Uno de nuestros mayores retos, estemos conscientes o no, es responder las preguntas: ¿Quién soy? ¿Para qué existo? Para las mujeres, el reto puede aumentar por la multiplicidad de roles que debemos asumir y que desarrollamos casi de forma automática. Walesca nos pone en contacto, de manera cuidadosa, transparente y muy clara, con el valor de transitar hacia la construcción de una identidad verdadera y sólida, con un propósito personal, bajo la dirección de Dios. Ella nos habla desde una narrativa honesta, elocuente y libre, de modo que su relato cobra vida. Sin duda, muchas mujeres serán edificadas con su experiencia que servirá de espejo y motor para encontrar sus propias respuestas.
La gran novela de Pynchon sobre los movimientos radicales de los años sesenta.
En Vineland, región californiana inventada por Pynchon, sobrevive, envuelto en brumas, un grupo de personas que hacen frente como pueden a las consecuencias de su vida en los años sesenta. En 1984, la joven Prairie busca a su madre, Frenesi, figura legendaria de los movimientos radicales a fines de los años sesenta. Lo que no sabe la hija es que la madre acaba de perder su empleo en el FBI y que, una vez "fuera", es el blanco perfecto de un examante suyo, Brock Vond, autentico representante del Mal y de las fuerzas de represión. Brock llega a California armado hasta los dientes, empeñado en acabar con la comunidad liderada en los viejos tiempos por Frenesi. Nada de todo ello detiene a Prairie, decidida a descubrir la trama negra que envuelve a su madre, objeto ahora de la ira y el deseo del terrible Brock.
La pura soledad es una novela dramática y psicológica sobre personajes obsesivos que se enfrentan a situaciones fuera de su control, sus voluntades, secretos y esperanzas definirán sus destinos.
El hotel Louis XVI de París ha alojado durante décadas a una selecta clientela internacional. Ahora, después de una reforma integral y bajo una nueva gerencia, huéspedes asiduos regresan al establecimiento junto a clientes que han logrado reservar en el último momento. El actual gerente, Olivier Bateau, los espera con su asistente, Yvonne Philippe. Ambos desean continuar el legado de excelencia del negocio, pero todo se complica en una sola noche...
Una consultora de arte llega al hotel tras un divorcio terrible y un amor inesperado la pilla por sorpresa. Un hombre que planeaba acabar con su vida salva la de otra persona. Un político muy conocido mantiene una reunión que lo pone en peligro. El esperado viaje de una pareja se ve interrumpido por una emergencia médica que deja su futuro pendiendo de un hilo.
Una pequeña fiesta llamada Eternidad habla de un mundo que se acaba, pero no todavía: del pasado que nos encauza hacia el futuro, de la noche —con su día— y de la revolución. En estos poemas se baila como bailan los cuerpos al sonar el amor y el deseo, las utopías y las decepciones, la rabia y la esperanza; también las ficciones que «nos ayudan a soportar la vida» frente a la misma vida que no sabemos si decir o no. De fondo se oyen los versos de Sylvia Plath, de Anne Sexton, acaso el golpe beat, tan altos y salvajes los de Carmen Ollé.
En esta celebración inagotable se ama y se promete todo, incluso la salvación. Desde la escritura, y desde el sexo, y desde la insurgencia: en Una pequeña fiesta llamada Eternidad hay fuego y purpurina. La primera persona se conjuga singular y se comprende plural, colectiva. Un libro en el que Gabriela Wiener se asoma hacia la eternidad que sigue a la derrota, y nos lo cuenta aún más personal, aún más político.
Se llamaba Sheindla-Sura Leibova Salomoshak-Bluwstein, aunque la historia la recuerda por su apodo: «Soñka, manos de oro». Había nacido en Varsovia en 1846, y a finales del siglo xix se convirtió en una leyenda por sus ingeniosas maneras de estafar. Ocupó las portadas de los diarios más leídos de la época: la llamaban «Diablo con falda», «La versión femenina de Robin Hood» o «La zarina del crimen». Engañaba y robaba a los hombres ricos en los hoteles de Odesa, Moscú y San Petersburgo, en las joyerías y en los trenes. La atraparon en 1888, y cumplió condena en la isla de Sajalín. Se decía que quien entraba allí jamás regresaba: así ocurriría con Soñka, que murió en prisión en 1902.
Pero antes hubo un juicio. Un juicio polémico y popularísimo en su tiempo, cuando Soñka —manos de oro— evocó la historia de su vida: una memoria bien diferente a aquella que la prensa había divulgado sobre ella.
Este es un texto sagrado. Este libro contiene poemas de magia y ceremonias —conjuros y cantos—, y también otros que se sirven del símbolo y la intuición para ofrecer un relato distinto de lo que nos precedió. Aquella otra realidad que quizá se conozca pero aún no ha quedado por escrito, que se intuye existente pero todavía por crear. Poemas desde una tradición que nos habla sobre la posibilidad de la ternura y la vulnerabilidad, y que nos brinda un mensaje dicho tanto con las palabras como con el cuerpo. Esa tradición a la que pertenece Conjuros y cantos apela a la expresión del deseo lesbiano, a la historia —en su profundidad del pasado, en su voluntad del relato— del amor entre mujeres, a los encuentros y las conexiones entre lo pagano y lo sagrado, a un espacio colectivo de vivencia y placer.
Sara Torres abrió con Conjuros y cantos un ciclo de escritura que después completaría con Phantasmagoria y El ritual del baño, ambos publicados por La Bella Varsovia; esta edición revisada por la autora ofrece una versión —y una visión— definitiva de esta obra, que ella considera «la más arriesgada y la más segura de sí». Un libro con el que afirmó el nacimiento de un mundo propio, desarrollado también en su obra narrativa: el de Sara Torres, cuyo lenguaje hipnótico y performativo se busca en su genealogía, alumbra —arte de magia— su propio canon.
Emily Walker hates having her carefully crafted world disrupted by anyone, most of all her legendary nemesis, Jack Bennett. He’s the opposite of the wonderful heroes she dreams up in her double life as a romance writer, which is why Emily was perfectly happy when Jack left Rome, Kentucky, mid-school year with his fiancée. The last thing Emily saw coming was Jack’s return at the start of the summer after calling off the wedding and ending his relationship, but he’s here to stay—as her colleague and her neighbor.
Jack is glad to be back, eager to renovate his house and work on the next mystery novel under his bestselling pen name. But when he realizes he’s now neighbors with the one woman who has always pushed his buttons, he discovers something he’s even more excited about—thwarting Emily and her petty plans to sabotage his return.
With their chemistry-fueled animosity at an all-time high, Emily accidentally sends an email to their school’s principal that could reveal her secret literary side hustle. She needs to steal back her manuscript, and Jack—she hates to admit—is just the man to help her. Surprisingly, he agrees. Will their unlikely alliance put an end to their rivalry? Or could it lead to a steamy plot twist they never saw coming?