Este libro oferta quince momentos del cuento dominicano, desde ángulosy licencias variadas y, a veces, contrapuestas. La selección no está marcada por la finalidad y más bien atiende a la visión de la literatura como proceso. Tampoco se circunscribe a un orden de representa ti vida des, sino a un modelo que busca diseñar el comportamiento de una literatura conforme las técnicas, estilos y temas aborda dos por los autores seleccionados. Aunque la marca la cronología, ésta no es determinante.
el cuento es deleite y sorpresa y con la misma intensidad debe ser también provocación. Un esquema narrativo moderno se ajusta pues, a presupuestos técnicos donde la norma sea precisamente la variedad, la diversidad, la falta de normas. Justo lo que esta muestra de la cuentistas de República Dominicana ofrece a los lectores.
De músico, poeta y loco, todos tenemos... ¡MUY POCO!
Ser artista es un privilegio que las circunstancias de la vida nos proveen, por lo tanto, gozar de los atributos que se requieren para ser músico o para ser poeta no son nada habituales. Quienes gozan de esas cualidades son seres verdaderamente escasos.
Para ser músico es imprescindible, o tener buen oído o por lo menos saber solfear, luego elegir el instrumento con el que expondrá sus virtudes... y sabido es que no todos gozan de esas aptitudes.
Para ser poeta es vital la lectura y la constante escritura creativa, acciones no muy usuales en el diario acontecer... no es fácil serlo.
Cuando se habla de locura, normalmente se hace referencia a personas anormales (sinónimo de raros, poco común)... Hablamos entonces de seres especiales.
Es fácil colegir que son pocos los elegidos que llegan a ser músicos (mucho menos ser buenos); tampoco son frecuentes los poetas (mucho menos ser buenos) y si descubrimos a alguien que posea todas esas condiciones y encima sea médico (y de los buenos), estaremos frente a un espécimen poco común, un bendecido por los dioses... Ahí dejo como ejemplo perfecto al Dr. Jimmy Barranco Ventura (músico, poeta, poco común y galeno de primera).
La democracia en los partidos políticos es posible, pensar lo contrario sería imponer una idea fatalista y carente de objetividad, Más aún, los partidos tienen hoy, más que nunca, la obligación de ser democráticos pues son los responsables de la consolidación de las nuevas democracias. No habria justificación para que los partidos carecieran de prácticas participativas, libres, plurales y transparentes porque su responsabilidad política es de gran magnitud. No se trata de producir a lo interno de los partidos proceso de fiscalización; de lo que se trata es de que los partidos políticos asuman actitudes tendentes a democratizarse para que
sean genuinos representantes de la sociedad.
La pura soledad es una novela dramática y psicológica sobre personajes obsesivos que se enfrentan a situaciones fuera de su control, sus voluntades, secretos y esperanzas definirán sus destinos.
Quienes sostienen la idea de que el Defensor del Pueblo República Dominicana es unipersonal desconocen los principios generales de la administración moderna, ignoran el proceso de elección como órgano constitucional establecido en la Constitución y pierden de vista las características del Estado social y democrático de derecho. Además, pasan por alto lo que ha significado para la nación dominicana la forma personalista e individualista de funcionarios que han dirigido algunas instituciones como si fuera un feudo heredado de sus antepasados.
El Defensor del Pueblo, por sus características y por las funciones que le asigna la Constitución dominicana, no puede ser una institución unipersonal porque como órgano del Estado, negaría su propia razón de ser el carácter unipersonal es contrario a los principios de la institucionalidad, negaría el principio de la transparencia, incurriría en práctica antidemocrática y estaría promoviendo la corrupción y el tráfico de influencia.
El defensor del Pueblo de la República Dominicana debe ser preservado como una institución democrática, institucional y transparente, alejado del clientelismo y la corrupción. Tenemos que evitar que la práctica corrupta que caracteriza las instituciones de Estado moderno no permee la vida institucional del Defensor del Pueblo y eso solo puede ser garantizado por un ejercicio transparente que descanse en manos de un equipo de hombres y mujeres que hayan sido celosamente elegidos por el Congreso, que su funcionamiento interno descanse en un órgano de control interno, debidamente fiscalizado por los órganos constitucionales encargados de vigilar el buen uso de los recursos públicos.
Hasta la escritura de esta novela de R. A. Ramirez/Baez, el personaje mesiánico Olivorio Mateo, conocido popularmente como Papa Liborio, era solo un mito en el imaginario de su pueblo San Juan de la Maguana, donde muchos aseguran hizo milagros en medio de su lucha contra la intervención norteamericana de 1916 en la República Dominicana.
En Siete veces Liborio la historia continua, pero solo como trasfondo de la aventura de un hombre que llega desde el extranjero para reencontrarse con esa leyenda que el tiempo ha convertido en parte de la geografía del llamado Sur profundo dominicano.
Hemos dirigido, en el ejercicio de nuestro pastoral ministerio, una carta oficial a la mas alta Autoridad del país, para que, en un plan de reciproca comprensión, se eviten excesos, que, en definitiva, solo harían daño a quien los comete, y sean cuanto antes enjugadas tantas lagrimas, curadas tantas llegas y devuelta la paz a tantos hogares.