Hacia 1957 reconocí con justificada melancolía que estaba quedándome
ciego. La revelación fue piadosamente gradual. No hubo un instante
inexorable en el tiempo, un eclipse brusco. Pude repetir y sentir de
manera nueva las lacónicas palabras de Goethe sobre el atardecer de cada
día: Alles nahe werde fern (Todo lo cercano se aleja). Sin prisa pero
sin pausa -¡otra cita goetheana!- me abandonaban las formas y los
colores del querido mundo visible. Perdí para siempre el negro y el
rojo, que se convirtieron en pardo. Me vi en el centro, no de la
oscuridad que ven los ciegos, como erróneamente escribe Shakespeare,
sino de una desdibujada neblina, inciertamente luminosa que propendía al
azul, al verde o al gris. Ya no había nadie en el espejo; mis amigos no
tenían cara; en los libros que mis manos reconocían solo había párrafos
y vagos espacios en blanco pero no letras.
Cuando el renombrado héroe de la aviación y fanático aislacionista Charles A. Lindbergh obtuvo una victoria aplastante sobre Franklin Roosevelt en las elecciones presidenciales de 1940, el miedo invadió todos los hogares judíos de Norteamérica. Lindbergh no solo había culpado públicamente a los judíos de empujar al país hacia una guerra absurda con la Alemania nazi, en un discurso transmitido por radio a toda la nación, sino que, tras acceder al cargo como trigésimo tercer presidente de los Estados Unidos, negoció un «acuerdo» cordial con Adolf Hitler, cuyas conquista de Europa y virulenta política antisemita pareció aceptar sin dificultad.
Lo que entonces sucedió en Norteamérica es el marco histórico de este nuevo y sorprendente libro de Philip Roth, ganador del premio Pulitzer, quien nos cuenta cómo le fue a su familia en Newark, así como a un millón de familias similares en todo el país, durante los amenazantes años de la presidencia de Lindbergh, cuando los ciudadanos norteamericanos que eran judíos tenían todas las razones para esperar lo peor.
Desde la década de 1950, Warren Buffett y sus socios han respaldado algunas de las empresas más rentables del siglo XX. Pero ¿cómo supieron que estaban haciendo las inversiones correctas? ¿Qué buscaban en una compañía prometedora y cómo pueden otros replicar su aproximación?
Este libro es un regalo para los seguidores del legendario inversor que durante mucho tiempo han buscado un patrón detrás de su éxito. El estudioso de su figura Yefei Lu toma veinte casos concretos de entre las principales inversiones de Buffett en compañías como The Washington Post, Coca-Cola, o IBM.
Y gracias a que ha podido acceder a cartas del propio inversor, informes anuales, documentos empresariales y otras fuentes primarias, ha logrado desentrañar y reconstruir desde fuera la lógica tras cada una de esas decisiones.
Como seres sociales, creamos relaciones con las personas de nuestro alrededor desde que nacemos. Nuestra familia, nuestros amigos y nuestros amores forman parte de nosotros, son vínculos que moldean nuestra personalidad. Comprender estas conexiones y saber dejarlas ir cuando acaban es esencial para nuestro desarrollo personal.
Con este diario lleno de actividades y reflexiones para completar con tiempo y cariño aprenderás a explorar todos tus vínculos, reflexionar sobre antiguos amores o la familia que escogiste y te atreverás a dar el paso para conocer nuevas personas que aporten una nueva conexión en tu vida.
Jennifer Clement creció en Ciudad de México en los años sesenta, a apenas una puerta de distancia de la casa de Frida Kahlo y Diego Rivera. Su infancia, bohemia y muy poco ortodoxa, le permitió convivir con artistas, poetas, comunistas y revolucionarios y, más adelante, experimentar su propio despertar creativo. En los años ochenta, decidió sustituir las revoluciones de Latinoamérica por la contracultura de Nueva York, y pronto se convirtió en un referente de su escena cultural, habitando los mismos espacios que Jean-Michel Basquiat, Keith Haring, Colette Lumiere y William Burroughs, y frecuentando locales tan legendarios como The Mudd Club, Danceteria y Studio 54. La autora de La viuda Basquiat regresa con un memoir literario que es a la vez la historia de dos peligrosas, y por ello importantes, ciudades: Ciudad de México y Nueva York, y un retrato de los artistas que trabajaron en, desde y a pesar de ellas.
Huseyin Yilmaz muere de un infarto el día que cumple su sueño de regresar a Estambul para jubilarse. Han pasado treinta años desde que este hombre de origen kurdo emigrara a Alemania, en la década de 1970, para trabajar de forma incansable y sacar adelante a su familia, que ahora viaja a Turquía para enterrarle. Cada uno de ellos carga con sus propios demonios y su particular relato: Emine, la esposa, vive abrumada por dolorosos recuerdos y secretos del pasado; Sevda, la hija mayor, ha alcanzado el éxito profesional, pero su vida personal se desmorona; su hermano, Hakan, se esconde tras una máscara y le cuesta afrontar su personalidad; Peri, todavía en la universidad, arrastra sus propios duelos, y Ümit, a sus quince años, no puede expresar libremente su amor por otro chico. Las verdades ocultadas y las heridas del pasado irrumpirán en el presente de esta familia y harán tambalear sus fracturados cimientos.