El libro DEL ARTE DE LA GUERRA, redactado por Maquiavelo en torno a 1520, contiene y desarrolla, siguiendo el típico esquema formal del tratado renacentista dialogado, las reflexiones del gran autor florentino sobre la milicia y la guerra. A lo largo de los siete capítulos en los que está dividido, se van afrontando y desgranando de forma homogénea aspectos como el del reclutamiento, la relación infantería-caballería y la instrucción y adiestramiento de los soldados, el orden de combate, la moral del combatiente, el reconocimiento y la observación del campo enemigo, el acuartelamiento y el régimen disciplinario y, por último, los cisternas de fortificación y defensa. Este es más que todo una joya literaria de uno de los autores más sobresalientes de la historia cultural occidental.
El presente libro propone una descripción realista de una nación cuya potencia ha sido indiscutible, pero cuyo declive parece irreversible. Los Estados Unidos, antaño indispensables para el equilibrio mundial, ya no pueden mantener su nivel de vida sin los subsidios del mundo, e intentan enmascarar su retroceso mediante una actividad militar teatral dirigida contra países insignificantes. A lo largo de sus páginas, el autor pone de manifiesto cómo, al carecer de las fuerzas necesarias para controlar a los principales actores económicos y estratégicos, Estados Unidos está abocado a perder la partida por el dominio del mundo y a convertirse en una potencia más.
La «dialéctica de la Ilustración» expresa la conciencia de la densa complejidad de los procesos que dieron lugar a la Modernidad y que ahora están a punto de superarla sin llevar consigo hacia adelante sus momentos de verdad. Significa, además, que esos procesos y la situación a la que nos han conducido están atravesados por una fundamental «ambigüedad»: que pueden realizar la Ilustración, pero también liquidarla, lo cual sucede siempre que se ignora aquella dialéctica. Éste es el tema que se dilucida en el debate que marca este fin de siglo: el debate sobre el tránsito de la Modernidad a la denominada posmodernidad. Un debate en el que están en juego los valores de la Ilustración que configuran la identidad de nuestra cultural. Preservar los valores de la Ilustración fue el interés que movió a Horkheimer y Adorno a escribir esta obra, cuya presente edición ofrece por primera vez al público de habla española una traducción completa con sus tres variaciones textuales, así como un estudio introductorio.