El cuento fue una forma predilecta de los escritores del xix y contribuyó significativamente a definir el gran siglo de la literatura rusa. Esta antología reúne veinticinco piezas esenciales que no solo constituyen un compendio literario de enorme valor sino un volumen de historia. De Pushkin a Chéjov, los autores dialogan aquí unos con otros, trazan líneas y bifurcaciones, y nos ayudan a comprender cómo evolucionó un género y se forjó una tradición de las más influyentes de la literatura universal.
Cumbres Borrascosas (1847) se ha convertido en la gran novela romántica por excelencia, o, aún más, en un mito moderno que ha inspirado películas, óperas, secuelas y canciones pop. La única novela de Emily Brontë ?«árida y nudosa como la raíz del brezo», según su hermana Charlotte? bebe sin duda de la fascinación por el género gótico: hay en ella apariciones, noches sin luna, confinamientos desesperados y crueldad sin medida. Pero la tensión y la incertidumbre que imprime a sus atormentados personajes y su tortuosa trama superan toda convención y nos sumergen en una atmósfera de pesadilla que difícilmente volveremos a encontrar en la historia de la literatura.
Aunque el nombre de Edith Wharton sea bien conocido para un lector atento –fue la primera mujer en ganar el premio Pulitzer, estuvo nominada al Nobel en varias ocasiones, firmó más de cuarenta libros de todos los géneros–, aún queda mucho por conocer de una de las escritoras más difíciles de encasillar de la historia de la literatura: sus cuentos son un brillante ejercicio de pasión, síntesis, armonía, encanto discreto y un agudísimo sentido del humor que no han llegado a ser todo lo reivindicados que deberían. Este primer volumen de sus Cuentos completos, que comprende los escritos entre 1891 y 1908, nos ofrece una nueva visión de la autora de La edad de la inocencia que sorprenderá a no pocos y hará disfrutar a muchos.
Prologado por la escritora Clara Obligado, la traducción de este volumen corre a cargo de un compenetrado equipo de traductores –Emma Cotro, Maite Fernández Estañán, Eva Gallud y Juan Carlos García– que no solo ha logrado traernos la voz de Wharton de la mejor manera posible, sino hacerlo en el momento y de la forma que se merece.
La guerra de los mundos, obra central de uno de los padres de la ciencia ficción, nos invita a realizar un viaje en el tiempo hacia el corazón de las fantasías que, en el siglo XIX, modelaban los cánones de terror, los avances tecnológicos y el choque con ese otro mundo, Marte, del que poco se sabía y todo podía suponerse. Esta edición recupera las magníficas ilustraciones del artista Henrique Alvim Corrêa, publicadas únicamente en 1906 en una tirada limitada que dio vida a «esos monstruos que tenían algo de hongo en su aceitosa piel oscura». Asimismo, permite escuchar la emisión radial de Orson Welles en la que teatralizó la invasión marciana. La publicación de esta obra, rescate de la edición histórica publicada por la editorial L. Vandamm & Co. en 1906, coincide con el 130.º aniversario del nacimiento de H. G. Wells y el 140.º aniversario del nacimiento de Alvim Corrêa.
Los demonios es sin duda alguna una de las grandes novelas de Dostoyevski y una de las que más intensamente interpela al lector de nuestros días. Dostoyevski la escribió horrorizado por la muerte de un terrorista, Ivánov, asesinado por sus compañeros de lucha de la banda de Necháyev. El escritor decidió exhibir lo que era el terrorismo en una novela-advertencia. Pocas veces la literatura ha penetrado tanto en la conciencia de los terroristas como en Los demonios. Dostoyevski sabía bien de qué hablaba. Él mismo había participado en el Círculo Petrashevski antes de que la policía lo desmantelara y condenara a sus miembros a la muerte. El día de Nochebuena de 1849, tras un simulacro de ejecución, las autoridades penales anunciaron que habían cambiado el veredicto. El escritor, traumatizado para el resto de su vida, fue condenado a un campo de trabajos forzados en Siberia, en lo que sería un ensayo para el gulag soviético décadas después. Al adentrarse en la mente del terrorista, Dostoyevski describe en Los demonios una generación de jóvenes revolucionarios rusos dispuestos a "sacrificarse y sacrificarlo todo a la verdad". Pero como dice el mismo autor, "toda la cuestión está en qué se considera como verdad. Para ponerlo en claro, precisamente, he escrito esta novela". Los demonios se convierte así en una de las novelas más modernas del siglo XIX, y se puede leer en clave de una defensa de la libertad alejada de todos los fanatismos, y como una crítica acérrima, una advertencia y una premonición del Estado totalitario que tardaría medio siglo en producirse.
Raskólnikov es un joven de veintitrés años que acaba de terminar sus estudios y que malvive en una buhardilla de San Petersburgo. A pesar de su pobreza, es apuesto y elegante y de una gran inteligencia. Desde el principio de la novela acaricia el plan de robar y matar a una prestamista, una anciana ciertamente desalmada y mezquina. Originalmente titulada Los borrachos, con el propósito de desarrollar el tema del alcoholismo en la familia, Crimen y castigo ?que aquí ofrecemos en una nueva traducción de Fernando Otero Macías fue escrita por Dostoievski en una época de deudas y penurias muy particular. Hoy es, incuestionablemente, su obra más conocida.