El mundo es como un caleidoscopio en el que cada instante sucede algo nuevo que acapara nuestra atención, y es un desafío encontrar tiempo para involucrarse con el mundo espiritual. En cambio, quien guarda el Shabat tiene acceso a un lugar de dicha y armonía, un lugar en el que puede entablar una relación personal con su Creador, una relación en la que uno tiene conciencia del otro.
Se me ocurrió transmitirle el misterio del Shabat al lector a través de una narración en la que la heroína se encuentra en un lugar en el que tiene que enfocarse en lo espiritual porque no hay nada más. Y luego, cuando vuelve a su vida normal, su anhelo y desafío es encontrar su camino a ese estado de conciencia que gozó durante el Shabat, y aprender qué debe hacer para volver a él todas las semanas.
Al ver la reacción de Rab Moshe Schatz, kabalista, que fue rabino y amigo personal de mi esposo, z’l, cuando leyó mi libro, comprendí que había encontrado algo valioso que puede ayudar a muchos a llegar a su lugar personal en el Edén que nos está preparado, con el que podemos vincularnos en esta vida y en la eterna.
Desde el descubrimiento del monoteísmo por los israelitas hasta sus aportaciones en la creación y el desarrollo del capitalismo, el socialismo y el psicoanálisis, el genio judío se percibe en todas las manifestaciones artísticas, científicas y del pensamiento.
El historiador Paul Johnson señala algunas de las contradicciones inherentes al hecho de ser judío -como, por ejemplo, la racionalidad frente al misticismo- y observa un peculiar nacionalismo, expresado ya en el Libro de los Macabeos, que desembocó en el sionismo.
En este libro, Tenkei Roshi proporciona pautas para la práctica del budismo zen basadas en los «Cuatro modos de meditación» que él mismo ha desarrollado en los últimos años. También aborda cómo estos modos pueden extenderse al entrenamiento koan, el ritual, el estudio, el trabajo y la interacción social. El objetivo de Llamada intemporal, respuesta puntual es servir de inspiración para cualquier persona interesada en escuchar la llamada de su vida y encontrar su propia manera de responder a él.
Pablo d’Ors, en el prólogo que abre el libro, se pregunta: «¿Qué es lo que el lector encontrará en estas páginas? Pasión y orden en una armónica combinación. También podría decir espíritu trascendente y pragmático, aunque quizá eso sea solo definir el zen, caracterizado precisamente por la fusión entre la espiritualidad india y la concreción china y japonesa. Y, sobre todo, lo que aquí hay es una explosiva mezcla, a mi entender maravillosa, entre tradición y renovación. Es posible que sea esto último lo que mejor defina quién es Tenkei Roshi: un enamorado de las formas milenarias, pero bien arraigado en el lenguaje y la sensibilidad del mundo contemporáneo. De los muchos libros que han pasado por mis manos, este de Tenkei Roshi es, sin duda, uno de los que más me ha impresionado. De hecho, desde que terminé de leerlo, no me ha dejado volver a mi práctica de siempre y está reorientando mi manera de silenciarme.»
Según una antigua costumbre, los príncipes y soberanos de la India congregaban periódicamente a pensadores, ascetas y religiosos de diferentes escuelas para discutir sobre alguna cuestión controvertida. La identidad o diferencia entre el cuerpo y el alma, la vida después de la muerte, el sentido de la existencia, las reglas de comportamiento y ciertas cuestiones morales fueron algunos de los temas de debate. De su resultado dependían las condiciones de vida de las escuelas en litigio, con lo que la habilidad persuasiva o arte de probar adquiriría una gran importancia social y política. El tratado de Nâgârjuna (ca. siglos II-III) Abandono de la discusión (Vigraha-vyâvartanî) expone la postura de los madhyamika ante la discusión filosófica a la luz de la doctrina del vacío, siendo uno de los mejores ejemplos de la dialéctica de Nâgârjuna y de su postura filosófica con relación al papel que el lenguaje y el razonamiento lógico deben jugar en la búsqueda del despertar.
Siddhartha Gautama, conocido como el despierto (Buda), fue un asceta y maestro que vivió en el sur de Asia durante el siglo VI. Según la tradición, nació en Lumbinı (hoy Nepal), hijo de un rey de la dinastía Sakya. Renunció a la vida principesca para convertirse en mendigo. Recorrió los bosques y las montañas buscando una intuición que le permitiera acceder a la naturaleza de lo real. Tras unos años de mendicidad, ascetismo y meditación, alcanzó su propósito bajo un árbol de Bodh Gaya. A partir de ese momento enseñó lo que había aprendido, primero en Benarés y después en los llanos que baña el río Ganges.
Escrita con sensibilidad y un conocimiento profundo de las fuentes, Juan Arnau nos ofrece una versión de la vida de Buda basada en textos sánscritos como el Buddhacarita, Lalitavistara y Mahavastu. Una narración fluida, de deliciosa lectura, donde se cuentan con singular belleza los episodios más significativos de la vida y enseñanzas del maestro. No es mérito menor de esta versión, impregnada de espiritualidad y lirismo, haber sabido conservar la fuerza y la sencillez de las antiguas narraciones. Completan el volumen un breve estudio de las fuentes y un glosario que ayudarán al lector a aclarar cualquier término desconocido y a transitar por los diferentes niveles de lectura de una biografía que ya es patrimonio de la Humanidad.
Son «aventuras de interpretación personal y espiritual», una «intuitiva aproximación a un pensador que es a la vez sutil, entretenido, provocativo y no fácil de captar». Lejos de cualquier intención apologética, Merton quiere trasladar el temperamento filosófico de Chuang Tzu, que se caracteriza por su intento singular de penetrar el corazón de las cosas. Una aprehensión de la realidad que se ofrece en forma de meditaciones y poemas, de historietas, fábulas y anécdotas que, teñidos de humor y de ironía, constituyen una antología del pensamiento que corría por los círculos taoístas en los siglos IV y III antes de Cristo.