Entre los grandes colaboradores que tuvo desde su creación en 1902 el Times Literary Supplement, considerado el medio literario más respetable de la época por T. S. Eliot, figuraban nombres como los del propio Eliot y Henry James, pero, según su director, la joya de la corona fue sin duda Virginia Woolf. En estos ensayos extraordinarios, la joven crítica supo arrojar nueva luz sobre escritores conocidos y construir manifiestos provocadores acerca del futuro de la novela; y, gracias a ellos, disfrutó de la ansiada independencia económica. Tras su escrutinio de autores que conformaron su canon literario #como Charlotte Brontë, George Eliot, Elizabeth Barrett y Joseph Conrad# se vislumbra el pensamiento que iluminó su producción narrativa. Pero, sobre todo, se percibe a la Virginia Woolf lectora, para quien, como nos recuerda Ángeles Caso en el prólogo, leer nunca fue un refugio, sino «el acto supremo de insumisión, la mejor manera de hacer frente a la violencia siempre dominante con un gesto callado pero lleno de desafío», y cuyo entusiasmo por la gran literatura sigue inspirándonos hoy más que nunca. Un volumen inédito que refleja el ingenio y la inteligencia de una autora icónica.
Auguste Villiers de L’Isle Adam (1838-1889), a quien Paul Verlaine incluyó entre sus poetas malditos y Rubén Darío entre sus raros, dedicó los últimos años de su vida a escribir esta obra, que se publicó póstumamente en 1890 para convertirse en uno de los máximos exponentes del simbolismo. Hoy es ya un clásico de la literatura fin de siècle.
Axel, el protagonista de este drama, es un joven noble que vive retirado de la vida mundana en un castillo de la Selva Negra, instruido por maese Janus. Dos visitantes harán tambalear su existencia dedicada hasta entonces al mundo interior: el primero llega en busca de un tesoro perdido; la segunda, huida del convento la noche en que debía tomar los votos, le hará conocer el amor. Frente a esto, Axel, que rechaza imposiciones y limitaciones de todo signo, no se conformará más que con el Ideal, hasta el punto de elegir la muerte cuando se encuentra en el culmen de la felicidad humana. Más allá ya todo sería desencanto y, a la postre, traición a una postura existencial llevada a las últimas consecuencias.
Esta obra, que se lee como una antigua y deliciosa novela de aventuras, tiene en realidad más de texto filosófico, pues muestra el viaje iniciático que todo ser humano realiza entre el mundo material, el mundo pasional y el mundo espiritual.
Un libro único que suscita tantas preguntas como adhesiones incondicionales.
El retrato de Dorian Gray es una novela representativa de la decadencia humana, del triunfo conseguido sin importar los medios y las formas de la pasión olvidándose de los demás. Sin embargo, todos los seres humanos poseemos un alma y una conciencia. ¿Qué ocurriría si esta pudiera mostrarse por medio de una pintura o transformando la fisonomía a medida que la carcoma del mal se haga presente en el cuerpo?
Cuando se lee Alicia en el País de las Maravillas, se puede imaginar al autor caminando al lado de las niñas, las tres hermanas para las que inventó el cuento, improvisando continuamente. Como buen profesor acostumbrado a llenar pizarras de números, su relato no pierde el hilo, siempre resulta coherente, dentro de lo absurdo que está contando, y se siente animado por las miradas chispeantes de las pequeñas. Cuando se sientan para descansar, o mientras toman un refrigerio para recomponer fuerzas, prosigue el relato, que ya no se detendrá hasta llegar a su hija.
En este volumen figuran dos de sus obras más representativas: Retrato del artista adolescente y Dublineses, en las que, como en sus demás obras, concibió y ejecutó una forma de escribir totalmente nueva donde mentes despiertas y soñadoras arrojan una visión integral del mundo como Palabra. Esta es la medida de su genio.
Virginia Woolf escribió nueve novelas, casi cuatro mil cartas, unos cuatrocientos ensayos y treinta volúmenes de su diario. Se han llevado al teatro y al cine varias de sus obras. Presentamos en este volumen Las olas, una de las novelas más representativas de esta autora, cuyo feminismo a favor de los derechos de la mujer ha recuperado su presencia hoy en conjunto con su gran altura literaria.