En Macondo transcurre la historia de un entierro imposible. Ha muerto un personaje extraño, un antiguo médico odiado por el pueblo, y un viejo coronel retirado, para cumplir una promesa, se ha empeñado en enterrarle ante la oposición de todo el pueblo y sus autoridades. Como en una tragedia griega -el libro lleva como lema una cita de Antígona que recuerda la prohibición de enterrar el cuerpo del Polinices-, el viejo coronel, su hija y su nieto van a cumplir la ominosa tarea. La acción, compuesta por la descripción de los preparativos para el entierro -una media hora- y los recuerdos de un cuarto de siglo de la historia de Macondo, de 1905 a 1928, se narra a través de los pensamientos de estos tres personajes.
«De pronto como si un remolino hubiera echado raíces en el centro del pueblo, llegó la compañía bananera perseguida por la hojarasca. Era una hojarasca revuelta, alborotada, formada por los desperdicios humanos y materiales de los otros pueblos: rastrojos de una guerra civil que cada vez parecía más remota e inverosímil. La hojarasca era implacable.»
No se puede huir eternamente...
Caitlyn Sullivan, hija de la realeza de Hollywood, ya era toda una estrella con solo diez años, aunque todavía disfrutaba jugando al escondite con sus primos en la casa familiar de Big Sur. Y fue durante uno de esos juegos cuando la secuestraron.
Sin embargo, Cate logró escapar y buscó refugio en un rancho cercano. Allí la encontró Dillon Cooper, apenas un adolescente, y, tras oír su historia, la ayudó a reunirse con su familia.
Con su milagroso regreso, la traición quedó al descubierto. Alguien en quien Cate confiaba se reveló como el culpable del crimen y, para protegerla, su familia la envió a Irlanda.
Años más tarde, Cate regresa al fin a Los Ángeles para descubrir que en la noche de su secuestro plantó dos semillas: la de un amor increíble y la de una venganza terrible.
Jim Hawkins regenta, junto a sus padres, la posada Almirante Benbow. Su vida discurre tranquila entre la barra y las mesas hasta que, un día, un viejo marinero entra en su fonda acarreando un pesado secreto... De la noche a la mañana el joven Jim se encuentra en la cubierta de la Hispaniola, rodeado de rudos marineros, agasajado por un misterioso cocinero cojo, ansiosos todos ellos por encontrar el codiciado tesoro del capitán Flint.
Esta cuidada edición de Penguin Clásicos incluye un estudio introductorio de John Sutherland, profesor de literatura inglesa de la University College de Londres. La traducción está a cargo de Jordi Beltrán Ferrer.