Los héroes mueren. Los cobardes viven. Los invasores descendieron de los cielos y sometieron a su pueblo antes de que Ruying naciera, ni siquiera la magia pudo detenerlos. Ahora, en un imperio conquistado, la prioridad de Ruying es mantenerse a sí misma y a su familia a salvo. Pero cuando el poder mágico de Ruying sobre la muerte es descubierto por un príncipe extranjero, este le hace una retorcida propuesta: si se convierte en su asesina y elimina a sus rivales políticos (gente malvada y brutal cuya desaparición beneficiaría a ambas naciones), su familia no volverá a pasar hambre ni sufrir daño alguno nunca más. Aceptar este pacto la obligaría a usar unos poderes que siempre le han dado miedo, poderes que le arrebatarían a ella misma años de vida. ¿Podrá Ruying confiar en la encantadora sonrisa del príncipe y en su promesa de un mundo mejor? ¿Valdrá la pena el sacrificio que le propone o supondrá el inicio de una guerra? ¿Es posible que con la excusa de proteger a su familia esté a punto de traicionar por completo a su nación?
¿Qué es el hombre? Durante siglos, se le ha pensado como una criatura divina o un ser natural, y su verdad estaba más allá de él: en el Dios que lo había creado o en la naturaleza de la que había surgido. Pero hacia fines del siglo XVIII, el hombre comenzó a buscar en sí mismo su propia verdad: en su cuerpo, en sus sentidos, en su mente, en las condiciones materiales de su existencia, en sus creaciones culturales. Así surgió y tomó forma la antropología en sentido moderno: la pregunta por el hombre de la que el propio hombre es la respuesta. La cuestión antropológica, curso que Michel Foucault dictó en la Universidad de Lile y en la École Normale Supérieure parisina, e inédito hasta ahora, es la historia de este acontecimiento.
Foucault despliega su exploración en una secuencia impecable y sorprendente, ya que pone el foco en autores o textos no siempre obvios. El primer momento nos muestra por qué la filosofía clásica europea (Descartes, Malebranche, Leibniz) permanece sorda a esta cuestión: en los siglos XVII y XVIII el hombre no existe como un ser autónomo o a raíz de saber acerca de su propia voluntad. En el segundo momento, a partir de Kant, el hombre se vuelve el punto de gravitación y fundamento de la filosofía -de Feuernbach a Dilthey, pasando por Hegel y Marx-, y así surge el conjunto de las ciencias humanas. En el tercer momento, el pensamiento dionisíaco de Nietzsche anuncia la muerte de Dios y, con ella, el derrumbe del hombre mismo.
Una defensa a la cultura de la libertad desde los conocimientos científicos hasta las tradiciones, usando como base el juicio crítico, las artes, los valores, las costumbres y los modos de vida. Desde este nuevo enfoque, Carlos Rodríguez Braun realiza un análisis sobre el liberalismo que va más allá de lo meramente económico, y nos ofrece una visión 360º de cómo influye en aspectos cotidianos como la Iglesia, el periodismo, la tauromaquia y la política, la desigualdad y la literatura. A través de estas páginas, nos transmite que la esencia de la cultura de la libertad es que «la libertad no ha de ser propiciada y defendida por sus benéficos efectos económicos, aunque los tenga». La libertad es buena de por sí, es buena por sí misma, independientemente de sus consecuencias. Porque la libertad no es un medio. La libertad es un fin. «Al afirmarse como soberano en el siglo XVI, la potencia expansiva del Estado alteró la trayectoria liberal de la historia de Europa y, en consecuencia, la de sus proyecciones extraeuropeas, determinada, como explica magistralmente Carlos Rodríguez Braun, por los Diez Mandamientos.
Dos asesinos de bandas rivales atrapados en un mortal juego de venganza en el que el error más peligroso es enamorarse.
En Fantome, una ciudad Iluminada por farolas de gas en la que los edificios hermosos conviven con siniestras catacumbas, la magia de sombras es un bien escaso y mortal controlado por dos gremios que arrastran una larga enemistad: los capas y los dagas, los ladrones y los asesinos.
La noche en la que matan a su madre, la joven Seraphine huye y busca refugio entre los capas. Está decidida a vengarse y cuenta con un as en la manga que nadie espera. Pero ¿sus habilidades secretas valdrán de algo contra el joven de cabello oscuro y ojos plateados que la sigue por la ciudad?
La Dama de Vermut y la Dama de Negroni es el mismo personaje y aparece en ambos poemarios, un personaje que está entre ser de carácter dulce y fuerte, una romántica con un pensamiento libre y revolucionario. Aparecen también personajes que se roban el protagonismo de algunos poemas, tales como Sebastián, Julio y otros cuya identidad la Dama prefiere ocultar haciendo referencia a rasgos físicos y rasgos de su personalidad,
En sus composiciones, la Dama le de vida al universo que vive dentro de ella, donde se mezcla la realidad con la ficción, surgiendo a veces lugares mitológicos en sus escritos. Es un universo intangible, pero que también hace referencia e lugares tan reales como el Malecón de Santo Domingo, Semaná, Punta Cana, Quisqueya, Selamanca y Madrid.
Hay un discurso literario romántico y apasionado con mucha fuerza y carácter. Á veces se torna oscuro e irreverente para los que tienen una mentalidad conservadora, pero los escritos son puro arte. Por eso, el poema favorito de la autora es «Sebastián», En esta composición se resume la esencia de los poemarios de la antología. Es un poemas intenso con una idea potente.
La periodista más popular de Gernika es arrollada por el tren que cubre la línea de Urdaibai. La víctima ha sido fijada a la vía con un delicado tulipán entre sus manos. La flor, de un intenso y brillante rojo, es tan hermosa como difícil de encontrar en pleno otoño. La escena, cuidadosamente preparada, ha sido retransmitida en directo a través de Facebook.
La danza de los tulipanes nos sumerge en la ría de Urdaibai, un lugar mágico donde el mar y la tierra se abrazan al compás de las mareas que mecen las tranquilas vidas de sus habitantes, que se ven repentinamente sacudidas por la brutal irrupción de un asesino complejo e inteligente, capaz de rivalizar con los ritmos de la naturaleza que desde siempre han gobernado la comarca.