Félix Chacaltana Saldívar es un burócrata que lleva una vida sin sobresaltos como fiscal del distrito adjunto en Lima. Pero todo cambia cuando es enviado a su natal Ayacucho, al que regresa después de muchos años y donde debe encargarse de una extraña investigación de asesinato. En medio de las celebraciones de Semana Santa y enfrentado a la indiferencia de sus superiores, las pesquisas lo llevarán por caminos cada vez más oscuros, en los que descubrirá hasta dónde pueden llegar un hombre y la sociedad cuando la muerte se convierte en la única certeza.
En este impactante thriller Santiago Roncagliolo explora los últimos años de un periodo sangriento y aterrador en la historia de Perú, cuando la ideología terrorista de Sendero Luminoso y un gobierno marcado por el hambre y la corrupción se enfrentaron en una guerra terrible, en la que sobornos, intrigas, torturas, asesinatos y desapariciones fueron el pan de cada día.
Un clásico de la narrativa española del siglo XX.
La novela que ha inspirado la película.
Alice Gould es ingresada en un sanatorio mental. En su delirio, cree ser una investigadora privada a cargo de un equipo de detectives dedicados a esclarecer complicados casos. Según una carta de su médico particular, la realidad es otra: su paranoica obsesión es atentar contra la vida de su marido.
Hola, me llamo Amara y estoy aquí no para hablaros de mí, sino de Liam Acosta, ese guapísimo empresario que se dedica al negocio del vino en Tenerife y que sigue soltero porque quiere, pues siempre tiene a una legión de mujeres pendientes de él. Por lo que sé, un día recibió una misteriosa llamada telefónica para pedirle que viajara a Los Ángeles por un asunto urgente, que resultó ser ni más ni menos que un bebé.
A Liam, al principio, le costó mucho admitir su paternidad, pero cuando vio a la criaturita, el mundo se movió bajo sus pies: al igual que él, tenía el ojo derecho de dos colores. Así que, muy agobiado y tremendamente perdido, regresó a Canarias con su hijo.
Enseguida se dio cuenta de que necesitaba a alguien que le echara una mano y, por recomendación de mi amiga Verónica, me contrató a mí. De pronto Liam y yo, dos personas independientes y acostumbradas a no tener que dar explicaciones a nadie, hemos tenido que ponernos de acuerdo por el bien del pequeño. Y eso ha hecho que, sin apenas darnos cuenta, hayamos reconocido el uno en el otro a la persona que nunca hubiéramos esperado encontrar.