La emocionante historia del matrimonio de científicos que desarrolló la primera vacuna contra la COVID-19
Cambiaron la historia de la medicina con su vacuna contra la COVID-19. Ahora preparan su próxima revolución: la vacuna contra el cáncer.
Nadie creía que fuera posible. Sin embargo, en enero de 2020, Uğur Şahin le dijo a Özlem Türeci, su esposa y pareja de investigación desde hace décadas, que serían capaces de desarrollar una vacuna contra lo que pronto sería conocido como la COVID-19 e inyectarla de manera segura en el brazo de millones de personas antes de que acabara el año.
Esa confianza era fruto de casi treinta años de trabajo. Mientras buscaban una forma revolucionaria de tratar el cáncer, habían estudiado una molécula llamada ARN mensajero, que pensaban que podía usarse para redirigir el sistema inmunitario contra algunas enfermedades.
Gracias a estas investigaciones previas, para cuando el Sars-Cov-2 fue descubierto en Wuhan, la empresa estaba preparada para desarrollar una tecnología de vanguardia y crear la primera vacuna clínicamente aprobada contra la enfermedad. Una vacuna que, gracias a su alianza con Pfizer, empezó a fabricarse y a distribuirse alrededor del mundo mucho antes de lo esperado y, gracias a lo cual, se salvaron millones de vidas humanas.
¿Cómo era nuestro planeta hace cientos de millones de años? ¿Cómo se recuperó la vida en la Tierra tras las extinciones más devastadoras? El pasado deja huellas, y Thomas Halliday, joven investigador multipremiado, ha utilizado la ciencia de vanguardia para descifrarlas de forma más completa que nunca. Con mirada lúcida y poética, lee las huellas en la arena helada para llevarnos en un increíble viaje en el tiempo por unos mundos al mismo tiempo fabulosos y familiares.
Otros mundos devuelve a la vida dieciséis ecosistemas de un pasado inimaginablemente remoto y nos muestra continentes en movimiento, arrecifes de cristal, hongos de tres metros de altura, pingüinos gigantes, reptiles emplumados y muchas otras criaturas asombrosas de un atractivo casi mitológico. A medida que viajamos hacia atrás en el tiempo, redescubrimos nuestro propio hogar de formas irreconocibles, y nos sobrecogen los ecosistemas que se transforman y los devastadores escenarios que han causado el fin de incontables especies. No obstante, por fortuna, la vida siempre ha terminado imponiéndose... por ahora. Este maravilloso libro es también una advertencia del inquietante futuro que afronta nuestro planeta.
La historia de la ciencia como nunca te la habían contado.
Solemos pensar que la ciencia moderna se inventó en Europa, producto de grandes mentes como Nicolás Copérnico, Isaac Newton, Charles Darwin o Albert Einstein. Pero esto es un error. La ciencia no es, ni ha sido nunca, un empeño exclusivamente europeo.
Copérnico se basó en técnicas matemáticas tomadas de textos árabes y persas. Cuando Newton estableció las leyes del movimiento, se basó en observaciones astronómicas realizadas en Asia y África. Cuando Darwin escribió El origen de las especies consultó una enciclopedia china del siglo XVI. Y cuando Einstein estudiaba la mecánica cuántica, se inspiró en el físico bengalí Satyendra Nath Bose. Horizontes va más allá de Europa, explorando las formas en que los científicos de África, América, Asia y el Pacífico encajan en la historia de la ciencia, que se entiende mejor como una historia de intercambio cultural global.
Con una poderosa fuerza narrativa, James Poskett nos lleva en un viaje en el tiempo alrededor del mundo y rastrea los orígenes de la ciencia moderna: desde los palacios de los aztecas hasta las universidades chinas, cuenta la historia de los pioneros olvidados de los grandes conocimientos.
Una historia del todo.
Las ballenas cantan jazz. Y el cosmos es un oscuro café. Y todos los plátanos son el mismo. El planeta Tierra es un lugar extraño y fascinante que se puede explicar a través de titulares como estos. En 1977 la humanidad lanzó su primera tarjeta de presentación al universo a través de las sondas Voyager. Desde entonces, un disco viaja por el espacio interestelar con sonidos e imágenes de nuestro mundo dirigidos a una supuesta civilización extraterrestre. Sin embargo, aquel mensaje en una botella es difícil de descifrar, entre otras cosas porque no deja entrever algo que sí hacen las narraciones: las pasiones, los sentimientos, los miedos… En definitiva, las emociones.
Las ballenas cantan jazz es una explicación de nuestra singular existencia a Alice, una entidad hipotética y extraterrestre, escrita por Bob, otro hipotético portavoz humano, dispuesto a compartir el extrañamiento de un mundo que, aunque nos es habitual, no deja de ser formidablemente asombroso.
Pete Fromm vive desde hace años cómodamente instalado con su familia en la tranquila ciudad de Great Falls, en Montana. Al principio le costó cambiar su uniforme de guardabosques ―con el que había vivido tantas aventuras en la «Gran Naturaleza Americana»― por el de hombre de familia, pero el amor inagotable que siente por sus dos hijos y las nuevas experiencias que comparte a diario con esos pequeños salvajes terminaron por inclinar la balanza. Asumió que sus días huyendo de osos grizzlies y sus noches al raso pelándose de f río y extasiado bajo las estrellas eran cosa del pasado. Y estaba bien que fuera así, al fin y al cabo, todos debemos madurar y dejar de lado ciertas cosas... Sin embargo, el reencuentro con un viejo amigo le ofrece la inesperada oportunidad de pasar un mes en un paraje remoto de las montañas del oeste de Montana. Y como el azar no deja casi nada al azar, su misión allí sería controlar el crecimiento de unos huevos de tímalo, es decir, prácticamente el mismo encargo que recibió veinticinco años atrás y que le abrió por primera vez las puertas de lo salvaje, proporcionándole además el material para el debut de su carrera literaria con un libro de culto, «Indian Creek. Un invierno a solas en la naturaleza salvaje». El círculo de toda una vida parecía cerrarse con admirable belleza... ¿cómo iba a rechazar esta oportunidad para adentrarse en las montañas que tanto sigue amando y para reconectar con esa parte esencial de él mismo? Pero... ¿y los niños? ¿Y si se los llevara? ¿No sería la oportunidad ideal para transmitirles su amor inextinguible por la naturaleza? ¿Sería una insensatez imperdonable llevarse a dos chavales de ocho y diez años a un lugar plagado de osos, lobos y coyotes, con tormentas devastadoras y el médico más cercano a ocho horas de viaje a caballo?
El 9 de noviembre de 2020, Albert Bourla, el director general de Pfizer, anunciaba un gran avance en la lucha contra el COVID-19, la aprobación de su primera vacuna ARNm. La noticia llegó en medio de un aterrador aumento de nuevas infecciones y muertes, y consolidaba así el liderazgo de la farmacéutica en una frenética carrera mundial que se había desarrollado a velocidad récord.
Elegimos ir a la Luna es el testimonio en primera persona de los nueve meses que transcurrieron entre el inicio de la pandemia y la aprobación de la vacuna y de cómo Albert Bourla, inmigrante griego, hijo de supervivientes del Holocausto y veterinario de formación, se enfrentó a los obstáculos, presiones y dificultades para resolver una crisis pandémica inaudita.
Este libro es la crónica escrita en primera persona de uno de los logros científicos más significativos de la historia de la humanidad, pero es, ante todo, una magnífica demostración de la fuerza de una idea: cómo hacer posible lo imposible.