En enero de 1909, una estafa realizada por un tal Henri Lemoine contra la compañía De Beers dedicada a la explotación de minas de diamantes acabó adquiriendo notoriedad mundial.
Marcel Proust, cuyo estilo ya se estaba perfilando en los primeros esbozos de la Busca del tiempo perdido, tomó este caso para describirlo a la manera de Balzac, Flaubert, Renan, Michelet o Saint-Simon, recurriendo, con ello, “a plena conciencia, a la parodia”, con la idea de evitar “malgastar el resto de nuestras vidas escribiendo parodias involuntarias”, o leyéndolas.
«En el siglo XX, en Europa», dice el narrador, «no queda lugar para tierras misteriosas ni anacrónicas aventuras robinsonianas…» Pero un joven seminarista, excelente traductor del griego y del latín, y absoluto ignorante de los códigos del mundo, se ve compelido a protagonizar una extraña peripecia…En El año de Gracia se reúnen muchos de los elementos de la novela clásica del género ―tempestades, naufragios, una isla desierta e, incluso, un especialísimo y ocurrente salvaje…― pasados por el tamiz peculiar al mundo onírico de la autora.
En este libro crudo y tierno, entre la emoción y la dureza, los recuerdos se ligan a los ritmos de las rondas infantiles. Llega el momento en la vida en que los juegos y cantos pierden su inocencia. Una muchacha educada, pero también traviesa, que toca el piano, practica esgrima y se pelea con su hermana, transita la traumática experiencia que separa la niñez de la adolescencia. El despertar del cuerpo y el encanto por lo prohibido pautan las rondas de una niña que se quiere comer y «amanecer al mundo / desflorada a besos». La Biblioteca Elena Poniatowska reúne la obra narrativa, ensayística y periodística de la autora que ha explorado con maestría el género que ha tenido enfrente. En Rondas de la niña mala la poesía evoca los fogosos años de la juventud y el descubrimiento de la sensualidad y sus delirios.
Bárbaras, bravísimas, locas para algunos y, por lo mismo, únicas. Artistas, pintoras, escritoras y musas, sus vidas se forjaron con pasión, sensibilidad, compromiso y dolor. Frida Kahlo y su cuerpo mutilado en el lienzo; Pita Amor, poeta irredenta; Nahui Olin y sus ojos de hechizo; María Izquierdo, pintora que se ganó la admiración unánime; Elena Garro, prócer de nuestra literatura; Rosario Castellanos, notable en cualquier género, y Nellie Campobello, bailarina grácil y cronista de la Revolución; todas ellas componen el elenco extraordinario de un siglo, escenario de sus grandes hazañas.
La Biblioteca Elena Poniatowska reúne la obra narrativa, ensayística y periodística de la autora que ha sabido aquilatar el papel fundamental de las mujeres en la cultura y en la historia. A partir de testimonios, entrevistas y anécdotas, en Las siete cabritas delinea los perfiles de las protagonistas del México moderno.
Escrita en la primavera de 1938 y estrenada en el Abbey Theatre de Dublín en agosto del mismo año, Purgatorio fue la última pieza teatral que Yeats vio representada en vida. Como gran parte de su producción dramática, estamos ante una obra escueta y minimalista, en la que los valores del simbolismo se combinan con el influjo del teatro No japonés y barruntos del teatro del absurdo.
Purgatorio tiene mucho de testamento, pero es también una muestra de la vitalidad de su autor, capaz de volver una y otra vez sobre sus obsesiones y darles forma: deseo y violencia, culpa y anhelo de redención, el peso de la herencia familiar, la sombra del desarraigo y la orfandad connatural del hombre.
Jugando en la oscuridad radiografía con precisión la huella afroamericana en la cultura de un país que sería irreconocible sin ella.
Las tres conferencias que componen este breve libro las impartió Toni Morrison en la Universidad de Harvard un año antes de recibir el Premio Nobel de Literatura. Constituyen una profunda reflexión sobre la constante y, sin embargo, velada presencia negra en la literatura clásica norteamericana (Poe, Beecher Stowe, Melville, Twain, Cather, Faulkner, Hemingway…) y la forma en que esa presencia es utilizada con la finalidad de establecer la identidad blanca.
«Imagínense a un marido que tiene ante sí, sobre la mesa, a su esposa, la cual se ha suicidado arrojándose por la ventana. El marido se encuentra aún aturdido, todavía no ha tenido tiempo de concentrarse. Va y viene por las habitaciones de su casa esforzándose por hacerse cargo de lo ocurrido, por «fijar su pensamiento en un punto». Además, es un hipocondríaco empedernido, de los que hablan consigo mismo. También en ese momento está hablando solo, cuenta lo sucedido, se lo aclara. A pesar de la aparente trabazón de su discurso, se contradice varias veces a sí mismo, tanto por lo que respecta a la lógica como a los sentimientos. Se justifica, la acusa a ella y se sume en explicaciones tangenciales en las que la vulgaridad de ideas y afectos se junta a la hondura de pensamiento. Poco a poco va aclarando lo ocurrido y concentrando «los pensamientos en un punto». Varios de los recuerdos evocados le llevan por fin a la verdad, la cual, quiera o no, eleva su entendimiento y su corazón. Al final cambia incluso el tono del relato, si se compara con el desorden del comienzo. El desdichado descubre la verdad bastante clara y de perfiles concretos, por lo menos para sí mismo.» Es así como Dostoyevski se dirige a sus lectores para introducirles La sumisa, publicada en 1876, uno de los últimos relatos surgidos de la pluma del gran escritor ruso, mientras trabajaba en la que sería su última novela Los hermanos Karamázov. La publicamos ahora en castellano recuperando la espléndida traducción de Juan Luis Abollado.
Mongo Blanco es una historia de piratas, de verdaderos piratas: negreros y traficantes. La vida del legendario malagueño Pedro Blanco Fernández de Trava, el mongo de Gallinas, es narrada por él mismo a un cándido médico, psiquiatra de una institución mental en la que Pedro Blanco termina sus días. La narración, pieza fundamental de una "nueva terapia" que el médico está explorando como método de sanación, es el hilo que nos lleva desde la dura y compleja juventud de Blanco hasta su ascenso y reinado en el mundo del comercio marítimo, de la navegación y de la trata de esclavos, enmarcados en las ricas descripciones de la España, África y Cuba del siglo XIX. La inteligencia y lucidez del relato contrastan con el escenario de decadencia y locura del instituto. El lector, como le ocurre al mismo médico, se ve envuelto en la emoción de la aventura, el poder y los excesos del pirata, un hombre que, según él mismo dice, detestaba a todos por igual, un hombre maldito que busca en sus recuerdos la explicación de su caída en desgracia. Esta novela de Carlos Bardem es vibrante como novela de aventuras y sorprendente por la calidad de la investigación histórica que lo sostiene. Un hallazgo de la narración es la inesperada voz crítica que el pirata revela sobre la complicidad e hipocresía de las sociedades esclavistas y abolicionistas ante este momento histórico que le ha dado rostro a nuestro mundo.
Tras dedicarse por entero a formar una familia, dejando atrás proyectos profesionales, Emma llega a la madurez de sus cuarenta y ocho años. Sus dos hijos ya se han marchado de casa y la relación con su marido ha perdido el encanto de los primeros años. Cuando su cuerpo de mujer atractiva y sensual muestra los primeros signos de cambio, Emma se angustia y teme perder los atributos de su feminidad. En medio de una vorágine de pensamientos negativos, un hecho fortuito la lleva a entrar en contacto con una realidad ajena a la suya. Allí encuentra una inesperada pasión que cuestiona su apacible rutina y la lleva a descubrir el gozo, la sexualidad y las posibilidades de realización de esta nueva etapa de su vida. El intenso calor de la luna cuenta la historia de Emma, un personaje flaubertiano que se rebela contra el papel que le impone la sociedad a la mujer madura.