Una autora que nunca pasa de moda.
Durante un placentero viaje a Oriente Medio, entre las ruinas de Petra, aparece el cuerpo de la matriarca de la poderosa familia Boynton. La pequeña marca de un pinchazo en la muñeca es la única prueba de que ha sido asesinada.
El detective Hércules Poirot deberá enfrentarse, de nuevo, al reto de resolver un asesinato con más sospechosos que pistas; y es que muchos podrían desear la muerte de la tiránica señora Boynton, poseedora de una codiciada fortuna. Poirot, pese a la complejidad del caso, se propone dar con el asesino en menos de veinticuatro horas, iniciando así una investigación que conducirá al desenlace más inesperado.
Todos tenían motivos para desear su muerte, todos son sospechosos.
A Esther le molesta todo de Jonathan, su vecino: su gorro hípster, sus opiniones de cine y, sobre todo, sus constantes excusas para hablar con ella.
Pero pronto se da cuenta de que Jonathan es justo lo que necesita... para sanar el corazón roto de su mejor amiga. Como él necesita ayuda para escribir un guion y ella es la nerd perfecta para el trabajo, hacen un trato: él sale con su amiga, y ella lo ayuda con su proyecto.
Mientras pasan más tiempo juntos, el odio se convierte en atracción y, de repente, Jonathan pone patas arriba la organizada vida de Esther.
On January 20, 2001, after nearly thirty years in politics—eight of them as president of the United States—Bill Clinton was suddenly a private citizen. Only fifty-four years old, full of energy and ideas, he wanted to make meaningful use of his skills, his relationships with world leaders, and all he’d learned in a lifetime of politics, but how? Just days after leaving the White House, the call came to aid victims of a devastating earthquake in India, and Clinton hit the ground running. Over the next two decades, he would create an enduring legacy of public service and advocacy work, from Indonesia to Louisiana, Northern Ireland to South Africa, and in the process reimagine philanthropy and redefine the impact a former president could have on the world.
Pasar las manos sobre el cuerpo inerte
de este siglo maltrecho, de esta herida callada
que viste los silencios de cuchillos
y me acompaña cerca cuando viajo
más allá de la línea de costa
que hace equilibrio en tus ojeras.
Entonces aparece el perfil nítido
de la ciudad perdida y pienso en cómo
he llegado hasta aquí, a este lugar
donde el tiempo desnuda el desconsuelo
y la felicidad sabe prender
en los vasos vacíos de la noche.
Y cuando nada quede del naufragio,
haré memoria con los pies
haré memoria donde la ciudad
prenda su cabellera y de su caos
pueda inhalar
la certeza de un puzzle revelado al instante.
En medio de la noche, alguien llama por teléfono a Daniel Quinn, un escritor de novelas policíacas que firma bajo pseudónimo y que, descorazonado, ha renunciado a su carrera como poeta. La voz al otro lado de la línea pregunta insistentemente por un investigador, un tal Paul Auster, y quiere encomendarle una misión. Como si se tratara del protagonista de una de sus novelas,Quinn decide dejarse llevar por la casualidad, y asumir la identidad de detective, como si te tratara del protagonista de una de sus novelas.Las pesquisas le llevarán hasta Stillman, un curioso personaje que requiere protección para salvar su propia vida. Para ello el detective se perderá en el laberinto de la realidad y de las calles de Nueva York.Con Ciudad de cristal, la inauguración de La trilogía de Nueva York, Paul Auster reinventó el género policiaco con una aventura quijotesca y un diálogo sobre la identidad y la realidad contemporáneos.
Los jóvenes héroes de esta novela intentan entender el mundo que los rodea: Anna y Omeir se encuentran en lados opuestos de las magníficas murallas de Constantinopla durante el asedio de la ciudad en 1453; el idealista Seymour está inmerso en un atentado contra una biblioteca en una pequeña ciudad de Idaho en la actualidad, y, en un futuro no muy lejano, Konstance viaja a bordo de una nave interestelar que se dirige a un nuevo planeta. Todos ellos son soñadores que encuentran fuerza y esperanza en la adversidad... y todos están unidos por un libro escrito en la antigua Grecia que narra un viaje excepcional.
José María Fonollosa no es tanto un poeta marginado por la época como un poeta que decide marginarse de una época con la que no comulga. Cantó a las ciudades que lo conocieron, como si el enjambre de calles fuera el silencioso testigo de su paso por el mundo: Barcelona, La Habana, Nueva York. Y su canto no habla de la agustiniana ciudad de dios, sino del ser humano: del hombre que no encuentra su lugar en el mundo y menos entre otros hombres. Es, en definitiva, la suya una voz libre y cercana, un poeta que dice lo que piensa y que ofrece en sus versos un retrato acerado y valiente de las fobias, las ilusiones y los fracasos del hombre contemporáneo.
En la Nueva Jersey de los años setenta, Joe Zucco y Alexis Machine se disputan el control de las actividades ilícitas de la ciudad. Tiránico y despiadado, Zucco es el capo de un grupo mafioso que emplea a decenas de esbirros. Como Charley Flowers, que vio truncadas sus aspiraciones tras un par de errores, o Harry Strega, joven veterano de Vietnam que ahora lucha para abrirse camino en el mundo del crimen. Todos ellos quieren hacer realidad el sueño americano y convertirse en un nuevo Zucco, sin saber que el camino hacia la cima está sembrado de cadáveres. Publicada originalmente en 1973, e inédita hasta ahora en castellano, Ciudad muerta es un aterrador viaje por las malas calles de Nueva Jersey que dejó huella en autores como Stephen King, Chris Offutt y John Connolly.
A raíz de una insignificante batalla entre dos reinos anclados en el olvido de la India del siglo XIV, una niña de nueve años tieneun inesperado encuentro que cambiará el curso de la historia. Tras presenciar la muerte de su madre, la niña, Pampa Kampana, se convierte en receptáculo de una diosa que empieza a hablar por su boca. La diosa le otorga poderes que escapan a la comprensión de Pampa Kampana y le confía que va a ser fundamental en la erección de una gran ciudad llamada Bisnaga, literalmente “ciudad de la victoria”, la maravilla del mundo.
En los siguientes dos siglos y medio la vida de Pampa Kampana estará íntimamente ligada a la de Bisnaga, desde la siembra de una bolsa de semillas mágicas hasta su trágica perdición a causa de motivos puramente humanos: la soberbia de quienes ostentan el poder.