Los Minimuertos: ¡una aventura para morirse de risa!
Los Minimuertos son niños muy distintos a ti: son niños de ultratumba. Esperan a sus padres en el Otro Barrio, un lugar de paso donde pueden hacer lo que les apetezca.
Todo cambia el día en que llega Catacrak, un niño que quiere regresar al mundo de los vivos. Los Minimuertos tendrán que esforzarse mucho para ayudarlo# ¿Conseguirán con sus locuras que Catacrak vuelva a la vida?
Una nueva colección de Ledicia Costas, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil y autora de Escarlatina.
Los Minimuertos: ¡una aventura para morirse de risa!
Los Minimuertos son una pandilla de niños bastante diferentes a ti: son niños de ultratumba. Esperan a sus padres en el Otro Barrio, un lugar de paso donde tienen libertad para hacer lo que les venga en gana. Petunio lleva unos días preocupado. Las flores que viven en su cabeza están algo pochas.
Necesita una solución. Decide visitar a Dinamito y pedirle ayuda, pero todo se tuerce de una forma increíble. Las flores de Petunio empiezan a crecer sin control, hasta transformarse en una planta carnívora gigante con una sola idea en la mente: COMER.
Atractivas ilustraciones e información interesante sobre la vida de doce niños de la Biblia.
En sus relatos, cada uno de estos «niños de la Biblia» revela un rasgo de su personalidad único y da algunos ejemplos de cómo los niños de hoy también pueden hacer algo especial por Dios.
Edad sugerida: hasta 7 años
Tina cuenta días, personas, números. Se los encuentra, los observa y los describe a su manera en un diario de verano. ¿Y nosotros? ¿Cuántas cosas hemos hecho a lo largo de nuestros días? ¿Con cuánta gente nos hemos cruzado? Y las caras, quién sabe si de verdad son todas distintas, como los números.
¿El vaso está medio lleno o medio vacío?
Para Pétula De Wilde dieciséis años de vida han demostrado que el vaso está prácticamente vacío. Desde la accidental muerte de su hermana pequeña, Pétula ve el peligro en todas partes: ya sea al cruzar la calle, al estrechar la mano de alguien o al usar un elevador.
Las estadísticas, y Pétula, saben que los optimistas mueren primero, así que ha decidido no bajar la guardia, aun cuando esto signifique perder a su mejor amiga y vivir presa de la ansiedad y el remordimiento.
Entonces aparece el Hombre Biónico en su grupo de arteterapia. Sorprendentemente alto y seguro de sí, Jacob es sobreviviente de un accidente en el cual perdió el brazo, y a pesar de eso, sigue sonriendo.
Al principio su desmesurado optimismo aleja a Pétula, aunque no puede negar que hay bastante química entre ellos, y poco a poco sus barreras irán cayendo. Pero el amor —y el optimismo— es ciego, y Pétula se dirige a toda velocidad hacia la zona de peligro.