Bárbaras, bravísimas, locas para algunos y, por lo mismo, únicas. Artistas, pintoras, escritoras y musas, sus vidas se forjaron con pasión, sensibilidad, compromiso y dolor. Frida Kahlo y su cuerpo mutilado en el lienzo; Pita Amor, poeta irredenta; Nahui Olin y sus ojos de hechizo; María Izquierdo, pintora que se ganó la admiración unánime; Elena Garro, prócer de nuestra literatura; Rosario Castellanos, notable en cualquier género, y Nellie Campobello, bailarina grácil y cronista de la Revolución; todas ellas componen el elenco extraordinario de un siglo, escenario de sus grandes hazañas.
La Biblioteca Elena Poniatowska reúne la obra narrativa, ensayística y periodística de la autora que ha sabido aquilatar el papel fundamental de las mujeres en la cultura y en la historia. A partir de testimonios, entrevistas y anécdotas, en Las siete cabritas delinea los perfiles de las protagonistas del México moderno.
Los poetas líricos griegos poseen una importancia singular: son los primeros autores de Occidente que deciden escribir sobre las cosas que todavía hoy nos conmueven y apasionan.
La naturaleza, la amistad, la guerra y el deseo son algunos de los temas que llenan estas páginas, en las que voces individuales de toda la Grecia arcaica se alzan para componer una hermosa pieza coral que incita a a vivir en plenitud.
"Las rosas de Pieria" es un nombre metafórico otorgado a las Musas, diosas de la creación.
Bajo su tutela compusieron los líricos griegos arcaicos, cada uno de los cuales tuvo, por supuesto, su propia personalidad y sus particularidades pero compartiendo todos ellos un tono común, además del tiempo (entre los siglos VII-VI a.
de C., aproximadamente) y el espacio (la Grecia continental y la insular) donde les tocó vivir.
Ramón Martínez es un abogado de éxito, un ateo convencido y un padre de familia como otro cualquiera. Pero todo cambia el día que Ramón tiene que ser operado y pierde la lengua ―y con ella la capacidad de hablar― y comienza para él una silenciosa tragicomedia. Carmela, la mujer de Ramón, comenzará a tener discusiones diarias con un marido que no puede contestarle; Paulina y Mateo, sus hijos adolescentes, tendrán que afrontar la nueva situación mientras lidian con sus propias obsesiones (la obesidad y el onanismo). Elodia, la asistenta supersticiosa, busca una cura milagrosa para su jefe, que acude a terapia con Teresa, una psicoanalista, que cultiva marihuana en su ático. En medio de todo este barullo, Benito es el nuevo miembro de la familia: un loro de una especie en peligro de extinción con el que, paradójicamente, Ramón se comunica mejor que con sus seres queridos y que es capaz de blasfemar y gritar todo lo que Ramón no puede.
La inspectora Elena Blanco atraviesa el depósito de la Grúa Municipal Mediodía II de Madrid hasta llegar a una vieja furgoneta que expele un olor putrefacto. Dentro está el cadáver de un hombre atado a una silla, con un burdo costurón que asciende del pubis al abdomen. Los primeros resultados de la autopsia aclaran que a este toxicómano reincidente le arrancaron algunos órganos y le colocaron en el vientre un feto de casi siete meses. Los análisis de ADN revelan que se trata de su hijo biológico. A los pocos días, la Brigada de Análisis de Casos se desplaza a la zona portuaria de A Coruña, donde el cuerpo de un asesor fiscal de sesenta y cuatro años ha sido asesinado con el mismo modus operandi.¿Qué relación existe entre las dos víctimas? ¿Y dónde están las madres de los bebés?
Las flores del mal es uno de los primeros y más grandes testimonios artísticos de los temores, pasiones y contradicciones que atenazan al hombre moderno, tironeado por impulsos encontrados, nostálgico de un viejo orden que sin embargo hace todo lo posible por derribar. Manuel J. Santayana nos ofrece una traducción memorable, que recrea con espléndida musicalidad el metro y las rimas del original y nos ofrece un Baudelaire para el nuevo siglo: vital y decadente, sentencioso y profético.
Mark Twain alcanzó la popularidad gracias a sus ingeniosas y a menudo satíricas observaciones sobre su época y su entorno, pero esta obra le abrió las puertas de la historia de la literatura.
La emotiva evocación de la infancia del propio autor a orillas del río Misisipi convierte esta novela en uno de los relatos más bellos y vitalistas jamás escritos sobre lo que significa ser un niño, las ilusiones y la rebeldía que preceden a la edad adulta.
Los primeros relatos protagonizados por el emblemático personaje de Sir Arthur Conan Soyle se reúnen en esta edición conmemorativa para celebrar el 125 aniversario de su primera publicación. Las ilustraciones originales de Sidney Paget acompañan las historias como lo hicieron en la revista Strand a finales del siglo XIX. En esta edición permite saborear el atractivo original de un libro que consagró inmediatamente al detective más famoso del mundo.
Edgar Allan Poe fue uno de los pioneros indiscutibles del cuento de terror y la ciencia ficción. No es exagerado afirmar que ningún otro autor ha ejercidotanta influencia y ha generado tantas corrientes literarias como Poe. Este título marca un punto y aparte en su obra por tratarse de la única novela queescribió. Lo que comienza como una fascinante hazaña marina, da paso a unaestremecedora aventura fantástica y de terror que fue completada por autores de la talla de Julio Verne y H. P. Lovecraft.
Para Brian Milner y Laurie Dunn se acerca el aplauso final. Rodeados de sus amigos, los dos protagonistas se reencuentran por última vez cerca del lago para rodar las últimas escenas de su película amateur. Por la noche, alrededor de la fogata en la que se asan los pescados capturados durante el día, es la hora de la fiesta y se dan todas las condiciones para un final feliz. Sin embargo, la historia no parece seguir el guion previsto...
Entrelazando sutilmente el cine y la vida real, Laberintos es una serie entre el inconsciente y su representación. Burns juega y mezcla un sinfín de generos para sumergirnos en una historia que nos lleva donde menos lo esperamos y oscila constantemente entre la ciencia ficción, el romance y el cine de terror.
Desde el momento en que supe que no podría hacer gran cosa para salvar al mundo, empecé a pensar en instalarme por un tiempo, solo, en una cabaña. Compré una isba de troncos, lejos de todo, en la orilla del lago Baikal. Allí, durante seis meses, a cinco días de marcha del pueblo más cercano, perdido en una naturaleza desmesurada, traté de ser feliz. Creo haberlo logrado. ¿Y si la libertad consistiera en adueñarse del tiempo? ¿Y si la felicidad fuera disponer de soledad, de espacio y de silencio... cosas de las que carecerán las generaciones futuras?