En el devenir de su azarosa trayectoria vital, Wordsworth, arquetipo del poeta vocacional y plenamente consciente de su labor, contribuyó a separar la poesía del ámbito elitista y limitado en el que se había venido desarrollando hasta aquel momento histórico, ofreciendo nuevos cauces para la expresión poetica. El poeta es para Wordsworth "un hombre que habla a los hombres", y la poesía es "el espontáneo rebosar de poderosos sentimientos" que se origina en la emoción rememorada en un estado de tranquilidad. A lo largo y ancho de su prolífica y fecunda obra poetica, trató principalmente de la relación entre el poeta y la naturaleza, dando lugar a la epica del yo romántico reflejada en "El preludio", verdadera crónica y testamento poeticos.
«Pensó que los recuerdos eran invisibles como la luz, y así como el humo hacía que la luz se viera, debía haber una forma de que fueran visibles los recuerdos.»
En octubre de 2016, el director de cine colombiano Sergio Cabrera asiste en Barcelona a una retrospectiva de sus películas. Es un momento difícil: su padre, Fausto Cabrera, acaba de morir; su matrimonio está en crisis, y su país ha rechazado unos acuerdos de paz que le habrían permitido terminar con más de cincuenta años de guerra.
A lo largo de unos días reveladores, Sergio irá recordando los hechos que marcaron su vida y la de su padre. De la guerra civil española al exilio en América de su familia republicana, de la China de la Revolución Cultural a los movimientos armados de los años sesenta, el lector asistirá a una vida que es mucho más que una gran aventura: es una imagen de medio siglo de historia que trastornó al mundo entero.
Volver la vista atrás cuenta hechos reales, pero sólo en manos de un novelista magistral como Vásquez podía convertirse en este retrato devastador de una familia arrastrada por las fuerzas de la historia. Una fascinante investigación social y a la vez íntima, política y a la vez privada, que el lector no olvidará.
Los Diarios (I -18-10-1939 a 31-07-1949- y II -12-08-1956 a 16-06-1958) de José Lezama Lima, junto a Cartas a Eloísa y otra correspondencia, constituyen los fragmentos más íntimos de su escritura. En ambos se aprecian las dos grandes pasiones del habanero universal: la amistad y el insaciable apetito por la cultura, no para acumular sino como apropiación estimulante para sus muchas y laberínticas ideaciones.
Nada le es ajeno: lo inmediato ni lo lejano. Transcurren por las páginas de los Diarios las anotaciones y relumbrones que, más tarde, se transfigurarían en la encarnadura de su obra poética, ensayística y narrativa. Alerta, Lezama anota el aguijón, la semilla, el mimbre que su mano transforma.
María Zambrano supo ver en Lezama la “Araña que rodea a la tierra y teje desde dentro la tela que contiene y envuelve el caos […] araña que extraía de su propia sustancia el hilo inasible, la intangible memoria que reproduce en los aires el laberinto que hace permisible habitar el lugar justo del guardián de los ínferos mirándolos sin desafío con la necesaria fijeza.”
Recopilación de artículos de Philip Roth.
Las entrevistas, ensayos y artículos reunidos en este volumen cubren un cuarto de siglo de la distinguida carrera del autor norteamericano. Roth habla de sí mismo, de su obra y de las controversias que ha engendrado.
Estas páginas también contienen sus escritos sobre los autores de Europa oriental por los que siempre ha abogado, sobre béisbol, la narrativa norteamericana y los judíos estadounidenses.
«Nadie pondrá en duda que soy un padre afectuoso con todos los hijos de mi imaginación, y que ningún otro progenitor puede querer a su familia con tanta ternura. Pero, como muchos padres afectuosos, tengo un hijo favorito en el fondo de mi corazón. Y su nombre es David Copperfield.» Este reconocimiento de Dickens en el prólogo a la edición de 1867 de la novela tiene el valor de venir de su propio «padre». Pero, desde su publicación por entregas entre 1849 y 1850, Dcnñd Copperfield no ha dejado más que una estela de admiración, alegría y gratitud. Para Swinburne era «una obra maestra suprema». Henry James recordaba que de niño se escondía debajo de una mesa para oír a su madre leer las entregas en voz alta. Dostoievski la leyó en su prisión en Siberia. Tolstói la consideraba el mayor hallazgo de Dickens, y el capítulo de la tempestad, el patrón por el que debería juzgarse toda obra de ficción. Fue la novela favorita de Sigmund Freud. Kafka la imitó en Amerika, y Joyce la parodió en el Ulises. Para Cesare Pavese, en estas «páginas inolvidables cada uno de nosotros (no se me ocurre elogio mayor) vuelve a encontrar su propia experiencia secreta». El lector tiene ahora la ocasión de recuperar esa experiencia secreta gracias a la excelente traducción íntegra de Marta Salís, la primera en español en más de cincuenta años de una obra de la que, sin ningún género de duda, cabe afirmar que es clave en la literatura universal.
"Las dos partes de la novela, cuya acción se desarrolla en el año 1926, guardan una estracha relación, pero están claramente separadas en cuanto a los hechos y al ambiente.