El sótano se ha quedado muy vacío tras tu marcha».
Tengo quince años y he vivido toda mi vida en este antiguo faro. Mi hermano y yo vinimos a vivir aquí, con el abuelo, cuando yo todavía era un bebé.
Es un sitio increíble, al borde del acantilado. Me gusta refugiarme del sol en la sombra de la fachada. Me gusta el olor del campo al atardecer. A la zona del túnel prefiero no acercarme. No quiero que el hombre grillo me lleve a vivir bajo tierra. Ya lo he oído dar golpes en la trampilla del terreno alguna noche.
A mi hermano no le gusta que haga preguntas sobre nuestro pasado, sobre quiénes fueron mi madre y mi padre. Como dice él, no todo el mundo tiene una familia como las demás.
Hasta ahora he sido muy feliz aquí.
Pero el otro día, en casa, apareció una caja.
Y, desde que mi hermano vio lo que contenía, nada ha vuelto a ser lo mismo.
Imaginemos una mezcla de componentes olfativos que nos permitiera revivir, de manera literal, nuestro más preciado recuerdo. Esta experiencia de inmersión en el pasado es un servicio que la empresa Fragrancia presta en exclusividad a una reducida élite a un precio astronómico, gracias a una sustancia, la SVM, que posee intensos poderes psicotrópicos. Las leyes que rigen su uso resultan ambivalentes: tolerada hasta ahora, también podría ser considerada una droga tremendamente adictiva.
El joven Hélias Révol se dedica de manera oficial a la aromaterapia, aunque lleva cuatro años trabajando en la sucursal de Fragrancia en Le Mans como ayudante de Alain Fisson, uno de los olfatos más veteranos de la compañía. Decidido a convertirse en un experto en traducir recuerdos en fórmulas químicas, se traslada a la sede central de Fontainebleau para continuar su aprendizaje, pero en su camino se cruza Nora Olsson, la fría directora de marketing dispuesta a defender a ultranza los secretos de la empresa y los suyos.
En una hermosa mansión en la Costa Azul, Cécile, una joven de diecisiete años, y su padre, Raymond, viudo y cuarentón, pero alegre, frívolo y seductor, amante de las relaciones amorosas breves y sin consecuencias, viven entregados a una vida fácil y placentera. Se bastan a sí mismos, inmersos en una relación basada en la complicidad y el respeto mutuo. El padre, Raymond, ha invitado a su actual novia, Elsa, y los días transcurren sin sobresaltos. Sin embargo, la visita inesperada de Anne, una mujer inteligente, culta y serena, viene a perturbar aquel delicioso desorden. A la sombra del pinar que rodea la casa y filtra el sol abrasador del verano, un juego cruel se prepara. ¿Cómo alejar la amenaza que se cierne sobre la extraña pero armónica relación de Cécile con su padre?
Cuando tenía diecisiete años, Alice pasó un verano en una casa en el lago con su abuela Nan. Fue allí donde tomó la foto de tres adolescentes sonrientes en una lancha motora amarilla, la imagen que le cambió la vida.
Ahora, como fotógrafa, se siente más cómoda dejando que otros brillen. Sin embargo, últimamente le apetece un cambio, así que idea un plan para Nan y para ella: otro verano en ese lugar mágico, Barry’s Bay.
Sin embargo, tan pronto como se instalan, su paz se ve interrumpida por el rugido de una conocida lancha amarilla, y el hombre que la conduce.
Charlie Florek tenía diecinueve años cuando Alice lo fotografió. Ahora ha crecido y es un sinvergüenza encantador, y los días soleados y las cálidas noches en el lago con él son un bálsamo para su alma. Pero cuando Alice levanta la vista y ve su penetrante mirada verde clavada directamente en ella, empieza a preocuparse…
Porque a ella se le da bien ver a la gente, pero nunca ha conocido a alguien que le devuelva la mirada.
Durante las vacaciones navideñas de 2028, una multitud de niños y niñas acuden a la Plaza Roja a recoger un insólito regalo: un efímero Kremlin de azúcar, soluble en el té, símbolo del nuevo Estado ruso. A lo largo de quince capítulos, estos particulares dulces pasarán de mano en mano hasta alcanzar cada estrato de la sociedad «neomedieval» rusa: un mundo en el que los hologramas y los robots conviven con un orden feudal que divide a la población entre señores y siervos, entre opríchniks y oprimidos. Con el virtuosismo y la imaginación desbordante que le son propios, Sorokin urde en este libro un relato de relatos singularísimo, tan mordaz como clarividente, que se lee como una gran enciclopedia del alma rusa y los avatares de todo un país.
La señora Palfrey, que se acaba de quedar viuda, decide dejar su casa en el campo e instalarse en el Claremont, un sobrio y respetable hotel de Londres que tiene como huéspedes fijos a un variopinto grupo de jubilados. ¿Y a qué va a dedicarse Laura Palfrey ahora que dispone de tanto tiempo libre? Puede salir a pasear, ir a ver una exposición o esperar a que su nieto, que trabaja en el Museo Británico, vaya a visitarla. Cuando cree que en su vida ya no habrá mucho espacio para las sorpresas, conocerá a un joven escritor con el que trabará una improbable y especial amistad.
Publicada originalmente en 1971, Prohibido morir aquí es seguramente la gran novela de Elizabeth Taylor, una de las más destacadas novelistas británicas del siglo xx.
Esta encantadora historia sobre las excentricidades y sinsabores de la tercera edad es una inteligente indagación sobre la soledad y las posibilidades de la amistad. Sus divertidos personajes, la precisión de las observaciones sobre la vida cotidiana y un fino sentido de la ironía y de la compasión hacen de este libro una narración inolvidable.