Mila regresa a Nashville, dos años después de la ruptura con Blake, con la intención de dejar atrás el pasado antes de empezar la Universidad. Adiós a los dramas familiares, a las crisis de Hollywood y adiós a Blake. Sin embargo, la vida tiene otros planes y Blake también está allí. Por suerte, la familia de Mila la ayuda a distraerse, pero pronto los problemas empiezan a emerger.
Pero para Mila es imposible olvidar lo que sucedió entre ella y Blake, y los sentimientos que ha luchado por enterrar, estallan. ¿Ha pasado suficiente tiempo para intentarlo de nuevo, o su tren ya pasó? ¿Será este el reencuentro definitivo entre ellos dos? o el final irremediable?
Solo desarrollas una armadura emocional cuando enfocas el amor como si fuera una batalla en la que tienes todas las de perder.
A Blanca no se le puede decir que Saúl está jugando con ella porque se enfada.
Elena, como buena mejor amiga, tiene una tarea: abrirle los ojos, pero sin perderla. ¿Misión imposible?
Las situaciones desesperadas llevan a tomar medidas desesperadas.
Tal vez si ella misma se busca a un tío tóxico, Blanca verá desde fuera que la están tratando mal y se dará cuenta de que a ella también.
Tal vez esa sea la solución a todos los problemas de su amiga.
O tal vez Marco, un italiano de rizos despeinados, sea el principio de todos los suyos.
Un plan sin fisuras. ¿Qué podría salir mal?
¿Quieres que tu vida sea más fácil? Entonces compórtate como el pájaro enjaulado que eres y canta.
Viví en una jaula de oro durante diez años, en el castillo de oro del rey Midas. Pero de la noche a la mañana, todo cambió.
Ahora soy la prisionera del ejército del Cuarto Reino, y no sé si saldré de esta de una pieza. Los soldados están preparados para dejarse la piel en el campo de batalla y estoy segura de que van a usarme como moneda de cambio, una moneda que apagará el fuego o avivará aún más las llamas de esta cruzada.
Sin embargo, lo que más me aterra, lo que más me inquieta, no es la guerra, sino él, el comandante Decapitador.
Es un hombre perverso y despiadado, y su crueldad no conoce límites. Pero yo sé la verdad, yo sé qué es en realidad.