Has tomado este libro en tus manos porque te ha generado curiosidad e interés, ¿cierto? Todos tenemos algo importante que debemos comunicar: una presentación, una entrevista de trabajo, una venta o una idea de negocio.
En este libro práctico e interactivo aprenderás cómo conectar con tu audiencia a través de la comunicación estratégica.
Lo que te atrajo a este libro fue la emoción que te comunicó, y como lo tomaste significa que la estrategia fue efectiva.
Los conceptos de «cultura» y «valores» que vertebran la presente reflexión son no solamente amplios, sino esencialmente difusos. Y, sin embargo, a pesar de su indeterminación terminológica -o precisamente por ello-, son omnipresentes en el lenguaje empresarial y organizativo. A pesar de la dificultad de su delimitación conceptual y, por ello, de su supuesta menor operatividad, la cultura organizacional y los valores que la configuran constituyen la clave de bóveda del análisis ético en y de las entidades. El concepto cultura es el que mejor define el ambiente, el estilo o el sustrato de una organización; condiciona qué tipo de relaciones se establecen en la entidad, y entre esta y la sociedad. Media la percepción de la realidad y también condiciona los criterios, procesos y tipo de decisiones que se toman tanto en el corto como en el medio y largo plazos y remite directamente a los valores en los que se sustenta. El ejercicio de definición de los valores de la empresa, desde la ética, permite también distinguir entre los mínimos de conducta que se han de cumplir y los ideales y aspiraciones compartidas que definen la identidad de la organización.
Cuando la zarigüeya se siente amenazada, se paraliza, con los ojos y la boca abiertos en una mueca petrificada, la temperatura corporal y respiración reducidas al mínimo, la lengua desplegando un tono azulado y sus glándulas anales oliendo a podrido. Pese a este disfraz de cadáver putrefacto, sigue pendiente de su entorno, lista para volver a la acción. Como el gato en la famosa paradoja de Schrödinger, la zarigüeya está viva y muerta al mismo tiempo.
En este libro exploraremos lo que la zarigüeya nos puede enseñar acerca del concepto de la muerte de otras especies. Asimismo, aprenderemos cómo los animales viven la mortalidad de la mano de hormigas que asisten a su propio entierro, chimpancés que limpian los dientes a cadáveres, perros que se meriendan a sus dueños, cuervos que evitan los sitios donde vieron un muerto, elefantes obsesionados con recolectar marfil y ballenas que cargan con sus fallecidos durante semanas.
A lo largo de la historia, el ser humano se ha creído el único animal con una consciencia de la mortalidad. En este libro, que mezcla teoría filosófica con los últimos descubrimientos en etología y psicología comparada, veremos que esta creencia no obedece más que a nuestros sesgos antropocéntricos y que, también en nuestra relación con la muerte, somos tan solo un animal más.