El esquema de esta novela es de genial simplicidad. Se configura como una sucesión de escenas dialogadas entre dos presos recluidos en una misma celda de una prisión bonaerense. Así, Molina, un homosexual de gran imaginación, irá relatando viejos melodramas cinematográficos a Valentín, activista político e idealista, para aliviarle de los efectos de las sesiones de tortura a que lo somete la policía política de la dictadura.
A través de esta larga conversación, Puig lleva a sus últimas consecuencias uno de sus más originales procedimientos narrativos: el empleo de elementos de la cultura pop como correlato objetivo de las vivencias de los protagonistas. La confrontación entre los dos hombres los llevará a una profunda transformación interior que desembocará finalmente en un sacrificio con el que llegarán a ser ellos mismos.
En 1992, la ya anciana Chiyo Uno publicó la historia de Kazúe, una muchacha que, tras protagonizar una indiscreción amorosa, acaba escapando de su hogar. La narradora la sigue hasta Tokio, describe su vida hasta pasados los treinta y cinco años y se pregunta, en una suerte de hipnótico vaivén, las razones por las que Kazúe obró, decidió y sintió. El efecto es de una fuerza sorprendente y las frases cortas, sincopadas y estrictas parecen intentos de respuesta, siempre provisionales, a esa incesante inquisición.
¿Es la tristeza, la devastación íntima, lo que nos da la medida de nuestro amor cuando perdemos al ser amado? ¿O será tal vez la intimidad de la convalecencia una extraña forma de ternura, el último asidero de la felicidad compartida?
Un año y tres meses reúne los poemas escritos por Luis García Montero a raíz de la pérdida de su mujer, Almudena Grandes. Son poemas que evocan con delicadeza y emoción contenida a veces, desatada otras, la enfermedad y la convalecencia de ella, la vivencia y la emoción de lo vivido.
Cuando nos salimos del camino marcado, las distancias con quienes nos rodean a veces son insuperables.
En abril de 1967, la autora y protagonista, por entonces joven aspirante a profesora de secundaria, supera el examen de capacitación en un liceo de Lyon para orgullo (y recelo) de su padre, antiguo obrero que, procedente del medio rural y tras trabajar duramente, ha acabado convertido en propietario de un pequeño comercio en las provincias. Para ese padre, todo eso significa otro paso adelante en su difícil ascenso social; sin embargo, poco le dura esta satisfacción, ya que fallece dos meses después. Padre e hija han traspasado sus respectivos «lugares» dentro de la sociedad. Pero se han mirado entre sí con suspicacia, y la distancia entre ambos ha ido tornándose cada vez más dolorosa. El lugar se centra, pues, no sólo en los complejos y prejuicios, los usos y las normas de comportamiento de un segmento social de límites difusos, cuyo espejo es la culta y educada burguesía urbana, sino también en la dificultad de habitar en un espacio propio dentro de la sociedad.
«Era el año del Señor de 1989. La gente oía hablar de guerras y de revueltas, pero no se asustaban, pues esas cosas tenían que suceder.» El ala derecha es el volumen que cierra la monumental trilogía «Cegador». Estamos en 1989 («el último año del hombre en la Tierra», y también el año de la Revolución). La aciaga dictadura de Ceaușescu experimenta sus últimos estertores. En los circos del hambre, largas colas de mujeres esperan la comida que no llega, vigiladas de cerca por los agentes de la Securitate. Bucarest es un mausoleo, una ciudad de muertos y de noche, de ruinas y de miseria. El joven Mircea se debate entre la realidad punzante y las visiones alucinadas de un lugar que se asoma al fin del mundo, embarcado en una disección salvaje y mística de la primera infancia, en un viaje onírico por el laberinto de la genealogía familiar, en el que todo converge y todo acaba, en una plenitud tan fugaz como el latido de las alas de una mariposa.
En 1923 vieron la luz las Elegías de Duino, uno de los ciclos poéticos más influyentes del siglo XX. Rainer Maria Rilke había empezado a escribirlo diez años antes, una década en la que el mundo cambió de forma vertiginosa. Las elegías dan vueltas a todo lo que estaba desapareciendo en un entorno cada vez más tecnificado: el sentido de la trascendencia, el amor más profundo y radical, la condición efímera del ser humano. Este volumen incluye, además de una nueva traducción a cargo de Adan Kovacsics y Andreu Jaume, los poemas que Rilke escribió en aquella época sobre la misma temática y una selección de cartas sobre la gestación de la obra. Todo esto la convierte en la edición más completa, ambiciosa y rigurosa que se ha hecho en castellano de este clásico de las letras europeas.