Largely self-taught as an artist, Francis Bacon (1909–1992) developed a unique ability to transform interior and unconscious impulses into figurative forms and intensely claustrophobic compositions.
Emerging into notoriety in the period following World War II, Bacon took the human body as his nominal subject, but a subject ravaged, distorted, and dismembered so as to writhe with intense emotional content. With flailing limbs, hollow voids, and tumurous growths, his gripping, often grotesque, portraits are as much reflections on the trials and the traumas of the human condition as they are character studies. These haunting forms were also among the first in art history to depict overtly homosexual themes.
Where does craftsmanship end and art begin? What makes something a product, a brand impervious to time and fashions? These are the questions posed while strolling between the past and the present of Baglietto, the Italian shipyard that has been building world-class yachts for 170 years.
Success is not built in an instant. Being good, looking to the future, imposing a style that lasts over time is the gamble every entrepreneur takes. There are not many who succeed, which is why those who reach the age of 170 deserve to be studied, as well as celebrated. Baglietto is now a kind of great international club, access to which serves the right mix of passion for the sea, refined taste for boats that is never over-the-top but rather soberly chic, and, of course, the right spending capacity for objects that cost.
Blade Runner es una obra maestra del celuloide y una película de culto que, de un modo casi imperceptible, se ha ido consolidando como un clásico en la historia del séptimo arte. Todo ello, gracias a una estética sugerente, que marcó un hito en el género de ciencia ficción, y a una interesantísima reflexión sobre el origen del ser humano y su destino, los riesgos de la manipulación genética y la fugacidad de la vida.
El buen cine no envejece. Y en este caso, menos aún, por el mítico año 2019 en el que transcurre la trama, todavía cercano. En este libro, el autor ofrece claves sobre el guion, los personajes, las metáforas visuales y los temas de fondo, que ayudan a comprender y a disfrutar de este gran clásico, ahora con continuación en la gran pantalla.
The first book to explore the extraordinary musical life and remarkable paintings of one of America's greatest ever songwriters.
Best known for having written and produced some of the seminal records of American popular culture--from 'Big Girls Don't Cry' for the Four Seasons to 'Silence is Golden' for the Tremeloes and 'Lady Marmalade' for LaBelle--Bob Crewe was a multifaceted artist for whom a passion for painting and the visual arts provided a lifelong counterbalance to music.
Collected here are more than 80 of Bob Crewe's artworks, stretching from his first forays into abstract expressionism in the 1950s and 1960s to more complex, tactile compositions made on his full-time return to painting in the 1990s--accompanied by archival images and ephemera that reflect Crewe's simultaneous contribution to popular music.
Essays by Jessica May and Peter Plagens explore the development of an artist whose influences ranged from Rauschenberg and Johns to Warhol and Bacon; legendary record producer Andrew Loog Oldham captures the period of radical experimentalism in which Crewe wrote many of the most memorable songs in the canon of modern pop; and Donald Albrecht's introduction ties together the many complementary aspects of Crewe's personal and creative lives.
Desde comienzos de la década de 1970, Bruce Springsteen canta a Estados Unidos, a su clase trabajadora, a los trotamundos y a los corazones rotos.
Canta a las alegrías y frustraciones de su infancia en Nueva Jersey, al amor, a las mujeres hermosas y a los coches, a la velocidad, a los grandes espacios, a la libertad… Son los protagonistas de "Born to Run", "Thunder Road", "Born In The USA", "The River" o "Streets Of Philadelphia".
Con cien millones de discos vendidos en todo el mundo, Springsteen ha entrado en el círculo de los mejores cantantes de todos los tiempos. Y nadie mejor que él merece ser considerado "el Boss" del rock.
«Cambio de ánimo, de país y de profesión según las circunstancias. Un día estoy cantando sobre el escenario de un festival abarrotado de gente y al siguiente ejerciendo de enfermero en una residencia para pacientes con demencia y alzhéimer en Noruega. Esta doble vida, entre la música y la enfermedad, me obliga a ir y venir constantemente. Vivo entre dos mundos pero no encajo en ninguno, y todo parece estar siempre a punto de resquebrajarse. El escenario y el amor son una tregua, una burbuja a salvo de todo lo que me asfixia. Me he pasado la vida tratando de ser alguien más allá de mi casa para al final llegar a la conclusión de que lo que me importa es ser alguien en ella. Aquí es donde residen el gran amor de mi vida y mis hijas, y es donde sigo manteniendo intacta la esperanza de escribir algún día la canción de amor definitiva».
Jorge Martí es líder y cantante de una de las bandas más importantes del indie español: La habitación roja. Pero su vida no es la que se podría esperar del líder de una banda de rock, tiene una cara A: la que muestra en el escenario cuando canta junto a sus fans a pleno pulmón Ayer o Indestructibles, concede entrevistas y viaja promocionando sus discos. Y una cara B, desconocida para sus miles de fans, la del fracaso, las expectativas no cumplidas, la decepción, la enfermedad, y también el amor y la música, que tal vez sean la misma cosa.