Escrita desde una celda con papel higiénico como único soporte, El diablo en la cruz se concibe como una declaración de intenciones en defensa de la lengua y la literatura africana, al mismo tiempo que se manifiesta como una feroz crítica a una sociedad víctima del neocolonialismo donde la explotación, el acoso sexual y la hipocresía están a la orden del día. El resultado es un retrato irónico y desnudo del sufrimiento de un pueblo que nunca ha renunciado a soñar con la libertad y que se atrevió a convertir este libro en un símbolo de esperanza.
«Este libro —nos dice Ernesto Sabato en su prólogo— está constituido por variaciones de un solo tema, tema que me ha obsesionado desde que escribo: ¿por qué, cómo y para qué se escriben ficciones?» No se responde a ello con una teoría formulada externamente como cuerpo de doctrina orgánico —aunque ciertamente sí lo sea, y con ejemplar rigor y lucidez, en lo profundo—, sino en una forma particularmente viva, al ritmo de los estímulos externos o interiores, en apuntes que —como señala Sabato— «tienen algo de "diario de un escritor" y se parecen más que nada a ese tipo de consideraciones que los escritores han hecho siempre en sus confidencias y en sus cartas».
Desde el breve trazo casi aforístico hasta el comentario más detenido —analítico o polémico— que de la actualidad remite a problemas imperecederos, El escritor y sus fantasmas —aparecido por primera vez en 1967, y que aquí se nos da en su edición definitiva— contiene un examen de las preocupaciones más características de Sabato ante la literatura de su tiempo y ante su propio oficio de escritor.
Las culturas se fosilizan si están aisladas, pero nacen o renacen en el contacto con otros hombres y mujeres, los hombres y mujeres de otra cultura, otro credo, otra raza. Si no reconocemos nuestra humanidad en los demás, nunca la reconoceremos en nosotros mismos. De los espejos de obsidiana enterrados en la urbe totonaca de El Tajín a los espejos ibéricos de Cervantes y Velázquez, el de la locura y el del asombro, un intercambio de reflejos culturales ha ido y venido de una a otra orilla del Atlántico a lo largo de más de quince años; este ensayo cuenta esa historia, la nuestra.
¿Quién es este Dios, primero hebraico y ahora cristiano, que quiere la sangre, la muerte, para que sea restablecido el equilibrio de un mundo en el que sólo imperan sus leyes? ¿Cómo puede la nueva ley ser ley de Amor si aún pesa sobre el ser humano la condenación eterna? ¿Cómo puede éste creerse una criatura divina digna de la inmortalidad si debe someterse a una ley de terror que preexiste y es exterior a él?
Esta novela, que tanto sorprendió al mundo católico, presenta una visión distinta, mucho más terrenal, de los hechos relativos a Jesús: las circunstancias de su nacimiento, los primeros interrogatorios a su madre, José atormentado por la culpa por haber preferido salvar a su hijo antes que alertar sobre las intenciones de Herodes, los encuentros con los ángeles y demonios, el descubrimiento del amor junto a María Magdalena, los diálogos existenciales y la angustia por saber cuál es el verdadero sentido y función de su existencia ante los ojos de Dios...
El Evangelio según Jesucristo responde al deseo de un hombre y de un escritor de llegar hasta el origen de la civilización propia para encontrar ahí las preguntas esenciales. Sin negar lo divino ni la religiosidad latente en el corazón de cada ser humano.
Esta novela es la historia de un personaje que busca el sentido de la vida. Norteamericano de buena familia, el joven Laurence Darrell, Larry, ha participado como aviador en la Primera Guerra Mundial. Tiene novia y un futuro prometedor, pero decide tomarse un tiempo de reflexión y embarcarse en un viaje abierto al encuentro de culturas y espiritualidades diferentes, que le llevará desde el París de los años veinte, el de Picasso y Hemingway, a España, Grecia y otras geografías, hasta recalar en la India, donde cree encontrar las claves de una vida mejor.
A mediados del siglo XXI, un concurso televisivo, cuyo principal atractivo es la muerte de los participantes, bate el récords de audiencia. Ben Richards, padre de una niña enferma y sumido en la más profunda miseria, decide concursar atraído por los extraordinarios premios, aun a sabiendas de que no sobrevivirá.
En El hocedor confluyen las simbologías de Oriente y Occidente, el cosmos y las cosmogonías, los siglos, las dinastías, lo universal y lo profundamente local: Heráclito, Homero, Dante con Rosas, Facundo y Juan Muraña. Tal diversidad de temas se corresponde con una multiplicidad de géneros. Así, los relatos, poemas y ensayos de estas páginas terminan configurando uno de los libros más personales del autor; una miscelánea que da cuenta de las preocupaciones que recorren toda la obra borgiana.
El héroe discreto narra la historia paralela de dos personajes: el ordenado y entrañable Felicito Yanaqué, un pequeño empresario de Piura, que es extorsionado; y la de Ismael Carrera, un exitoso hombre de negocios, dueño de una aseguradora en Lima, quien urde una sorpresiva venganza contra sus dos hijos holgazanes que quisieron verlo muerto. Ambos personajes son, a su modo, discretos rebeldes que intentan hacerse cargo de sus propios destinos, pues tanto Ismael como Felícito le echan un pulso al curso de los acontecimientos. Cómo dos hombres puestos a prueba por la vida descuren el verdadero sentido del coraje y la lealtad.
«¿Quieres leer algo bueno? Si te gusta lo que escribo, te gustará El Hombre de Tiza,de C. J. Tudor.»
STEPHEN KING
Un thriller oscuro e inteligente.
Uno de los mejores libros de 2018 para The Guardian.
Hay juegos que solo tienen un final posible
Echando la vista atrás, todo comenzó el día del terrible accidente durante la feria, cuando Eddie, de doce años, conoció al Hombre de Tiza.
Fue el Hombre de Tiza quien le dio la idea de los dibujos: una manera de dejar mensajes secretos entre el grupo de amigos.
Fue divertido hasta que los dibujos condujeron al cuerpo sin vida de una niña.