Yo solía trabajar limpiando las casas de otras personas, ahora apenas puedo creerme que este sea mi hogar. La encantadora cocina, la calle tranquila, el enorme jardín en el que los niños pueden jugar. Mi marido y yo hemos ahorrado durante años para que mis hijos tengan la vida que se merecen.
Aunque siento algo de recelo hacia nuestra vecina, la señora Lowell, veo su invitación a cenar como una oportunidad para hacer amigos. Cuando su doncella abre la puerta con un delantal blanco y el pelo recogido en un moño tirante, sé exactamente cómo se siente. Pero su gélida mirada me produce escalofríos...
La doncella de los Lowell no es lo único extraño de nuestra calle. Estoy convencida de que alguien nos observa. Y cuando conozco a la mujer que vive enfrente, sus palabras me dejan petrificada: «Ten cuidado con tus vecinos».
¿Cometí un terrible error mudándome aquí con mi familia?
Pensaba que había dejado atrás mis secretos oscuros. Pero ¿podría ser este apacible barrio residencial el sitio más peligroso de todos?
La nueva novela del autor de La biblioteca de la medianoche
"Lo que parece magia no es más que una parte de la vida que todavía no entendemos..."
Cuando Grace Winters, una profesora de Matemáticas jubilada, hereda una casa desvencijada en una isla del Mediterráneo tras la muerte de una antigua amiga, la curiosidad se apodera de ella. Llega a Ibiza sin billete de vuelta, sin guía de viaje y sin planes.
Entre las colinas escarpadas y las playas doradas de la isla, Grace busca respuestas sobre la vida de su amiga y sobre cómo llegó a su fin. Lo que descubre es más extraño de lo que podría haber soñado. Pero, antes de sumergirse en esa verdad imposible, Grace debe reconciliarse con su pasado.
Repleta de maravillas y de aventuras, esta es una historia sobre la esperanza y sobre el poder de los nuevos comienzos para cambiarte la vida.
Tokyo. Fragmentos es la primera obra que se publica en España de Leopold Federmair, escritor y traductor austriaco nacido en 1957 y que desde 2002 reside en Japón. En este libro, estructurado como un paseo literario por el Japón contemporáneo, visitamos a Kenzaburo Oé, vamos al cine, entramos en hoteles, tiendas, bares o en el hospital en el que han ingresado a Mayuko, la hija del autor, viajamos en tren, paseamos por parques o por zonas residenciales, y también encontramos comentarios sobre literatura y música o reflexiones sobre el sistema educativo, el urbanismo o la cultura de Japón. Como señala en su epílogo Daniel F. Hübner, profesor de la Universidad de Zaragoza, «todo ello tiene cabida aquí, en este paseo que adquiere rango de género literario en cuanto permite dotar de unidad a los diversos fragmentos en los que a modo de capítulos se encuentra dividido el libro». Pero, tal como apunta asimismo el profesor Hübner, «este libro no solo ofrece a sus lectores un fascinante recorrido por los múltiples fragmentos en los que se descompone la caleidoscópica realidad del Japón contemporáneo. Su interés radica también en lo que revela de la persona —o del personaje— que está presente en estas páginas, ese paseante que observa una ciudad y sus gentes con la inocente sabiduría de una niña y el amplio bagaje de vivencias y referencias culturales de un escritor cosmopolita en plena madurez creadora.
Beth ha logrado acceder al programa de estudios al que siempre aspiró, aunque no esperaba que traspasar esa meta fuera a tambalear todos los cimientos de lo construido en los últimos meses. Eso que descubrió con un chico que quiso hacer volar sus mariposas y le entregó toda la esperanza tatuada en su piel.
Lo que encuentra en el grupo de Teatro era el mayor sueño de Beth. La peor pesadilla de Chris. Y para Ben… Para Ben será un reto difícil de superar.
¿Se puede elegir otro camino después de mirar a los ojos al destino?
Los colegios tienen un problema significativo: hay demasiados chicos con dificultades. Resultados académicos decepcionantes, falta de interés en los estudios, altas tasas de expulsión, trastornos mentales en aumento, actitudes sexistas, incapacidad para expresar emociones… Las ideas tradicionales sobre la masculinidad están teniendo un efecto negativo no solo en los chicos, sino también en las chicas. En este libro revolucionario, Matt Pinkett y Mark Roberts defienden que los colegios deben replantearse sus esfuerzos para recuperar a los chicos.
¿Los chicos no lo intentan? repasa las investigaciones sobre temas clave como la ansiedad y ser buen estudiante, el comportamiento y el acoso, los deberes y la autoestima. Anima al lector a reflexionar sobre cómo define la masculinidad y a considerar lo que queremos para los chicos en el sistema educativo. Ofrece soluciones, además de estrategias a largo plazo para ayudar a los chicos a ser más felices y alcanzar mejores resultados académicos.
No pudo evitar preguntarse por qué el asesino de sus padres la quería viva. Y si eso no era una razón suficiente para desear estar muerta.
Cuando la mañana del 10 de agosto del año 30 a.C. la reina egipcia Cleopatra es encontrada muerta por la guarnición romana encargada de custodiarla para llevarla a Roma para el desfile triunfal de Octavio, la cólera de los romanos recae sobre sus dos hijos mellizos, Cleopatra Selene (Luna) y Alejandro Helios (Sol), de apenas diez años. Son acusados de haber ayudado a su madre a darse muerte, escatimando así el golpe de efecto que hubiese tenido la presencia de la orgullosa egipcia encadenada por las calles de Roma. Los mellizos, juntos con su hermano menor, Ptolomeo Filadelfo, son apresados y llevados a la península itálica. Son los hijos de la reina vencida y del triunviro Marco Antonio, que se ha suicidado también ante la victoria de Octavio.
Los niños llegan horrorizados a Roma en compañía de su tutor y son obligados a desfilar encadenados ante el carro de Octavio, el futuro emperador Augusto, pero su corta edad despierta la compasión del pueblo romano. En la creencia de que quizá puedan serle útiles en el futuro, Octavio accede a perdonarles la vida y ponerlos bajo la tutela de Octavia, su hermana y la legítima esposa de Marco Antonio, la mujer a la que abandonó para unirse a Cleopatra.