"Hay que vivir aunque sea de cualquier modo, siempre que sea vivir."
Tras la muerte de su marido, Maria Leonor, madre de dos hijos, se siente abrumada ante las dificultades para administrar su hacienda en el Alentejo, las expectativas de la sociedad y el ferreo control de su entorno. Despues de unos meses sumida en una profunda depresión, decide finalmente afrontar su responsabilidad como propietaria de las tierras, pero su corazón está atormentado por un pecado secreto: a pesar del duelo, su deseo no se ha apagado.
Entre cavilaciones sobre la esencia del amor, el paso del tiempo y los deslumbrantes cambios en la naturaleza, la joven viuda pasa las noches en vela, espiando los amores de sus criadas y padeciendo la soledad propia. Hasta que dos hombres muy distintos irrumpen en su vida y su destino se tambalea inesperadamente.
Pero ¿quién demonios es esa mujer?» era la pregunta más escuchada en los despachos de la CIA. ¿Quién movía los hilos del espionaje mundial, frustraba operaciones de inteligencia, retorcía voluntades, mudaba de piel, encabezaba misiones imposibles, descubría secretos de Estado y dibujaba en el tablero de la Guerra Fría la amenaza de una Tercera Guerra Mundial? Esa misteriosa mujer era la española África de las Heras, quien se convirtió en la espía soviética más importante del siglo xx.
Captada por los servicios secretos de Stalin en Barcelona durante la guerra civil española, formó parte del operativo para asesinar a Trotski en México, luchó contra los nazis ejerciendo de radioperadora—violinista— en Ucrania, protagonizó la trampa de miel más fructífera del KGB al casarse con el escritor anticomunista Felisberto Hernández y crear la mayor red de agentes soviéticos en Sudamérica, dejó su impronta en el espionaje nuclear, en bahía de Cochinos y se relacionó con Frida Kahlo, Diego Rivera o Ernest Hemingway, entre otros. Una vida llena de peligro, misterio, glamour y numerosas identidades secretas bajo un mismo alias: Patria. Ni siquiera la relación personal con el asesino de Trotski, Ramón Mercader, la separó de sus objetivos, pero ¿qué precio tuvo que pagar por su lealtad a la URSS y a sí misma?
La legendaria historia de una valerosa mujer que luchó por sus ideales más allá de la familia, el amor, la amistad y el orden mundial.
«Pero ¿quién demonios es esa mujer?» era la pregunta más escuchada en los despachos de la CIA. ¿Quién movía los hilos del espionaje mundial, frustraba operaciones de inteligencia, retorcía voluntades, mudaba de piel, encabezaba misiones imposibles, descubría secretos de Estado y dibujaba en el tablero de la Guerra Fría la amenaza de una Tercera Guerra Mundial? Esa misteriosa mujer era la española África de las Heras, quien se convirtió en la espía soviética más importante del siglo xx.
Captada por los servicios secretos de Stalin en Barcelona durante la guerra civil española, formó parte del operativo para asesinar a Trotski en México, luchó contra los nazis ejerciendo de radioperadora—violinista— en Ucrania, protagonizó la trampa de miel más fructífera del KGB al casarse con el escritor anticomunista Felisberto Hernández y crear la mayor red de agentes soviéticos en Sudamérica, dejó su impronta en el espionaje nuclear, en bahía de Cochinos y se relacionó con Frida Kahlo, Diego Rivera o Ernest Hemingway, entre otros. Una vida llena de peligro, misterio, glamour y numerosas identidades secretas bajo un mismo alias: Patria. Ni siquiera la relación personal con el asesino de Trotski, Ramón Mercader, la separó de sus objetivos, pero ¿qué precio tuvo que pagar por su lealtad a la URSS y a sí misma?