Cuando Mary escribió esta historia era una jovencita de dieciocho años. En el verano de 1816 —escribió Mary en la introducción a su libro— visitamos Suiza y nos convertimos en vecinos de lord Byron. Esta vecindad dio lugar a una serie de reuniones en las que se contaban y leían historias fantásticas y de terror. En una de esas veladas, lord Byron propuso a todos sus invitados que escribieran una historia de fantasmas. Y de esta propuesta surgió Frankenstein.
Es la primera obra genuinamente desmitificadora de la tradición caballeresca y cortes por su tratamiento burlesco. Representa la primera novela moderna y la primera novela polifónica; como tal, ejerció un enorme influjo en toda la narrativa europea. Por considerarse «el mejor trabajo literario jamás escrito», encabezó la lista de las mejores obras literarias de la historia.
Arthur Conan Doyle es el creador de Sherlock Holmes, el detective más célebre de la historia de la literatura.
Tan excéntrico como brillante y resolutivo, el huésped del 221b de Baker Street eclipsó la fama de su propio creador resolviendo insólitos casos, como el que se le plantea en esta novela: después de que sir Charles Baskerville aparezca muerto en extrañas circunstancias, su médico solicita los servicios de Holmes. El detective se verá envuelto en un laberinto de antiguas supersticiones y oscuras venganzas, pero tratará de no permitir que las falsedades enturbien su juicio analítico para desenmascarar al asesino de sir Baskerville.
Bartleby, el escribiente es un magnífico y conmovedor relato, cuya lectura resulta inquietante, divertida y perturbadora. Su protagonista, un peculiar copista judicial que trabaja en un despacho de abogados en Nueva York, decide un buen día, para sorpresa de su jefe, negarse a seguir copiando con la famosa frase «preferiría no hacerlo». Aún hoy, la motivación de Bartleby sigue siendo un exquisito misterio literario, pero la determinación y la sosegada delicadeza con la que se atreve a decir «no» hará que pase a la posteridad como un hombre que eligió la libertad. Herman Melville creó así un personaje paradigmático que influyó notablemente en autores posteriores y que se ha convertido en referente en la historia de la literatura.
Mansfield Park ocupa el centro exacto de la producción novelística de Jane Austen. Asentada como autora tras los éxitos de Sentido y sensibilidad y Orgullo y prejuicio, exhibe un estilo propio y reconocible, basado en el fino uso dela ironía y del retrato de personajes, pero ya se perciben el desencanto y la madurez de Persuasión.
El personaje de Fanny es uno de los más fascinantes y complejos de toda la obra deAusten, y dota a la novela de una profundidad que parece anticipar el realismo y el naturalismo de la segunda mitad del siglo XIX. Todo ello hace de MansfieldPark un clásico de las letras inglesas que bien merece una relectura.
La abadía de Northanger es el trabajo más libre y heterodoxo de Jane Austen. Aunque fue su primera obra, el destino y un editor harto negligente quisieron que apareciera después de su muerte. Y esto es relevante, porque en cierto modo La abadía de Northanger es el Quijote de las novelas de fantasmas, tanto por la actitud de su protagonista, Catherine Morland, una joven fantasiosa fascinada por la lectura de novelas góticas que quiere vivir aventuras y misterios mientras su entorno solo se preocupa por buscarle un marido conveniente, como por la parodia hilarante de las novelas de este género. Todo ello se traduce en una obra tan llena de referencias literarias como fuente de inspiración y disfrute para nuevas generaciones de lectores y lectoras.