The first book to explore the extraordinary musical life and remarkable paintings of one of America's greatest ever songwriters.
Best known for having written and produced some of the seminal records of American popular culture--from 'Big Girls Don't Cry' for the Four Seasons to 'Silence is Golden' for the Tremeloes and 'Lady Marmalade' for LaBelle--Bob Crewe was a multifaceted artist for whom a passion for painting and the visual arts provided a lifelong counterbalance to music.
Collected here are more than 80 of Bob Crewe's artworks, stretching from his first forays into abstract expressionism in the 1950s and 1960s to more complex, tactile compositions made on his full-time return to painting in the 1990s--accompanied by archival images and ephemera that reflect Crewe's simultaneous contribution to popular music.
Essays by Jessica May and Peter Plagens explore the development of an artist whose influences ranged from Rauschenberg and Johns to Warhol and Bacon; legendary record producer Andrew Loog Oldham captures the period of radical experimentalism in which Crewe wrote many of the most memorable songs in the canon of modern pop; and Donald Albrecht's introduction ties together the many complementary aspects of Crewe's personal and creative lives.
Fernando Botero es un artista con estilo propio. Durante más de seis décadas, la técnica del boterismo colombiano ha fascinado a coleccionistas, instituciones y espacios públicos de todo el mundo por su visión exagerada, rolliza y singular del cuerpo humano. A través de sus corpulentas creaciones. Botero se ha convertido en uno de los artistas más reconocidos de Latinoamérica, y sus obras se han expuesto en algunos de los lugares más emblemáticos de todo el mundo, como la Parle Avenue de Nueva York y los Campos Elíseos de París.
Esta edición ofrece una introducción esencial a esta destacada figura del arte contemporáneo. El libro, que recorre la obra de Botero desde sus primeras caricaturas de animales hasta las últimas esculturas en bronce a gran escala, analiza las diversas influencias del artista, de Paolo Uccello al expresionismo abstracto, y rinde homenaje al ingenio, la ironía, la perspicacia y la agudeza crítica que se ocultan tras las proporciones absurdas de sus composiciones.
Desde comienzos de la década de 1970, Bruce Springsteen canta a Estados Unidos, a su clase trabajadora, a los trotamundos y a los corazones rotos.
Canta a las alegrías y frustraciones de su infancia en Nueva Jersey, al amor, a las mujeres hermosas y a los coches, a la velocidad, a los grandes espacios, a la libertad… Son los protagonistas de "Born to Run", "Thunder Road", "Born In The USA", "The River" o "Streets Of Philadelphia".
Con cien millones de discos vendidos en todo el mundo, Springsteen ha entrado en el círculo de los mejores cantantes de todos los tiempos. Y nadie mejor que él merece ser considerado "el Boss" del rock.
«Cambio de ánimo, de país y de profesión según las circunstancias. Un día estoy cantando sobre el escenario de un festival abarrotado de gente y al siguiente ejerciendo de enfermero en una residencia para pacientes con demencia y alzhéimer en Noruega. Esta doble vida, entre la música y la enfermedad, me obliga a ir y venir constantemente. Vivo entre dos mundos pero no encajo en ninguno, y todo parece estar siempre a punto de resquebrajarse. El escenario y el amor son una tregua, una burbuja a salvo de todo lo que me asfixia. Me he pasado la vida tratando de ser alguien más allá de mi casa para al final llegar a la conclusión de que lo que me importa es ser alguien en ella. Aquí es donde residen el gran amor de mi vida y mis hijas, y es donde sigo manteniendo intacta la esperanza de escribir algún día la canción de amor definitiva».
Jorge Martí es líder y cantante de una de las bandas más importantes del indie español: La habitación roja. Pero su vida no es la que se podría esperar del líder de una banda de rock, tiene una cara A: la que muestra en el escenario cuando canta junto a sus fans a pleno pulmón Ayer o Indestructibles, concede entrevistas y viaja promocionando sus discos. Y una cara B, desconocida para sus miles de fans, la del fracaso, las expectativas no cumplidas, la decepción, la enfermedad, y también el amor y la música, que tal vez sean la misma cosa.
Caravaggio, or more accurately Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571–1610), was a legend even in his own lifetime. Notorious bad boy of Italian painting, the artist was at once celebrated and controversial: Violent in temper, precise in technique, a creative master, and a man on the run.
This work offers a comprehensive reassessment of Caravaggio’s entire œuvre with a catalogue raisonné of his works. Each painting is reproduced in large format, with recent, high production photography allowing for dramatic close-ups with Caravaggio's ingenious details of looks and gestures.
Five introductory chapters analyze Caravaggio's artistic career from his early struggle to make a living, through his first public commissions in Rome, and his growing celebrity status. They look at his increasing daring with lighting and with a boundary-breaking naturalism which allowed even biblical events to unfold with an unprecedented immediacy before the viewer.
In the latter half of the 19th century, in the verdant countryside near Aix-en-Provence, Paul Cézanne (1839–1906), busily plied his brush to landscapes and still lifes that would become anchors of modern art. With compact, intense dabs of paint and bold new approaches to light and space, he mediated the way from Impressionism to the defining movements of the early 20th century and became, in the words of both Matisse and Picasso, “father of us all.”
This fresh artist introduction selects key works from Cézanne’s oeuvre to understand his development, innovation, and crucial influence on modern art. From compositions of fruits and pears to scenes of outdoor bathers, we trace his experimentation with color, perspective, and texture to evoke “a harmony parallel to Nature,” as well as the very process of seeing and recording.
Along the way, we discover Cézanne’s celebrated Card Players, his layering of warm and cool hues to build up form and surface, and the geometric rigor of his landscapes from the vicinity of Aix-en-Provence, as bright with the light of southern France as they are bold with a radical new rendering of dimensions and depth.