Una colección pop-up con rimas divertidas que hacen que aprender de los colores, los nombres de los animales, los números y los opuestos sea más fácil.
Un juego inocente que se desboca hasta dejar de ser un juego. Una broma, una burla, un mote, un rumor, un mensaje anónimo, una amenaza, un golpe, una paliza.
Así empieza todo, y no como en las películas.
Una historia que sucede todos los días, en todas partes, a un montón de personas distintas. Víctimas que ya no saben si se meten con ellas por ser como son o si son así porque se meten con ellas. Hasta que, un día, una de esas víctimas decide que, si no puede dejar de sentir miedo, será quien lo infunda.
La historia de cómo Jacob se convirtió en Lobo. De cómo ambos crecieron a la vez, pero no del mismo modo.
La historia sobre el monstruo en que cualquiera puede convertirse.
Incluso, la víctima.
Porque claro, el bicho es un lobo y el sitio es una mullida cama. Este lobo tan peculiar abre un ojo en la negra noche, y despues el otro. Salta de su cama, sale de la habitación y camina decidido por el pasillo. ¿Dónde irá? Y lo más importante, ¡¿es de verdad de verdad un lobo?!
La escena empieza sin abrir el telón. Dos narradores campesinos cuentan la historia situados en ambos lados del escenario. El narrador está vestido con atuendo de campo, sombrero, machete y garabato para cortar los matojos. La narradora tiene un atuendo campesino, lleva una flor en el pelo y un babonuco. Lleva una higuera de limpiar arroz. Se oye un pambiche instrumental de fondo.