«No soy epiléptica, tengo epilepsia». Esta aseveración, pronunciada con la furia eléctrica que habita en Lily, la protagonista de este libro, es una de las múltiples puertas de entrada a una historia, jamás mejor dicho, deslumbrante. Una novela donde la enfermedad es presente cotidiano, la búsqueda convierte al pasado en futuro inmediato y las relaciones humanas se enfrentan a su condición determinante: la ruptura constante y repetida que antecede a la reconstrucción. Aunque se ha dicho hasta el cansancio que leer es habitar un espacio diferente, encontrar un libro que encierra al lector en los acontecimientos narrados es tan extraño como doloroso, más cuando se trata de vivir una enfermedad que no nos ha sido destinada, padecer la urgencia de una investigación que de testigos nos convierte en cómplices, experimentar la dualidad amor-odio que gobierna las relaciones de Lily con los otros, pasear por un Londres que se come a sí mismo y a sus habitantes, deambular por los pasillos de hospitales que parecen cementerios. Ray Robinson, en su primera novela, ha logrado lo que tantos escritores buscan durante toda su vida: entregar a sus lectores una experiencia sinestésica, una historia absoluta. Hacernos sentir las descargas de energía que recorren la piel en un ataque, inmovilizarnos los brazos y las piernas, descontrolar el castañeo de nuestros dientes, deslumbrarnos con la luz blanca y destellante que lo gobierna todo mientras la electricidad toma posesión de nuestros cuerpos.
«El odio es un animal hermoso, imposible de encerrar, con sed de sangre. El odio se despereza, se extiende y te atrapa. Se alimenta de tu rabia. Y al final vuelves a odiar. Porque es fácil. Porque lo necesitas».
¿QUÉ HARÍAS SI, TRAS HABER SOBREVIVIDO A LA QUE CREÍSTE QUE ERA LA PRUEBA MÁS DURA QUE PODÍAS SOPORTAR, EL DESTINO TE LLEVARA OTRA VEZ AL LÍMITE?
Para la inspectora jefa Ana Arén no hay tregua: después de que resolviera el caso que prácticamente acabó con ella, debe enfrentarse a un reto endiablado, el asesinato de una de las mujeres más famosas de España.
Siempre cuestionada por su superior, al frente de un equipo que aún no confía en ella y con el foco mediático sobre la investigación, Ana se ve de nuevo ante un crimen aparentemente irresoluble en el que el tiempo y el pasado se empeñan en jugar en su contra.
La delicadeza en estado puro: naturaleza y lirismo
Flores es un breve y delicado libro compuesto por 42 poemas. Este poemario de Nieves Pulido, de clara influencia oriental, explora las correspondencias y tensiones que se dan entre poema y naturaleza, lenguaje y realidad. Ordenados a modo de manual botánico, los poemas van acompañados por las bellas ilustraciones de Eire (Irlanda Tambascio), que aparecen como una auténtica y logradísima reproducción de las flores originales.
La familia no es un buen lugar para guardar un secreto.
Una carretera junto a la frontera de Portugal, junio de 1977. Juan y Rosa, apenas adolescentes, acuden nerviosos a una clínica abortista clandestina, pero un accidente les impedirá llegar a su cita. Casi veinte años después, Rosa y su hijo Iván comienzan el que será el proyecto de su vida, la recuperación de un camping en la Costa Dorada, en el otro extremo de la península. Desde que Iván nació han vivido en diferentes lugares, siempre de forma provisional, siempre solos, huyendo de un pasado que no tardará en alcanzarlos.
Fin de temporada es una novela sobre la fuerza, a veces envenenada, de los lazos de sangre; sobre los secretos familiares que hacen que cada generación se vea abocada a repetir ciertos errores, y sobre el poder transformador de la verdad.
Experto investigador de las estructuras familiares, Ignacio Martínez de Pisón traza personajes memorables y una relación entre madre e hijo extraordinaria en esta conmovedora historia que recorre casi un cuarto de siglo y nos descubre que el pasado no resuelto es una trampa vital aunque intentemos ignorarlo, o precisamente por ello.
Un mundo en el que los esclavos son los amos y los amos los esclavos.
De la ganadora del Booker por Niña, mujer, otras, una brillante sátira sobre la esclavitud.
Bienvenidos a un mundo al reves. Un buen día, Doris está jugando al escondite con sus hermanas en el prado de detrás de su casa, en Inglaterra. De repente, alguien se abalanza sobre ella, le pone un saco en la cabeza, y Doris termina en la bodega de un barco de esclavos que navega hacia el Nuevo Mundo.
En esta fantástica e imaginativa vuelta de tuerca a la trata transatlántica de esclavos -en la que los blancos son esclavizados por los negros-, Bernardine Evaristo nos invita a reflexionar con una sátira tan asequible y fácil de leer como inteligente y perspicaz. Raíces rubias nos acerca hasta la incomodidad a los grilletes, los lamentos y demás barbaries del esclavismo, planteando preguntas muy oportunas sobre la sociedad de hoy.
En una noche sin luna, a principios del siglo VIII, nace en el Reino de Asturias Huma, hija y única heredera de la sacerdotisa del castro de Coaña, marcada por una profecía y una maldición.
Al mismo tiempo, en Recópolis, ocupada por los musulmanes, el joven Ickila sueña con emigrar al norte y unirse a los cristianos en su lucha contra los sarracenos que dominan casi toda la península. Por eso, cuando tras una reyerta se enfrenta al destierro, decide buscar fortuna al otro lado de las montañas, donde el príncipe Alfonso acaudilla un ejército de astures, cántabros y godos empañados en resistir sin someterse ni pagar tributos.
El destino teje sus hilos para unir a Huma e Ickila, al pueblo visigodo con el astur, en dos historias entrelazadas que realmente forman una sola.
Isabel San Sebastián crea en Astur una crónica arrebatadora en la que historia y leyenda transportan al lector al corazón de una epopeya apasionante.
Atrapada en un país que no es el suyo. Sometida a unas costumbres desconocidas. Incapaz de escapar.
Esta es la historia de María Galera, la novela con la que Reyes Monforte conquistó al público y a la crítica.
Fue en Londres cuando la vida de la joven mallorquina comenzó a cambiar, el mismo día en que conoció a Nasrad. Los dos se enamoraron perdidamente y María, en un acto de fe, se convirtió al islam para casarse con él. Cuando al poco tiempo Nasrad tuvo que volver a Afganistán, su país de origen, ella decidió acompañarlo. Fue entonces cuando empezó la pesadilla.
Obligados a acatar las leyes del régimen talibán, con el comienzo de la guerra ambos quedaron atrapados en el país, sin recursos, dinero ni documentación. A pesar de las precarias circunstancias en las que se encontraban, María dio a luz a dos hijos, pero la vida allí era cada vez más difícil. Necesitaba salir de Afganistán. Fue con la noticia de su tercer embarazo cuando se decidió a pedir ayuda. Impulsada por el amor a su familia, se puso en contacto con el programa Cinco Lunas, de Reyes Monforte, y su historia trascendió al mundo periodístico...
Una historia dura y necesaria que demuestra que el amor puede superar todas las barreras.
En pleno invierno, Gabi Martínez se instala como aprendiz de pastor en la Siberia extremeña para experimentar la forma de vida que su madre conoció de niña. Allí sobrevive en un refugio sin calefacción ni agua corriente, al cuidado de más de cuatrocientas ovejas. Pronto conoce a los habitantes de la zona y va impregnándose de sus diferentes maneras de entender el campo. Es entonces cuando decide afrontar un cambio aún mayor. Uno de verdad. A través de una experiencia radical, este libro despierta nuestra conciencia ambiental, nos conecta con aquellos que nos precedieron y nos ayuda a comprender nuestro presente para transformarlo en un estilo de vida más sencillo, en armonía con la naturaleza.
Nunca he creído en el horóscopo. ¿Sabéis por qué? Porque te dice que estás viviendo un periodo favorable, te da tres estrellas en salud, dinero y amor y, sin embargo, tú te sientes como un trapo viejo, tu vida sentimental es un desastre y tu trabajo pende de un hilo.
¡Bienvenidas al club de las desdichadas intergalácticas!
Me llamo Alice y hasta hace unos meses mi autoestima estaba por los suelos. Mi ex estaba a punto de ser padre y por la cadena de televisión en la que trabajo acababa de aparecer un nuevo jefe con una sonrisa imposiblemente sexy y el apodo de «el cortador de cabezas». Lo último que necesitaba.
Entonces a mi vida llego Tio, mi entrenador astrológico personal, para convencerme de que mis problemas no eran debidos a un complot cósmico sino a la posición de los planetas en mi carta astral. Así que lo único que podía hacer era ponerme en sus manos y averiguar qué sorpresas me tenían reservadas las estrellas.
Y os aseguro que lo que descubrí fue mucho más que eso porque, quizá, cuando se trata de amor... el destino no está escrito en el cielo.