les convierten en carnaza de un sistema legal que se alimenta de un círculo de locura, muerte y venganza.
¿Cómo influirán los robots en la vida de la humanidad? ¿Qué papel desempeñarán en un futuro más o menos lejano estos extraños mecanismos creados por el hombre casi a su imagen y semejanza? El autor nos brinda aquí unas narraciones que, sin lugar a dudas, moverán a reflexión.
En junio de 1941, el curso de la guerra es desfavorable a Gran Bretaña. De alguna manera, los alemanes están anticipándose a las incursiones aéreas de los bombarderos británicos. Hermia Mount, una inteligente analista británica, empieza a sospechar de la existencia de una estación de radar secreta en la costa de Dinamarca.